Conceptos fundamentales de Hume

 

 

 

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Conceptos fundamentales de Hume

 

CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE D. HUME.

 

1) EMPIRISMO.

            En general, se entiende por empirismo la corriente filosófica, propia del s.XVII, según la cual el fundamento del conocimiento se encuentra en la experiencia, queriendo esto decir que todo dato inicial a partir del cual conocemos proviene de la experiencia, es decir, que es captado por los sentidos. Como consecuencia de esto, la validez de todo conocimiento se contrasta con la experiencia, a la vez que ella marca el límite de hasta donde podemos conocer. O sea, que conocemos lo que la experiencia nos da y no podemos ir más allá de ella a conocer algo supuestamente oculto que no podemos captar mediante los sentidos. Así pues, la experiencia constituye el origen y también el límite de nuestro conocimiento. Todos los empiristas aceptaron la tesis según la cual no existe en nuestra mente un conocimiento anterior al trato o experiencia que tenemos de él.

            Es importante subrayar que cuando el empirismo habla de experiencia no se está refiriendo a una realidad externa al sujeto, independiente de él, sino a la interpretación que éste hace del conjunto de impresiones que se generan en sus órganos sensitivos o sentidos.

 

2) PERCEPCIONES.

            Por percepción entiende Hume todo conocimiento o contenido de la mente, por lo que este concepto está directamente ligado con el concepto de idea e impresión. En efecto, las percepciones se dividen en impresiones e ideas y las ideas, a su vez, en ideas simples y complejas. Hume utiliza dos criterios fundamentales para distinguir las impresiones de las ideas: 1) por un lado, la intensidad, pues las impresiones tienen más fuerza y vivacidad que las ideas; 2) y, por otro lado, el origen, pues todas nuestras ideas simples derivan de impresiones simples, a las que corresponden y representan exactamente.

 

3) IMPRESIÓN.

            Impresión es la percepción directa, o si queremos más fuerte e intensa, que tenemos, y que incluye tanto a las sensaciones, generadas en los órganos sensitivos, como a las emociones, deseos y pasiones, y que están presentes en el momento en que se las considera, de ahí su vivacidad. Así podemos hablar por ejemplo de ver un color o sentir algún sonido a través del oído para referirnos a las impresiones. Las impresiones las clasifica Hume en: 1) impresiones de sensación, si son producidas por la supuesta influencia del mundo exterior; 2) impresiones de reflexión, si dependen de la capacidad de la mente para percibir sus propios estados. Además, Hume las divide también en impresiones simples o complejas según su complejidad. (ej. Ordenador = impresión compleja compuesta por varias impresiones simples). 

 

4) IDEA.

            Las ideas son copias de las impresiones correspondientes y que, en tanto que copias, aparecen menos nítidas que ellas. Son el segundo elemento del conocimiento. Las ideas las clasifica Hume en simples, cuando proceden de impresiones simples, y complejas, cuando son construidas por la mente a partir de la unión  de una serie de ideas simples. Dentro de las ideas complejas Hume subraya la importancia de las ideas de relaciones, modos y substancias.

 

5) RELACIONES DE IDEAS.

            Las relaciones de ideas es un tipo de conocimiento del que se puede decir que es cierto o verdadero, pues esta verdad o certeza es independiente de la experiencia, es decir, no se refiere a los hechos de la experiencia, sino a las relaciones que establecemos entre diferentes ideas. Se trata de criterios  meramente lógicos, como el de no-contradicción. Es un conocimiento propio de las ciencias formales, es decir, la lógica y la matemática. La matemática y la lógica son conocimientos que se refieren a las relaciones entre ideas y que se alcanzan mediante el ejercicio de la razón y no por la observación y la experiencia.

 

6) CUESTIONES DE HECHO.

            Es el segundo gran tipo de conocimiento y hace referencia a los hechos que acontecen en la experiencia y que se ofrecen a la percepción. Se trata, pues, de un conocimiento empírico, propio de las ciencias naturales como la física. Su validez viene determinada por la contrastación empírica. Esta dependencia de la experiencia hace que dicho conocimiento sea sólo un conocimiento probable. Al contrario que en las matemáticas y la lógica, no permite un saber estricto, es decir, universal y necesario, sino basado en la probabilidad. El principio fundamental que rige este tipo de conocimiento es el principio de causalidad, al que, como veremos, Hume dedica una amplia crítica.

 

7) IDEA DE CAUSA.

            La noción de causa en la obra de Hume está íntimamente ligada con la noción de efecto: de este modo entiende Hume que causa es un objeto seguido de otro, cuando todos los objetos similares al primero son seguidos por objetos similares al segundo, o lo que es lo mismo: el segundo objeto nunca ha existido sin que el primer objeto se hubiera dado. Ese segundo objeto es el que se entiende como efecto.

Ahora bien,  para Hume, el principio de causalidad carece de fundamento. La crítica de Hume a la idea de causalidad se centra especialmente en la conexión real y necesaria que se establece entre causa y efecto. Ya veíamos que Hume introduce como criterio tajante para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas la correspondencia de estas con nuestras impresiones. Ahora bien, si aplicamos este criterio estrictamente nos daremos cuenta que nuestro conocimiento de los hechos queda reducido a nuestras impresiones actuales y a nuestros recuerdos, pero no podemos tener conocimiento de hechos futuros, al no poseer impresión de lo que aún no ha acontecido. Sin embargo, es incuestionable que en nuestra vida contamos constantemente con que en el futuro se producirán ciertos hechos. Así, si colocamos un recipiente con agua en el fuego esperamos que esa agua se caliente. ¿Cómo podemos estar seguros de que posteriormente tendremos la impresión de agua caliente? Hume observó que en todos estos casos nuestra certeza acerca de lo que acontecerá en el futuro se basa en una inferencia causal. La idea de causa es pues la base de todas nuestras inferencias acerca de hechos futuros. Pero, ¿qué entendemos por ‘causa’?, ¿cómo entendemos la relación causa-efecto?. Hume observa que esta relación se concibe normalmente como una conexión necesaria. Ahora bien, si aplicamos el criterio arriba expuesto a esta idea de causa nos damos cuenta que no tenemos ninguna impresión de conexión necesaria de la que pueda derivarse la idea de conexión necesaria. Hemos observado a menudo el fuego y hemos observado que a continuación aumentaba la temperatura de los objetos situados junto a él, pero nunca hemos observado que entre ambos exista una conexión necesaria. Lo único que hemos observado es que en todos los casos se ha producido una sucesión espacio-temporal entre el fuego y el calor, entre el agua fría y el agua posteriormente caliente. Pero eso no nos permite suponer que esta además una conexión necesaria entre ambos sucesos. Y como nuestro conocimiento de hechos futuros tendrá justificación sólo si realmente existe esa conexión necesaria, resulta que propiamente no sabemos que el agua vaya a calentarse, simplemente creemos que se calentará. Nuestro conocimiento sobre hechos futuros esta basado, pues, en una suposición en una creencia. Esta certeza y esta suposición provienen del hábito, de la costumbre de haber observado en el pasado que siempre que sucedió lo primero sucedió también lo segundo. Nuestra creencia acerca de hechos no observamos no se apoya, pues, en un conocimiento de estos, sino en una creencia. En la práctica, dice Hume, esto no es realmente grave, ya que tal creencia y certeza nos bastan y sobre para vivir. 

 

8) SUSTANCIA.

            La sustancia aparece en la filosofía de Hume como una idea compleja que no hace referencia a ninguna realidad extramental o distinta de nuestras impresiones. Para Hume, no se puede conocer la sustancia de los objetos, sino sólo sus aspectos fenoménicos. Hume vuelve a aplicar el mismo criterio para dar validez a un conocimiento: sólo es válida aquella idea que deriva de una impresión sensible. Y como la sustancia no es perceptible, pues la idea de sustancia es una idea falsa. Tomemos el siguiente ejemplo: tenemos la supuesta sustancia "rosa". Toda la experiencia que podemos tener de una rosa se agota en sus propiedades preceptúales: vemos su color, su tamaño, su forma, … pero todas esas propiedades se sitúan en el nivel de los atributos, no de la sustancia. Sólo percibimos las propiedades descritas, pero no percibimos nada que se corresponda con la idea de sustancia, es decir, no existe impresión alguna de la idea de sustancia. De lo que concluye Hume su invalidez.

 

9) FENOMENISMO.

            Procede del término "fenómeno", que significa lo que aparece, lo que se muestra. Se trata de una teoría según la cual no es posible el conocimiento de algo distinto a nuestras propias percepciones. Dado que nuestro conocimiento no nos permite ir más allá de las impresiones o los datos sensibles, lo que pueda ser para nosotros la realidad o la experiencia no es sino una serie de apariencias, es decir, lo que se aparece o se muestra en nuestra mente. El empirismo de Hume defendió como la tesis según la cual, cuando percibimos, lo que verdaderamente percibimos no es algo exterior a nuestra mente, sino nuestras propias sensaciones. Puesto que como afirma Hume las impresiones no son algo constante e invariable sino que lo que hay es un flujo o sucesión de impresiones, dichos fenómenos se interpretan como un fluir de impresiones que aparecen y desaparecen, sin comprometernos a que exista algo más allá de esas mismas impresiones que sea quien las causa. No podemos hacer esa afirmación, sino que en el mejor de los casos podemos "creer" que existe algo que causa nuestras impresiones. (ver pp. 93-94).

 

10) ESCEPTICISMO.

            En relación con el fenomenismo entiende Hume que es la razón quien le lleva a afirmar que no podemos traspasar los límites de la experiencia sensible, es decir,: afirmar que hay algo más allá, y permanente, de los datos perceptivos. O sea, que él no niega nada, sino que no puede afirmar la existencia de realidades fuera de la mente. En este sentido su escepticismo está orientado a dudar que podamos conocer de una manera absoluta y objetiva algo similar a esa realidad extramental, lo que es lo mismo que dudar de la posibilidad de obtener un conocimiento fundamentado de modo absoluto y objetivo de lo que denominamos hechos del mundo. Es por esta razón que afirma que tiene sentido preguntarnos por las causas que nos inducen a creer en la existencia de los cuerpos, como realidades extramentales, pero no a preguntarnos si hay o no cuerpos.

 

11) METAFÍSICA.

            Metafísica en Hume significa la verdadera filosofía, frente al sentido clásico de metafísica como sistema omnicomprensivo del mundo, en cuanto que reflexión profunda y abstracta, por muy complicada que ésta sea, respecto a la naturaleza humana en cuanto su capacidad de conocimiento, es decir, establecer las capacidades y límites del conocimiento. Es a partir de aquí que esa metafísica o filosofía válida puede ayudar a la ciencia indicándole hasta y hacia donde puede orientar su investigación. Recordemos que Hume es un autor del s.XVIII en el que todavía no podemos hablar dela existencia de una ciencia como la psicología que sería la que debería hacerse cargo del estudio sobre los límites del conocimiento.

 

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