El realismo mágico en la literatura latinoamericana resumen y tema

 


 

El realismo mágico en la literatura latinoamericana resumen y tema

 

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El realismo mágico en la literatura latinoamericana resumen y tema

 

1.  Sociedad y cultura en la primera mitad del siglo XX.

 

Los grandes conflictos sociales y políticos. El siglo XX se ha caracterizado por grandes conflictos sociales y políticos; y además por muchos avances tecnológicos. Estos elementos, aunque lentamente, conducen a la humanidad hacia la democracia. Los conflictos sociales estuvieron presentes en el siglo XX. Dos grandes conflictos mundiales (las dos guerras mundiales) hablan claramente de la tendencia guerrerista del ser humano. Pero más que los conflictos mundiales, los conflictos sociales de cada país han generado caos, aunque no puede negarse que han impulsado cambios sociales profundos. La historia de Latinoamérica, particularmente, es la historia de las dictaduras militares, de las corrupciones gubernamentales y de la explotación extrema del hombre por el hombre. Unos pocos, dueños del poder económico, han arrastrado a las grandes mayorías hasta someterlos a estados de pobreza vergonzosos. Estos estados de injusticia han arrastrado a pequeños grupos o grandes contingentes a revelarse contra los explotadores, generándose así verdaderas guerras fraticidas. Sin salir de nuestra patria, podemos mencionar el levantamiento de masas campesinas de occidente, levantamiento que fue reprimido por las fuerzas militares del general Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernó de 1931 a 1944.

La literatura no ha estado al margen de este estado de convulsión social, y muchas novelas de la primera mitad del siglo XX dan testimonio de aquellos reiterados conflictos generados por un estado permanente de injusticia.

La Revolución Mexicana. En México, por los años de la revolución (de 1910 a 1919), las clases medias, los campesinos y los obreros, eran contrarios a la reelección del presidente Díaz, pero también opuestos a las costumbres aristocráticas y al afrancesamiento dominante, a la política económica del colonialismo capitalista y a la falta de libertades políticas bajo el régimen dictatorial. En mayo de 1910 se produjo en Morelos la insurrección de Emiliano Zapata al frente de los campesinos, que ocuparon las tierras en demanda de una reforma agraria. Díaz fue reelegido para un séptimo mandato. El 20 de noviembre se produjo la insurrección de Francisco (Pancho) Villa y Pascual Orozco en Chihuahua, pronto secundada en Puebla, Coahuila y Durango. Enseguida los revolucionarios sacaron a Díaz de la presidencia. El nuevo gobierno procedió al desarme de las fuerzas revolucionarias, aunque los zapatistas se negaron a ello.

En las nuevas elecciones presidenciales resultó elegido Madero, pero que no logró alcanzar un acuerdo con Zapata ni con otros líderes agrarios.

Zapata proclamó el Plan de Ayala, en el que se proponía el reparto de tierras y la continuación de la lucha revolucionaria. En ciudad de México tuvo lugar en febrero de 1913 la que se denominó 'Decena Trágica', enfrentamiento entre los insurrectos y las tropas del general Huerta, que causó alrededor de 2.000 muertos y 6.000 heridos.

Las tropas constitucionalistas, formadas por campesinos y gentes del pueblo, derrotaron al Ejército federal por todo el territorio nacional: Villa ocupó Chihuahua y Durango con la División del Norte; Obregón venció en Sonora, Sinaloa y Jalisco con el Cuerpo de Ejército del Noroeste. Después del triunfo constitucionalista en Zacatecas y la ocupación de Querétaro, Guanajuato y Guadalajara, Huerta presentó la dimisión el 15 de julio siguiente y salió del país. En el Tratado de Teoloyucan se acordó la disolución del Ejército federal y la entrada de los constitucionalistas en la capital, que se produjo el 15 de agosto de 1914.

Como suele ocurrir, las diferencias entre los revolucionarios aparecieron. Se dividieron en tres grupos: los villistas, los zapatistas y los carrancistas, vinculados éstos a la burguesía y deseosos de preservar los beneficios obtenidos por los generales, empresarios y abogados adictos a Carranza. Los ejércitos carrancistas al mando del general Obregón ocuparon Puebla  el 4 de enero de 1915 y derrotaron a Villa en Celaya, Guanajuato, León y Aguascalientes, entre abril y julio del mismo año, por lo que Estados Unidos reconoció al gobierno de Carranza en el mes de octubre. Villa inició en el norte una guerra de guerrillas y trató de crear conflictos internacionales con Estados Unidos, cuyo gobierno, en 1916, envió tropas en su persecución, aunque éstas no lograron capturarlo. En el sur, Zapata realizó repartos de tierras en Morelos y decretó algunas medidas legales para intentar consolidar las reformas agrarias y las conquistas sociales logradas, pero también los zapatistas fueron derrotados por las tropas constitucionalistas al mando de Pablo González y obligados a replegarse a las montañas.

En septiembre de 1916, Carranza convocó un Congreso Constituyente en Querétaro, donde se elaboró la Constitución de 1917, que consolidaba algunas de las reformas económicas y sociales defendidas por la revolución, en especial la propiedad de la tierra, la regulación de la economía o la protección de los trabajadores. En las elecciones posteriores, Carranza fue elegido presidente de la República y tomó posesión de su cargo el 10 de mayo de 1917. Zapata mantuvo la insurrección en el sur hasta que, víctima de una traición preparada por Pablo González, cayó en una emboscada en la hacienda de San Juan Chinameca, donde el 10 de abril de 1919 fue asesinado.

 

La masificación de la cultura. Masificar la cultura significa ponerla al alcance de las mayorías. Los inicios del siglo XX ven aparecer dos medios de masificación de la cultura de grandes alcances: la radio y la televisión. Aunque tener un radio era signo de comodidad económica, no tardó mucho tiempo este aparato en llegar a las mayorías. Y con la llegada de la radio llega la información y la cultura. Pero más que la radio, fue la televisión la encargada de llevar imágenes culturales a muchos rincones de nuestras sociedades latinoamericanas.

No debemos dejar de lado los esfuerzos de muchos gobiernos por disminuir el analfabetismo. Quien sabe leer está más cerca de la cultura. Además, por extraño que parezca, los libros son cada vez más baratos relativamente. Todo esto gracias a los adelantos tecnológicos.

En resumen podemos afirmar que la cultura, en la primera mitad del siglo XX, se fue masificando paulatinamente gracias a la radio, la televisión, los libros y los periódicos.

 

La mirada hacia lo autóctono. Los medios de comunicación hacen cada vez más pequeño el mundo. Lo que en un tiempo tardaba meses en conocerse, gracias a la radio, podía conocerse en el mismo día o minutos después de ocurridos (en la actualidad conocemos lo que ocurre en su momento) Esta difusión de información ha dotado a las gentes de nuevas costumbres en su estilo de vida: nuevas indumentarias, nuevos vocablos, nuevos hábitos, nueva visión del mundo... En resumen, somos cada vez más cosmopolitas. Todo esto conduce a una pérdida gradual de la identidad nacional. Pero a medida que profundizamos en esta pérdida de identidad, repentinamente, por un acto brusco de nostalgia, echamos una mirada hacia lo autóctono: a lo propio de nuestro país. Es un mecanismo de defensa contra la invasión impía de otras culturas.

2.  La novelística de tema social.

Nuestros pueblos latinoamericanos han dependido siempre, en gran medida, de la explotación de la tierra. Los productos agrícolas extraídos de su entorno han sido su alimentación. De aquí resulta que el campesino, aquel hombre de piel quemada, ropa sencilla y medio descalzo, es un personaje cotidiano. Narrar sus costumbres, sus vicios, sus conflictos y sus miserias ha sido objetivo de muchos escritores. Da origen esto a la llamada novela regionalista-costumbrista. En una novela regionalista-costumbrista se trata al hombre en relación con la naturaleza. Se exponen en ella problemas como la explotación en las zonas agrícolas, se trata de las enfermedades propias de los trabajadores del campo, se describen las zonas geográficas en las que se mueven los campesinos... En estas novelas se describen los llanos, la pampa, la selva, los ríos... Y los protagonistas son indios, gauchos, llaneros...

 

La novelística de la Revolución Mexicana. Los principios que desencadenaron la revolución mexicana se irradiaron hacia muchos países latinoamericanos. Surgen en zonas distantes nuevos movimientos populares agrarios buscando los mismos fines perseguidos en México, aunque en la práctica los movimientos revolucionarios mexicanos resultaron ser una secuencia de confusiones ideológicas y un oleaje de injusticias, crímenes y revanchas.

Todos aquellos movimientos revolucionarios que perseguían nobles fines, al menos en apariencia, se vieron respaldados por escritores que veían en tales movimientos románticos una tabla de salvación para los desprotegidos. Las escenas revolucionarias proporcionaron a los escritores abundante material para desarrollar un cuento o una novela.

 

La novelística indigenista. En la novela indigenista el tema principal es el indígena y su entorno; particularmente el indígena y sus condiciones miserables de vida. Se narran en ellas las condiciones de explotación a las que son sometidos por parte de los blancos y ladinos. Condiciones que con frecuencia llevan al indígena a padecer graves enfermedades, humillación y, en muchas ocasiones, la muerte. En estas novelas encontramos al indígena trabajando rudamente por largas jornadas, jornadas que se prolongan desde que nace el sol hasta la noche. Los hallamos entre los árboles devorando lo que les es posible con el fin de aplacar la martirizante hambre. Vemos a sus pequeños hijos muriendo de infecciones intestinales y a sus mujeres siendo ultrajadas por los señores.

El panorama es desalentador, y no se vislumbra una luz de esperanza. Surgen las revueltas por conseguir mejores condiciones laborales, pero lo que encuentran es la represión que los deja en peores condiciones. Así lo narran los novelistas. Pero los novelistas no son historiadores, sino hombres que han tomado partido; hombres que quieren cambiar la realidad que ven y que les parece denigrante; y en el peor de los casos, se trata de hombres que responden a ciertos intereses ideológicos.

 

La novela social urbana. La novela social incluye a la indigenista. En estas novelas se tratan asuntos relacionados con revoluciones, conflictos de clase y las condiciones de los trabajadores en las plantaciones, minas, explotaciones marítimas...

La novela social tuvo gran auge entre 1920 y 1950; época en la que se vio impulsada por las corrientes ideológicas, tales como el socialismo y el nacionalismo. La misma literatura surgida de la revolución mexicana sirvió de catalizadora para que otros países tomaran la misma ruta literaria.

 

Peculiaridades de la estética del realismo latinoamericano. El realismo es, en literatura, un movimiento estético que trata de retratar objetivamente la realidad. Este realismo literario fue un movimiento cultural que tuvo su origen en Francia en la segunda mitad del siglo XIX. Dicho movimiento no tardó mucho tiempo en esparcirse por toda Europa, hasta llegar a nuestras tierras: Latinoamérica.

Aquí en Hispanoamérica el realismo nos llega a finales del siglo XIX y a principios del XX. Nos llega con literatos como el uruguayo Eduardo Acevedo, el mexicano Rafael Delgado y el argentino Carlos María Ocantos. Estos escritores se encargaron de reflejar una realidad: los problemas sociales del ser humano. En la segunda mitad del mismo siglo nos llegaría un nuevo realismo: el realismo mágico. En el realismo mágico se nos muestra la realidad con matices fantásticos. Recordemos a García Márquez y Cien años de soledad.

En Latinoamérica, dadas sus circunstancias sociales muy particulares, el realismo adquiere ciertas peculiaridades estéticas. Estas peculiaridades fueron el producto natural de unas sociedades abigarradas como las nuestras, en la que hay una mezcolanza de razas; en las que repentinamente llegan extranjeros a imponernos por la fuerza una nueva cultura. Llegan a nuestras tierras los conquistadores y esclavos negros, que pronto comienzan a mezclarse con los aborígenes. Los choques de razas y culturas hacen posible que el realismo adquiera en nuestras tierras una nueva identidad, aunque sigue teniendo por objetivo el reflejar una realidad.

 

Conozcamos algunas novelas del realismo social latinoamericano.

 

4 Huasipungo. El escritor ecuatoriano Jorge Icaza, representante de la novela indigenista, escribió novelas muy críticas con la situación de su país. En 1933 su obra teatral El dictador recibió duras críticas de las autoridades, por lo que comenzó a escribir novelas. La publicación de su primera novela, Huasipungo (1934), hizo que las autoridades ecuatorianas se arrepintieran de haber censurado su anterior obra teatral, pues el libro constituyó no sólo una salvaje crítica a la actitud de los terratenientes respecto de los indígenas, sino que, además, tuvo un enorme éxito de público y fue traducida a varios idiomas. Está considerada como la obra ecuatoriana más famosa y es la novela indigenista por antonomasia. En ella se describe cómo las pequeñas propiedades que los terratenientes entregaban a los indígenas como compensación por su trabajo, les eran robadas más tarde por los mismos terratenientes y, cuando aquellos protestaban por el atropello, eran asesinados. Crítica despiadada de los abusos del capitalismo y de la explotación de los indígenas, fue recibida con desagrado por las clases más pudientes de la sociedad ecuatoriana y por la Iglesia, y muchos lo criticaron afirmando que era un libro pobremente construido y escasamente interesante, mientras que otros alabaron la fuerza y la belleza del lenguaje, y su maestría a la hora de describir los ultrajes a los que eran sometidos los pueblos indígenas. De estructura tradicional, utiliza abundante léxico indígena, lo que obliga a leer la obra con ayuda de un vocabulario.

Después de Huasipungo, Icaza continuó escribiendo relatos breves y otras novelas, y retomó el teatro. Entre sus novelas destacan En las calles (1935) y El chulla Romero y Flores (1958). Toda su obra se caracteriza por un estilo sobrecargado: los personajes quedan esbozados, más que retratados, y los acontecimientos se desarrollan a gran velocidad.

˜ Resumen de Huasipungo. Aquella mañana se presentó con enormes contradicciones para don Alfonso Pereira. Había dejado en estado irresoluto, al amparo del instinto y de la intuición de las mujeres (su esposa y su hija) un problema que él lo llamaba de “honor en peligro”. Preocupado por la metida de pata de su hija (la Lolita), el latifundista sale a la calle, donde se encuentra con su tío Julio Pereira, un pariente poderoso a quien le debe dinero. El tío le hace ver su interés por sus tierras (de don Alfonso), que están muy abandonadas. Hay madera en abundancia y posiblemente petróleo, de acuerdo con las sospechas del Mr. Chapy, un gringo. Mr. Chapy piensa traer la maquinaria necesaria para explotar dichas tierras. Para que tal explotación sea posible, el gringo exige que don Alfonso haga unas mejoras a los terrenos, como carreteras. Sigue diciendo el tío: También exige unas cuantas cosas que me parecen de menor importancia, más fáciles. La compra de los bosques de Filocorrales y Guamaní. ¡Ah! Y limpiar de Huasipungos las orillas del río. Sin duda para construir casas de habitación para ellos (los huasipungos son terrenos que, además del salario, reciben los jornaleros) Su tío le ofrece ayudarle para hacer las mejoras necesarias. Una mañana, con toda su familia, don Alfonso abandona Quito y parte hacia su hacienda (Cuchitambo), a la que llegan en lomo de indios. Entre éstos, el indio Andrés Chiliquinga.

Finalmente llegan a la hacienda. El mayordomo Policarpio, un cholo (mestizo de indio y blanco) los recibe. Cierta desconfianza nace en el cholo luego de las preguntas de su patrón, que demuestran un inusual interés por las cosas de la hacienda.

Don Alfonso solía visitar el pueblo. Allí se encontraba con el cholo Jacinto Quintana, teniente político. Solía echarse unos tragos, conversar con la gente y con el cura. Fue con el cura que planeó el negocio de Guamaní y sus indios.

La Lolita tuvo su hijo en secreto. Doña Blanca, esposa de don Alfonso, se hace pasar por la madre del niño. Pero la leche de Lolita se secó. Entonces ordenó don Alfonso: Que vengan dos o tres longas (indias jóvenes) con cría. Robustas, sanas. Tenemos que seleccionar. La nodriza elegida fue separada de su hijo, y éste murió por falta de cuidados debidos. El patrón ordena la búsqueda de otra. Para ese tiempo ya era dueño de Guamaní.

La compra de Guamaní y los múltiples gastos de los últimos meses en la hacienda terminaron con el dinero que el tío entregó a don Alfonso Pereira, el cual, día a día fue tornándose nervioso y exigente con el mayordomo, con los huasicamas (criados indígenas) y con los indios. Entonces decide explotar los bosques de la montaña, la Rinconada. Utilizará veinte indios. Entre los escogidos está Andrés Chiliquinga, quien lamenta mucho tener que separarse de su Cunshi.

La nueva nodriza es despedida, y la Cunshi, mujer de Andrés, es elegida para amamantar al nieto de don Alfonso. Era costumbre de Andrés escaparse por las noches de la Rinconada para estar con su Cunshi. No la encontró en el huasipungo, y su desesperación no tuvo consuelo. Al llegar a la Rinconada por la mañana, el capataz, el tuerto Rodríguez, descubre sus fugas nocturnas. Lo reprende con dureza.

Mientras cortaba, aturdido por sus pensamientos puestos en su huasipungo y su Cunshi, Andrés se hiere un pie. Queda inhabilitado para seguir trabajando. El tuerto Rodríguez, pese a sus golpes, no consigue que el indio Andrés se ponga de pie. Ordena que lo lleven a la hacienda. Allí lo curan, pero, tal como lo pronosticara el tuerto, Andrés queda inválido del pie. Pese a esto, los patrones, que están agradecidos porque la leche de la Cunshi le asentó bien al niño, no le quitan al runa (hombre indio) su huasipungo y lo ubican en un trabajo propio para su invalidez.

Entretanto, aprovechándose de la condición de la Cunshi, don Alfonso la viola cierta noche. Tiempo después, doña Blanca y su hija Lolita regresan a la ciudad, donde la criatura pasará como hijo de don Alfonso.

Don Alfonso se reúne con el cura y con Quintana, a quien ya ha involucrado en la construcción de la carretera. Toman los tres, mientras la Juana, mujer de Quintana, el teniente político, les sirve las bebidas. La bebida se termina. Don Alfonso manda a Jacinto Quintana a traer dos botellas a la hacienda. Esta ausencia aprovechan el cura y don Alfonso para tener sexo con la Juana, quien ya antes ha sido mujer de ambos.

Y para la construcción del carretero (carretera) se logró reunir gran cantidad de trabajadores. La colaboración del cura fue determinante para convencer a la gente de involucrarse en las tareas de construcción. ...nadie se negó a ir a la obra patriótica y cristiana. Por el contrario, hubo entusiasmo y alegría. La negación hubiera significado un crimen inaudito. Hombres, mujeres y niños marcharon a la construcción.

Se inicia el trabajo. Están involucrados los hermanos Ruata, el tuerto y un ingeniero llegado de la ciudad. Con el paso de los días, los trabajadores comienzan a impacientarse, pues la obra parece prolongarse por mucho tiempo. Piensan en sus casas, en sus guaguas (niños), en sus mujeres... Los malos  tratos  del tuerto Rodríguez (que con azotes de su acial intentaba curar a los enfermos), las tempestades y las enfermedades están acabando con el ánimo de los mingueros (trabajadores colectivos) Ya no hay aquella euforia que los llevó a marchar a las duras faenas. Las murmuraciones se generalizan. El ingeniero le sugiere a don Alfonso que debe darles algún aliciente a los trabajadores para levantarles la moral; y él ordena que se les lleve aguardiente. También promete regalarles maíz. Jacinto y la Juana son los encargados de repartir el aguardiente. Pese a esto, ya hay muchas deserciones y los pocos que quedan trabajan de mala gana. Esto obliga a don Alfonso a cambiar el método de trabajo para ahorrar tiempo. El nuevo método será muy peligroso, y así se lo hace saber el ingeniero; pero finalmente se impone la voluntad del latifundista.

Tal como lo esperaba el ingeniero, un longo (indio joven) cayó en un hoyo pantanoso. El náufrago entre tanto se había hundido hasta el pecho. Sus brazos se agitaban con menos esperanzas y sus voces desmayaban poco a poco. Parecía un punto palpitante entre la neblina y las totoras (plantas propias de los pantanos) Los huasqueros (los que usan huasca: lazo de cuero de res) intentan el rescate. El esfuerzo es inútil. El longo muere, y cuatro días después morirá otro runa. A la semana en la minga no habrá más que una docena de cholos. Cierta mañana el ingeniero dio a entender que deseaba retirarse.

Pendejadas, mi querido amigo (le dice el latifundista al ingeniero). Las grandes realizaciones requieren grandes sacrificios. Y si estudiamos detenidamente el caso... Ahora, el sacrificio es mío.

¿Cómo?

Los indios que mueren y morirán, pongamos cinco, diez, veinte, son míos... Estoy perdiendo un capital en beneficio de la propaganda que luego pueden aprovechar usted y el Ministerio donde usted trabaja –concluyó el latifundista.

Es verdad. Pero...

No hay pero que valga. Más mueren en la guerra y sin embargo nadie dice nada.

Nada –murmuró el ingeniero en tono y actitud de complicidad, de derrota.

Y le diré en confianza. No debe inquietarse mucho por mis intereses. Los indios me costaron pocos sucres (moneda del Ecuador) No recuerdo si fueron a cinco o a diez cada uno.

A pesar de que el señor cura dio misas campales a la orilla de las tembladeras (ciertas plantas gramináceas), junto a los pondos de guarapo y a los barriles de aguardiente del cobertizo de la mujer del teniente político, y ofreció para los mingueros grandes descuentos en las penas del purgatorio y del infierno, el cholerío (grupo de cholos) no volvió al trabajo. Serían los indios los que desecarían el pantano y tenderían sobre él un ancho camino. Para el trabajo en tierra firme se llamaría a nueva gente. Finalmente fue terminado el carretero, que fue orgullo de la comarca. La prensa elogiaba a todos, menos a los indios; los cuales no aparecían en ninguna fotografía ni se les mencionaba en algún lado. Quizás su aspecto y su condición no encajaban en el respeto público. O no se hallaron presentes en el momento de las fotografías. Una misa de acción de gracias a la Virgen de la Cuchara, patrona del pueblo, debía celebrarse. Tancredo Gualacoto, un huasipunguero con  fama de rico, debía pagarla: cien sucres. Así lo decidió el cura. Pero Gualacoto le pide una rebajita al señor cura. Este se indigna y lo maldice junto con sus acompañantes. Se marchan y descubren la creciente del río, que ha arrasado con los huasipungos de la orilla y con muchas vidas. Los amigos de Gualacoto lo consideran el culpable, por su tacañería, de las desgracias. Enfurecidos, le dan muerte.

Mientras tanto, para don Alfonso el progreso ha llegado. Ordenó sembrar mucho más que de costumbre. Pero su avaricia va en aumento. Prohíbe el chugchi (recoger los desperdicios después de la cosecha) No dará el socorro: una fanega de maíz o de cebada. Entonces los huasipungueros van a la hacienda a exigirle el socorro a don Alfonso Pereira. Este se los niega, se hace la víctima y termina implorando a Dios un castigo para aquellos salvajes. Comienza a llenarse de temores. Un nerviosismo constante lo acompaña. Previniendo un levantamiento o un saqueo, solicita dos chagras (gente de aldeas) armados para que lo cuiden.

Por esos días muere accidentalmente un buey y los indios le piden al patrón aquella carne ya descompuesta, pero éste se las niega, y ordena que el animal sea enterrado. Quiere evitar que posteriormente, al probar la carne, los indios se encarguen de robarla. Por la noche, un grupo de runas rescatan el cadáver y lo despojan de la carne. El cojo Andrés Chiliquinga se halla entre ellos.

La mujer de Andrés prepara la carne descompuesta y la comen. Al día siguiente amanecen con dolores estomacales. A la Cunshi le durará el dolor por varios días, después de los cuales moriría. El cojo le pidió ayuda al patrón, pero éste se la niega. Durante el velorio, se lamenta Andrés: Ay, Cunshi... ¿Quién ha de cuidar, pes, puerquitus? ¿Quién ha de sembrar, pes, en huasipungo?... Nada, pes, porque ya nu has de sembrar vus...

Andrés visita al cura para la misa y el entierro. En esto el doliente podrá escoger el sitio. Hay diversos precios. Le dice el cura, dueño del cementerio: Los que se entierran aquí, en las primeras filas, como están más cerca del altar, más cerca de las oraciones, y desde luego más cerca de Nuestro Señor Sacramento, son los que van más pronto al cielo, son los que generalmente se salvan. Así ofrecía el cura su mercadería. Los precios: treinta y cinco sucres en primera fila, veinticinco en las del centro, que también se  salvan, y cinco sucres en las orillas, donde están sólo los demonios. Andrés desea en primera fila, para lo cual pide fiado: Un fiaditu nu más. Desquitandu en trabaju. En lu que quiera, taiticu. Desde la cuatru de la mañana ha de venir nu más a desquitar en sembradu, en aradu... El pobre Andrés no consigue crédito. De regreso a su choza, se roba una vaca del patrón y la lleva a vender lejos de la zona. Así consiguió el dinero para la salvación de la Cunshi. El robo es descubierto y Chiliquinga es azotado por Quintana públicamente. Incluso el guagua (hijo)  recibe  un  latigazo por intentar interrumpir el castigo. En la soledad de la choza, padre e hijo se curaron los golpes y las heridas con una mezcla rara de aguardiente, orines, tabaco y sal.

Por el pueblo se rumora la llegada de los gringos.

Traen plata, guambritas.

A repartir.

Jajajay.

Dizque son generosos.

Ojalá nos saquen de la hambruna que soportamos.

Dicen que harán mejoras en el pueblo.

¡Viva los señores gringos!

Los gringos pasaron muy de prisa en sus automóviles de lujo sin considerar el entusiasmo de la gente. Eligen una loma para el aserradero grande. Es la loma en donde están los huasipungos de los indios desplazados de la rivera. El tuerto Rodríguez y Quintana desalojan con violencia a los ocupantes. Seguirían después con otras chozas entre las que estaba la de Andrés Chiliquinga. Este se llenó de incontenible furia, organizó a su

 

 

gente y, armados con lo que les era posible, esperaron a Quintana y sus policías y al tuerto. Al grito de ¡Ñucanchic huasipungooo! son asesinados a golpes. Al saber la noticia, don Alfonso y los gringos, entre ellos Mr. Chapy, huyen hacia Quito.

Soldados son enviados para sofocar la rebelión. Los indios son asesinados indiscriminadamente. Andrés con su pequeño hijo se oculta en su choza. Es obligado a salir por el fuego. Apretó al muchacho bajo el sobaco. Avanzó hacia fuera, trató de maldecir y gritó, con grito que fue a clavarse en lo más duro de las balas: ¡Ñucanchic huasipungooo! Luego se lanzó hacia delante con ansia de ahogar la estúpida voz de los fusiles. En coro con los suyos que les sintió tras él, repitió: ¡Ñucanchic huasipungo, caraju!

 

4 El señor Presidente, de Miguel Angel Asturias. Miguel Angel Asturias, diplomático y premio Nobel guatemalteco, nacido en ciudad de Guatemala. Estudió derecho en universidades de su país y antropología en la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta surrealista francés André Breton. En 1942 fue elegido diputado en su país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala.

En su obra, al igual que en la del escritor cubano Alejo Carpentier, el mito se hace presente, pero a diferencia del cubano, organiza sus novelas en torno a los mitos precolombinos. Su primera obra Leyendas de Guatemala (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas. La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente (1946) en la que traza el retrato de un dictador de una manera caricaturesca y esperpéntica pero siguiendo una estructura regida por la lucha entre las fuerzas de la luz (el Bien, el pueblo) y las fuerzas de las tinieblas (el Mal, el dictador) según los mitos latinoamericanos.

 

u El Señor Presidente. De las obras de Asturias, El Señor Presidente es la más popular, la más leída y la más estudiada. Esta novela es un laberinto de horror en un estado terrorista. Se considera la mejor novela escrita sobre una dictadura. El Señor Presidente lo mira todo y lo sabe todo, vigila al que vigila, de manera que nadie está sin control. También puede considerarse una historia amor: la pasión de Miguel Cara de Angel con Camila Canales, la hija del general Canales, que está en la mira del Señor Presidente por su rectitud y honestidad. Cada día Cara de Angel, gracias al amor, se desplaza del mal hacia el bien. Este hombre, de quien se dice que era bello y malo como satán, conoce a Camila vigilando la casa de su padre, el general, cuya muerte le interesa al Señor Presidente. Todo porque este digno general no se ajusta y no se arrodilla ante el dictador. Por su parte, Cara de Angel, a medida que su amor crece por Camila, se debate entre el amor y su fidelidad al dictador.

En cierta ocasión, Cara de Angel busca al mayor Farfán, uno de los conspiradores en contra del Señor Presidente, y le informa que iba a ser envenenado por su conspiración en contra del dictador. Cara de Angel medita de esta manera: al marcharse el mayor, Cara de Angel se tocó para saber si era el mismo que a tantos había empujado hacia la muerte, el que ahora, ante el azul infrangible de la mañana, empujaba a un hombre hacia la vida.

Y aunque no son muchas las horas que han pasado de su trato con Camila, Miguel Cara de Angel, un hombre bestial, acostumbrado a matar sin siquiera pestañear, súbitamente se ha regenerado por el impacto del amor. Lo vemos que reaparece al lado de la cama de la moribunda Camila, pues una enfermedad la tiene al borde de la muerte. Cuando el médico le informa que sólo un milagro podrá salvarla, Cara de Angel se desespera y termina casándose con ella, pues un supuesto experto en asuntos de amor le dice que a la muerte únicamente se le puede oponer el amor. Aquí comienza su desgracia, pues el Señor Presidente se entera de su matrimonio secreto con la hija de su enemigo. Este acto desleal es para el Señor Presidente una traición a su persona-patria, es una acción antinacional. El Señor Presidente, por el contrario, no da muestras de su disgusto; pero en su mente Cara de Angel, su favorito, ya está muerto.

El Señor Presidente manda a llamar a Cara de Angel y le pide viajar a Washington supuestamente para evitar que sus enemigos conspiren allí en contra de su reelección. Cara de Angel ve aquí la oportunidad de escapar con Camila y huir así del régimen dictatorial. A su llegada al puerto descubre que el comandante es el mayor Farfán, lo que le alegra pues éste le debe la vida; pero precisamente por el mayor Farfán es arrestado, quien además lo golpea con violencia y lo envía a la capital donde es encerrado en un calabozo. Allí lo único y lo último que alentaba en él era la esperanza de volver a ver a su esposa, el amor que sostiene el corazón con polvo de esmeril.

El drama de Camila es terrible: esperar y esperar por el regreso de su esposo, a la vez que su vientre está a punto de reventar.

Mientras tanto en el calabozo un espía del gobierno le cuenta a Cara de Angel que está allí por haber intentado enamorar a la preferida del Señor Presidente, una señora que, según se enteró, era la hija de un general, la cual se había metido con el Señor Presidente para vengarse de su marido que la abandonó. Cara de Angel muere en el calabozo en medio de la desesperación, la oscuridad y el dolor.

 

˜ Resumen de El señor Presidente. ¡... Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre! Como zumbido de oídos persistía el rumor de las campanas a la oración, maldoblestar de la luz en la sombra, de la sombra en la luz.

Los gritos tristes del idiota, apodado el Pelele, despertaban con frecuencia a los pordioseros que dormían en el Portal del Señor (de la catedral) El Pelele se volvía frenético al escuchar la palabra madre. El Mosco, un mendigo ciego al que le faltaban las dos piernas, decía: ¡Yo, que perdí los ojos en una borrachera sin saber cómo, la pierna derecha en otra borrachera sin saber cuándo, y la otra en otra borrachera, víctima de un automóvil, sin saber onde!

Esa noche alguien se acercó al Pelele y le gritó ¡Madre! ... el Pelele se le fue encima y, sin darle tiempo a que hiciera uso de sus armas, le enterró los dedos en los ojos, le hizo pedazos la nariz a dentelladas y le golpeó las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte. Así ha muerto el coronel José Parrales Sonriente, alias el hombre de la mulita.

La policía encierra al Mosco y a otros pordioseros. En la celda se hallan un estudiante y un sacristán. Este último por haber quitado equivocadamente el anuncio del jubileo de la madre del señor Presidente. Por la noche son sacados e interrogados los mendigos. Todos aseguran que fue el Pelele el asesino. Los pordioseros son torturados sin misericordia y obligados a afirmar que los asesinos del coronel fueron el general Eusebio Canales y el licenciado Abel Carvajal. El Mosco, que mantuvo su posición, fue azotado hasta morir por el Auditor de Guerra.

El Pelele huye y llega hasta un basurero, donde se duerme. Allí lo ayuda Cara de Angel.

El doctor Barreño llega hasta ¡ Ese animal!: el secretario del Presidente. El doctor Barreño sabe que la muerte de algunos soldados se debe al purgante que se les daba. Esto le acarrea problemas con el señor Presidente.

Miguel Cara de Angel, el hombre de toda la confianza del señor Presidente, entró de sobremesa. Entra el general y el Presidente le entrega trescientos pesos para que la viuda entierre a ¡Ese animal! Luego le explica a Cara de Angel que se ha ordenado la captura de Eusebio Canales, involucrado en la muerte de Parrales Sonriente. Le hace saber que necesita su fuga esa misma noche, pues no conviene que vaya a la cárcel. El favorito (Cara de Angel) llegó a la casa del general Eusebio Canales, en el barrio de la Merced. Ronda por ahí Lucio Vásquez, un policía, quien le ayudará a entrar a la casa del general. Vásquez, después de conversar con Genaro Rodas, pasa por el Portal y le da muerte al Pelele.

El general Eusebio Canales, aunque se considera inocente, decide seguir los consejos de Cara de Angel. Piensa dejar a su hija Camila en casa de su hermano. Recuerda Eusebio la vez que dijo en un discurso: ¡Los generales son los príncipes de la milicia! Se reprocha a sí mismo. ¡Qué imbécil! ¡Cuánto me ha costado esa frasecita! El Presidente no me perdonará nunca eso de los príncipes de la milicia, y como ya me tenía en la nuca, ahora sale de mí achacándome la muerte de un coronel que dispensó siempre a mis canas respeto. Eusebio Canales morirá poco tiempo después, al enterarse que el Presidente fue el padrino de la boda de su hija.

Durante la confusión de la fuga del general, Cara de Angel toma a Camila y la lleva hasta el Tus-Tep, el negocio de la Masacuata, mujer de Vásquez. Pese a tenerla en su poder, Miguel Cara de Angel no abusa de Camila. Por el contrario, le brinda su ayuda. Busca a Juan Canales, hermano del general, para que se lleve a su sobrina a su casa. Pero Juan está temeroso. Aquella visita le hace creer que su hermano lo ha involucrado en el crimen. Cuando Cara de Angel le habla de Camila y de su deseo que la ayude, Juan recobra la calma. Pese a todo, no acepta brindarle ayuda a su sobrina.

Doña Fedina, mujer de Genaro, es capturada en la casa del general. Cuando se le registra, se le halla una carta del general Eusebio. El Auditor de Guerra le pregunta qué hacía en tal sitio. Ella responde finalmente que estaba ahí para avisarle que lo iban a capturar por la muerte de Parrales; lo que supo por medio de su marido, quien lo supo por medio de Lucio Vásquez. El Auditor también quiere saber el camino que tomó el general Canales. Para que confiese, le dejan escuchar el llanto de su hijo. Le dice el Auditor: Llora de hambre y se morirá de hambre si usted no me dice el paradero del general. Fedina, que nada sabe, llora e implora. El Auditor, cansado de su negativa, la envía a moler cal viva. Con las manos cubiertas de grietas incontables y profundas, que a cada movimiento se le abrían más, los dedos despellejados de las puntas, llagados los entrededos y las uñas sangrantes, niña Fedina bramaba del dolor al llevar y traer la mano de la piedra sobre la cal. Cuando se detenía a implorar, por su hijo más que por su dolor, la golpeaban. La llevaron a un calabozo. Al despertar se halla con su hijo moribundo.

Estando con Camila, a quien se está uniendo afectivamente, Cara de Ángel se entera que Lucio está preso por chismes de Genaro, también preso. Miguel huele el peligro. Luego acompaña a Camila a casa de sus tíos. Comprende que ellos no quieren saber de ella. Irremediablemente vuelve al Tus-Tep.

Genaro es golpeado, mientras que Lucio es encerrado. Doña Fedina es vendida por el Auditor a doña Chon, la dueña del prostíbulo Dulce Encanto, por diez mil pesos. Doña Fedina, fuera de sí por la angustia, carga con su hijo, que es ya un cadáver. Las prostitutas la ven con cierta curiosidad. Es la cocinera la que advierte un mal olor. Luego se descubre que es el niño el que hiede. Fedina es enviada al hospital. Entonces doña Chon comienza a preocuparse por recuperar los diez mil pesos.

Le informan al Presidente que probablemente en el Tus-Tep se esconde el general Canales. También se le informa de unos revolucionarios armados. Una prostituta le informa que el mayor Farfán, en estado de ebriedad, le confesó que el general Canales era el único general de verdad que él había conocido en el ejército. Catarino Regisio le informa que el año pasado el general Canales afirmó que si la revolución tomaba cuerpo él tenía a su disposición dos batallones.

Camila cae enferma. Un sacerdote la visita y ella se confiesa. Miguel, lleno de angustia, se vuelve un hombre bueno, buscando así que Dios le devuelva la salud a Camila. Libera a un muchacho prisionero. Luego busca a Farfán para salvarle la vida, pues pretenden matarlo a la primera oportunidad. Lo encuentra y lo pone al tanto de los sucesos. Al marcharse el mayor, Cara de Angel se tocó para saber si era el mismo que a tantos había empujado hacia la muerte, el que ahora, ante el azul infrangible de la mañana, empujaba a un hombre hacia la vida.

En su destierro, el general conoce la pobreza de su pueblo y jura hacer la revolución. Entre tanto, Carvajal es encarcelado y condenado a muerte. En el proceso se podía leer que los pordioseros afirmaban que Carvajal dijo lo siguiente en el día del asesinato de Parrales, el hombre de la mulita: Ahora que ya quitamos de en medio al de la mulita, los jefes de los cuarteles no tendrán inconveniente en entregar las armas y reconocerlo a usted, general, como jefe supremo del ejército. Corramos que puede amanecer, pues, y hagámoslo saber a los que en mi casa están reunidos, para que se proceda a la captura y muerte del Presidente de la República y a la organización de un nuevo gobierno.

Cara de Angel se casa con Camila. Se busca por medio del amor salvar de la muerte a la enferma. El Presidente publica la noticia y encabeza él la lista de padrinos. Pero el subsecretario le hace saber a Miguel que se halla en peligro.

Mientras tanto, doña Chon, la Diente de Oro, la dueña del prostíbulo, sigue reclamándole su dinero al Auditor de Guerra. Este le dice a Genaro, condenado a más de seis años, que quedará en libertad, pero que a cambio deberá vigilar a Cara de Angel y a su mujer. Genaro firma el documento siguiente: Recibí de doña Concepción Gamucino la “Diente de oro”, propietaria del prostíbulo “El dulce encanto”, la suma de diez mil pesos moneda nacional, que me entregó para resarcirme en parte de los perjuicios y daños que me causó por haber pervertido a mi esposa, señora Fedina de Rodas.

El Presidente manda a llamar a Miguel. Le dice que lo enviará a Washinton pues su reelección está en peligro y necesita saber qué es lo que sucede. Miguel siente desconfianza. Camila le ayuda a preparar el viaje. Miguel espera quedarse en el país al que va y mandar por su esposa posteriormente. Camila llora.

En el puerto, Miguel saluda al comandante: el mayor Farfán. Momentos después, revólver en mano, Farfán le dice: ¡De parte del señor Presidente queda usted detenido! Posteriormente es golpeado por Farfán y sus soldados hasta quedar sin conocimiento.

Pasa el tiempo y Camila sigue esperando el retorno de Miguel. Está embarazada y cose ropita para el niño. Se rumora que Miguel murió en el puerto, pero alguien se encarga de hacerle saber que Miguel se embarcó para Singapur. Intenta salir del país, pero le niegan el pasaporte. También se rumora que murió de fiebre amarilla en Panamá. Nace el niño. Por consejo médico, sale una temporada al campo. El pequeño Miguel creció en el campo, fue hombre de campo, y Camila no volvió a poner los pies en la ciudad.

Pero Miguel ya no volverá. La muerte lo tiene en sus redes.

¡... Cada vez pesas menos –el prisionero del diecisiete ya no se conocía la voz- y cuando el viento pueda contigo te llevará donde Camila esperas que regreses¡ Y sentía a Camila junto a su cuerpo, en la pólvora sedosa del tacto, en su respiración, en sus oídos, entre sus dedos. Con un pedacito de latón que arrancó a una de las correas de sus zapatos, único utensilio de metal de que disponía, grabó en la pared el nombre de Camila y el suyo entrelazados...

Y al calabozo es enviado un hombre para hacerle saber a Miguel que su mujer es ahora mujer del Presidente; y que ella hizo tal cosa por vengarse de su esposo que la abandonó.

La partida de defunción del calabozo diecisiete se asentó así: N. N.:disentería pútrida.

 

4 Los de abajo, de Mariano Azuela. Mariano Azuela, narrador mejicano nacido en Jalisco, comenzó a escribir durante la dictadura de Porfirio Díaz: María Luisa (1907), su primera novela, la publicó cuando era estudiante; visionario, advierte en Andrés Pérez, maderista (1911) los cambios revolucionarios incipientes. Azuela se integra como médico a las fuerzas villistas durante la Revolución Mexicana y escribe Los de abajo (1915), la novela que lo haría famoso, publicada primero como folletín en Texas: …novela de ese primer momento de la Revolución Mexicana en que principia la lucha con una cólera ciega, afirma Castro Leal. Con esta novela Azuela inaugura un estilo nuevo acorde con la lucha armada en la que destacan los cuadros rápidos, violentos, realistas.

 

˜ Resumen de Los de abajo. El silencio se rompe en Limón, en la montaña,  y un grupo de gente teme que se trate de los soldados federales. Alguien dice: Sería bueno que por sí o por no te escondieras, Demetrio. Y la mujer agrega: Tu rifle está debajo del petate.

Se oculta Demetrio Macías. Enseguida llegan un sargento y un teniente, quien trata de seducir a la mujer de Demetrio. Este aparece, y los militares se largan. ¿Por qué no los mataste?, le pregunta ella. ¡Seguro que no les tocaba todavía!, responde él. Ambos se marchan y en el camino se separan. En cada risco y en cada chaparro, Demetrio seguía mirando la silueta dolorida de una mujer con su niño en los brazos. Desde lo alto, ve hacia el cañón... Su casa ardía...

Camina entre las montañas Demetrio; luego, tras la señal con su cuerno, salieron, unos tras otros, muchos hombres de pechos y piernas desnudos, oscuros y repulidos como viejos bronces. Eran los veinticinco hombres de Demetrio. Les cuenta que le quemaron su casa, y les propone enfrentar a los federales.

Al día siguiente ocurre el enfrentamiento: Veintiún hombres dispararon a un tiempo, y otros tantos federales cayeron de sus caballos... Una nueva descarga, y otros veintiún hombres rodaron de roca en roca, con el cráneo abierto. Los federales, que no lograban ver a quienes disparaban, les gritaban: ¡Salgan bandidos!... ¡Muertos de hambre! ¡Mueran los ladrones nixtamaleros!... ¡Mueran los comevacas! Saquen la cabeza... ¡Hilachos piojosos! Los soldados se dan a la fuga. A los de abajo... A los de abajo – exclamó Demetrio. Sus hombres hacen gala de su puntería, haciendo una gran matanza. Pero se arriesgan demasiado y Demetrio es herido. En adelante será llevado en camilla con ruta hacia el norte, hacia donde quiere llegar. La gente que encuentran les da de comer y les expresan apoyo. Ahora van ustedes, mañana correremos también nosotros, huyendo de la leva, perseguidos por esos condenados del gobierno, que nos han declarado guerra a muerte a todos los pobres; que nos roban nuestros puercos, nuestras gallinas y hasta el maicito...

Una mañana, en el lugar en el que están refugiados esperando que Demetrio se recupere, un muchacho es capturado. Su nombre: Luis Cervantes. Afirma ser universitario y desertor del ejército. Quieren matarlo, pero Demetrio lo impide. Con el paso de los días, Demetrio confía en él y permite que lo cure. Luis Cervantes hace bien su trabajo, pues estudió medicina en la universidad. La misma Camila, la muchacha del jacal en el que se refugia Demetrio, está enamorada del curro, que es como le llaman a Luis Cervantes.

Demetrio, ya curado, decide partir. Organiza un baile para la víspera. Camila, un día antes, le ha declarado su amor a Luis, quien la rechaza. Avergonzada, no se presenta al baile, donde la esperaba Demetrio, a quien le gusta.

Marchados los rebeldes, doña Agapita, madre de Camila, nota su raro comportamiento. Cree que le han hecho mal de ojo, y decide resolver el caso a su manera: descolgó un barzón de cuero crudo que servía a su marido para uncir la yunta y, doblándolo, propinó a Camila una soberbia golpiza para sacarle todo el daño.

Demetrio le cuenta a Cervantes el motivo por el que se hizo revolucionario. Mire, antes de la revolución tenía yo hasta mi tierra volteada para sembrar, y si no hubiera sido por el choque con don Mónico, el cacique de Moyahua, a estas horas andaría yo con mucha prisa, preparando la yunta para las siembras.... Le pide a Pancracio que lleve dos botellas de cerveza. Le sigue contando que Mónico fue a traer una escolta para apresarlo, pues él decía que era maderista (seguidor de Madero); pero alguien lo alertó y se dio a la fuga. Luego le cuenta cómo reunió su gente. Después vino mi compadre Anastasio,  que  hizo una muerte, y luego Pancracio, la Codorniz y muchos amigos y conocidos. Después se nos han ido juntando más, y ya ve: hacemos la lucha como podemos.

En su camino hacia el norte, Demetrio se enfrenta a un grupo de federales. Los vence con facilidad y los despoja. Los hombres, inclinados ahora, se dedican a desnudar a los que traen mejores ropas. Y con los despojos se visten, y bromean, y ríen muy divertidos.

Demetrio llegó con cien hombres a Fresnillo el mismo día que Pánfilo Natera iniciaba el avance de sus fuerzas sobre la plaza de Zacatecas (que terminará en fracaso). Se saludan efusivamente. Le dice Natera: ¡Ya sé quién es usted y qué gente trae! ¡Ya tengo noticias de la cuereada que le han dado a los federales...! Es en este ambiente que Cervantes comienza a llamarle coronel a Macías.

¡Que viene Villa!

La noticia se propagó con la velocidad del relámpago.

¡Ah, Villa!... La palabra mágica. El gran hombre que se esboza; el guerrero invicto que ejerce a distancia ya su gran fascinación de boa.

¡Nuestro Napoleón mexicano! ─exclama Luis Cervantes.

Pronto se reúnen todos en un restaurante a celebrar con champaña. Ya a Demetrio lo llaman general, y se junta con una prostituta, la Pintada, con quien pasará la noche en una casa que saquean. Roban lo que pueden, y hasta fuego para cocinar preparan con los libros que encuentran.

Al día siguiente la Pintada apareció de pronto en medio de la sala, luciendo un espléndido traje de seda de riquísimos encajes. Y en aquella casa de ricos siguió la celebración. Aquí aparece el güero Margarito, y se une a los hombres de Demetrio. Luis Cervantes había encontrado como novia a una muchacha bella y de unos catorce años. Se la presentó al general Demetrio. Este, por la noche, intenta arrebatársela a Cervantes, quien amanece al siguiente día con hinchazón. Pero es con el güero con quien pasa agradables momentos la novia de Cervantes.

Todos se dirigen hacia Moyahua, la tierra del cacique Mónico, a través de la sierra. A la cabeza de la tropa va Demetrio Macías con su Estado Mayor: el coronel Anastasio Montañés, el teniente coronel Pancracio, y los mayores Luis Cervantes y el güero Margarito. Al llegar a Moyahua, Demetrio busca la casa de Mónico. Es Pancracio quien la abre de un disparo. En su interior hay un grupo de gente, pero no está el cacique. Demetrio hace entrar a su gente, y el cacique sale de un ropero. Muy confundido, se echa a sus pies y le abraza las rodillas. El suplica que no le haga nada.

¡Mi mujer!... ¡Mis hijos!... ¡Amigo don Demetrio!

Demetrio, con mano trémula, vuelve el revólver a la cintura.

Una silueta dolorida ha pasado por su memoria.

Una mujer con su hijo en los brazos, atravesando por las rocas de la sierra a media noche y a la luz de la luna... Una casa ardiendo...

Mientras tanto, afuera la turba esperaba la orden para saquear la casa del cacique. Pero Demetrio ordena que se le pegue fuego a la casa. Cervantes ejecuta la orden. Aprovecha para cargar a escondidas con muchas monedas y joyas, las que se las presenta a Demetrio, que no había ordenado tal cosa. Pero trata de convencerlo de que es necesario el dinero, pues si la revolución no se acaba, nosotros (ellos dos) tenemos ya lo suficiente para irnos a brillar una temporada fuera del país. Demetrio le responde que no le tiene amor al dinero, y agrega: Pues yo, con que no me falte el trago y con traer una chamaquita que me cuadre, soy el hombre más feliz del mundo.

El general recuerda a Camila. Cervantes le promete ir por ella. Y cumple su promesa. Rapta a Camila fingiéndole su amor, y la lleva con el general, quien se aprovecha de ella. La pobre Camila amanece llorando, y es la Pintada quien se encarga de consolarla.

Abandonan aquella casona propiedad del cacique de Moyahua. En el camino, Pancracio le da muerte a un sacristán. ¡Pancracio no puede ver un catrín delante de él! En la tienda de Primitivo López se hallan bebiendo cuando llegan a ordenarle que persiga a los orozquistas (seguidores de Pascual Orozco) y todos se alegran con la idea de ir a Jalisco. Muchos de los amigos de Demetrio le solicitan incorporarse a sus filas.

La batalla fue simplemente contra federales, lo que desilusionó a Demetrio. Pero el güero Margarito aprovecha la ocasión para hacer un prisionero y atarlo detrás de su caballo. Más adelante, una vez que caiga de cansancio, lo rematará a sablazos. Era parte de su diversión, y aunque Camila se lo hizo saber a Demetrio, a quien poco a poco le va tomando cariño, éste consintió aquel espectáculo sádico.

Acampan en una planicie, cerca de tres casitas solitarias. A mí me va a suceder algo, pensó Demetrio. Recuerda a su mujer e hijo. Antes de la madrugada parten rumbo a Tepatitlán, para luego llegar a la sierra. En el camino, la Codorniz va transando algunas de sus prendas. Cervantes considera más prudente ir a Aguascalientes, pues han reclutado mucha gente y los fondos se agotan. Le dice con suavidad Cervantes: Sólo en esta semana hemos reclutado cerca de quinientos hombres, y en anticipos y gratificaciones se nos ha ido todo.

Llegan a Guadalajara. Después de alojarse, con el pretexto de ir a recoger armas y caballos, los soldados se desperdigaron en busca del saqueo. Aquí un hombre al que los revolucionarios le han quitado su maíz se acerca a Demetrio para quejarse; y como Cervantes quiere impedirlo, interviene Camila. Demetrio ordena que se le entreguen diez fanegas de maíz.

Cuando aquel pobre va a reclamar las fanegas, Margarito, el novio de la Pintada, le da más de diez: le da una buena cantidad de sablazos. Esto es lo que Montañés le cuenta a Demetrio, y la Pintada sonrió de buena gana al escucharlo. En cambio Camila exclama: ¡Viejo condenado, tan mala entraña! Esto enojó a la Pintada y riñe con ella, quien cae de su caballo y se rompe la frente. Intenta curarla Cervantes. Ella dice: ¿De usté?... ¡Aunque me estuviera muriendo!... ¡Ni agua!

El general es informado de volver a Tepatitlán, dejar ahí la gente e irse a Lagos a tomar el tren de Aguascalientes. El general, en atención a Camila, le dice a la Pintada que ya no seguirá  con ellos. Ella le pide ayuda a Margarito, pero éste le dice: ¡Sí, me parece muy bien que ya te largues mucho a la...! ¡A todos nos tienes hartos! Enfurecida, saca un puñal y se lanza contra Camila, quien de inmediato empieza a desangrarse. El general ordena que maten a la Pintada; pero ella se defiende. Como a Demetrio le falta el valor para matarla con mano propia, la Pintada queda en libertad.

Llegan a Lagos. El güero Margarito, como de costumbre, aprovecha para divertirse a costa de otros. En un hotel, al mesero le coloca una botella en la cabeza y le dispara. En la segunda ocasión le rebana una oreja. A la hora de pagar, derriba a manotadas toda la cristalería y botellas. Le dice al que atiende: Ai le pasas la cuenta a tu padre Villa, ¿sabes? Posteriormente hace bailar a balazos a un sastre.

Llegan a Aguascalientes. Demetrio busca a Natera, el comandante norteño. Dice Natera: ¡Ahora Villa contra Carranza!

Ya han terminado con la federación, por lo que Montañés no entiende por qué seguir peleando. Pancracio y el Manteca se apuñalan. Margarito se suicida. Luis Cervantes se marcha a Estados Unidos. De allá le escribe una carta a Venancio, compañero de lucha, y le hace saber que con sus fondos (de Venancio) pueden asociarse para poner un restaurante de comida mejicana. Estamos en 1915, cinco años después de iniciada la revolución.

Se hallan en la sierra. La gente los ve pasar. Demetrio ordena que lleven ante él a cuanto descubran huyendo. Pronto le llevan cuatro fugitivos. Son desertores de Villa y le cuentan al general que Villa fue derrotado.

Villa fue derrotado por Obregón, en Celaya; y carranza es el vencedor. Los hombres de Demetrio están arruinados. Dice la Codorniz: ¡Pos ahora sí, muchachos... cada araña por su hebra!

Llegan a Juchipila durante el éxodo. Es una ruina aquello. La huella negra de los incendios se veía en las casas destechadas, en los pretiles ardidos. Casas cerradas; y una que otra tienda que permanecía abierta... Demetrio se ha llenado de ex federales y hay descontento y desánimo en la tropa. Los soldados recorren en vano las calles en busca de comida y se muerden la lengua ardiendo de rabia... En vano los jefes muestran sus bolsillos reventando de billetes o quieren ponerse amenazadores.

Finalmente Demetrio llega a reunirse con su familia. Su mujer, loca de alegría, salió a encontrarlo por la vereda de la sierra, llevando de la mano al niño.

¡Casi dos años de ausencia!

Se abrazaron y permanecieron mudos; ella embargada por los sollozos y las lágrimas. Demetrio, pasmado, veía a su mujer envejecida, como si diez o veinte años hubieran transcurrido ya. Luego miró al niño, que clavaba en él sus ojos de azoro. Y su corazón dio un vuelco cuando reparó en las reproducciones de sus mismas líneas de acero de su rostro y en el brillo flamante de sus ojos. Y quiso atraerlo y abrazarlo; pero el chiquillo, muy asustado, se refugió en el regazo de su madre.

Su esposa le suplica que ya no se vaya. Le pregunta: ¿Por qué pelean ya, Demetrio? Demetrio toma una piedra y la arroja al fondo del cañón. El le responde:  Mira esa piedra cómo ya no se para.

Vuelven los soldados a la caminata. Demetrio recuerda: En esta misma sierra, yo sólo con veinte hombres, les hice más de quinientas bajas a los federales. Pero la muerte está muy cerca. ¡Fuego!

Anastasio resbala lentamente de su caballo... Venancio cae a su lado con el pecho horriblemente abierto por la ametralladora, y el Meco se desbarranca y rueda al fondo del abismo.

Y al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa como pórtico de vieja catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil...

 

4La vorágine, de José Eustasio Rivera. José Eustasio Rivera, escritor y político colombiano, trabajó como abogado y participó en la fijación de los límites entre Venezuela y Colombia. Esas actividades le permitieron conocer Los Llanos de su país y también la selva tropical, experiencias decisivas para su breve e intensa obra literaria.

Su segunda y última obra, La vorágine, hace de Rivera un clásico de la narrativa realista premágica. Para muchos esta novela es considerada la gran novela de la selva latinoamericana. Es Rivera el que llevó a su cima la novela criolla.

La vorágine es una gran poesía en prosa de las selvas caucheras del Río Negro o Guainía y de las tierras de Casanare, Cáqueza o Villavicencio. La Naturaleza se siente latir, imponente y devoradora, en todas sus páginas. Miles de caucheros perecieron en aquellas selvas. Hombres opresivos y esclavizados. Fiebres, hambres, impotencia y desesperación. Una gran vivacidad dinámica justifica el titulo (vorágine significa remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos). Arturo Cova, el protagonista, nos refiere autobiográficamente su evasión con Alicia, a la que ha raptado, y su trágico final. El infortunado epifonema que cierra la obra es como la efigie y la síntesis de toda ella: ¡Los devoró la selva! Además, encierra la demanda social, dirigida al gobierno de Bogotá, en favor de los productores del caucho subyugados por los hombres de presa.

Hay una escena en la que se describe el ambiente caótico de la selva: sus peligros por el salvajismo imperante. Transcribo aquí tal escena: Desde allí miraron pasar la primera ronda. A semejanza de las cenizas que a lo lejos lanzan las quemas, caían sobre la charca las fugitivas tribus de cucarachas y de coleópteros, mientras que las márgenes se poblaron de arácnidos y reptiles, obligando a los hombres a sacudir las aguas mefíticas para que no avanzaran en ellas. Un temblor continuo agitaba el suelo cual si las hojarascas hirvieran solas.

˜ Resumen de La vorágine. El joven colombiano Arturo Cova, poeta de corazón violento, se enamora de Alicia, a quien rapta y huye hacia Los Llanos de Casanare. Mientras huye, unos de sus caballos es robado por el Pipa, un astuto salteador llanero. Posteriormente se encuentra con Rafael, un antiguo amigo de su padre. Con Rafael llegan hasta la fundación llamada La Maporita, propiedad de Fidel Franco. Como éste no se halla, los recibe su esposa, Griselda.

A los tres días llega el señor Franco. Rafael habla con él.

¿Y cómo está el hato?preguntó don Rafael a Franco.

▬ Ni sombra de lo que fue. Ese Barrera ha trastornado todo. Mejor que le prendieran candela. Suspendidos los trabajos, los vaqueros se emborrachaban, dejando matar los caballos por los toros: ante el señuelo del viaje a las caucherías, ninguno pensaba más que en divertirse.

Como Franco acepta los toros de Zubieta, el dueño del hato, sale con Rafael y el negro Correa a contratar jinetes. Entonces Cova se queda a cargo de la fundación y las mujeres. Embravecido por el alcohol y los celos, discute con Alicia y Griselda; luego se marcha al Hato a provocar a Barrera. En una partida de dados, se comprueba que Barrera lleva los dados cargados. Se arma la pelea y Arturo sale herido de un brazo. Al día siguiente le cura el tuerto Manco con aguardiente y la “oración del Justo Juez”. Dominado por el alcohol, los celos y el deseo de venganza, Cova olvida sus deberes para con las mujeres que quedaron a su cargo y permanece entre los jugadores. El domingo llega Franco y se reúne con él.

A Cova le da vergüenza confesar su irresponsabilidad. Recoge el ganado y va a reunirse con Alicia y Griselda. En su ausencia Zubieta ha sido asesinado y Barrera los ha acusado ante el juez de ser los autores del crimen.

Como las mujeres no se hallan en La Maporita, ellos sospechan que se han ido con Barrera. Salen a perseguirlos, pero antes, llenos de odio y celos, le dan fuego a la casa.

Y se fueron con Franco y Correa hacia el Vichada. El Pipa los conduciría hacia los platanares silvestres de Macucuana, junto al turbio Meta. Vivieron unos días entre indios guahibos y se despidieron después de las últimas palmeras y moriches de los llanos. Ya estaban pasando necesidades y hambre, cuando toparon cierta vez, por el curso del Vichada, con una canoa que apagó su farol. Era Helí Mesa, quien ha sido soldado de Franco, y le trae alimentos y bebidas. Pregúntanle si sabe algo de los caucheros y él les informa que el tal Barrera se robó esa gente y se los lleva para el Brasil, a venderlos en el río Guainía. Van, pues, en busca de los forajidos. ¡A libertar a los enganchados! ¡Estarán en el siringal de Yaguanarí!

Dos indios que los acompañaban suplican que los dejen regresar. Días después se ahogarán. Y pocos días después, el Pipa y los indios guahibos se fugan. Sólo quedan cuatro: Cova, Franco, Mesa y Correa. En una balsa improvisada cruzan el río. Descubren un vigía en lo alto de un zarzo. Este les explica que el coronel Funes, un cauchero poderoso, vive en guerra a muerte con el Cayeno, un francés dueño de gomales, llamado así porque se  fugó  de la cárcel de Cayena, en las Guayanas. Por medio del vigía también se enteran que hace poco pasó el Pipa con los indios. Y este mismo vigía los acompañará el sábado a Yaguanarí, lugar que conoce, y en el que probablemente se halla Barrera.

En la espera del sábado, el viejo siringuero (que trabaja en siringas: árbol que produce la goma) Clemente Silva, llamado el Brújulo, también vigía, cuenta su historia. Terminada su guardia, Silva los lleva hasta los barracones de Guarucú, cuartel general del famoso Cayeno. Allí se encuentran con un segundón del jefe, ex militar Vácares, conocido por el apodo de Váquiro, y la turca Zoraida Ayram. Consiguen una canoa y embarcan en ella al mulato Correa y a Clemente Silva, a pedir socorro al cónsul de Colombia en Manaos, con cartas y alegatos de Cova, el cual, para permanecer en los barracones y averiguar el paradero de Barrera, debe congraciarse con la turca y el Váquiro. En ese refugio circunstancial se ciñe como una amenaza permanente el peligro que es vivo y palpitante: el nombre y la presencia del Cayeno. Un sino de fracaso y maldición persigue a cuantos explotan la mina verde. La selva los aniquila. Descubren que de noche, a escondidas, la turca Zoraida roba de los barracones el caucho del Cayeno y lo embarca misteriosamente, para cobrarse sus deudas. La espían y se encuentran que Griselda es la encargada de la embarcación donde se roba el caucho. Por ella conocen toda la tragedia desde la separación: Barrera se las llevó con engaño. Alicia tuvo razón pa desesperarse; tú te fuiste con la Clarita y como Alicia quería volverse pa su casa de Bogotá, me sobrevino la tentación, y huyendo ella de vos y yo de Fidel nos fuimos solas donde pudimos: a buscá la vida en el Vichada. Se entera Arturo Cova que Alicia podría estar en el Yaguanarí y que está esperando un hijo.

Y cuando hacían los preparativos para el viaje a Yaguanarí, aparece Cayeno. Trincó al Váquiro sobre el polvo y ordenó que lo colgaran de los pies y le pusieran humo sobre la cara. Después se encaró con Zoraida, a quién le preguntó por el caucho robado. Ella señaló a Cova, y el francés se fue contra él. Lo golpeó hasta hacerlo desangrar. Le dice el francés: ¡Colombiano! ¡A decirme dónde está el bongo (canoa)! ¡A devolverme el caucho escondido!

Fuimos en una canoa, Griselda estaba en la banda y subió a la canoa. Entre las mercaderías, mal tapados, estaban Franco y Mesa. El Cayeno los vio y se fue a ellos con su revólver. Son dos muchachos que están con fiebre, dijo Griselda. El tirano se inclinó para descubrirlos y Franco le agarró el arma con las dos manos, mientras Mesa lo sujetaba por la cintura, pero el ex presidiario, ligero como un pez, se lanzó al río. Allí fue muerto a tiros de carabina y luego desgarrado a dentelladas por los perros. Así murió aquel extranjero que taló las selvas, mató a los indios y esclavizó a los siringueros.

Huyen  por  San  Joaquín  hacia  la  boca  de Vaupés y luego a San Gabriel, después a Umarituba, siempre en busca del Yaguanarí. Y llegan. Mientras Griselda abrazaba a Alicia, Cova corre en busca de Barrera. Estaba en el río Yurabaxi. Al ver a Arturo corrió a buscar el arma. No tiene tiempo de llegar. Cova se une en pelea con él. Finalmente logra sumergirlo en la linfa para ahogarlo como un pichón. Miles de caribes acudieron sobre el herido, entre un temblor de aletas y centelleos, y aunque él manoteaba y se defendía, lo descarnaron con la celeridad de pollada hambrienta.

Ha nacido el hijo de Arturo Cova y preparan el retorno. Escribe: Don Clemente: aquí desplegado en la barbacoa le dejo este libro para que en él se entere de nuestra ruta por medio del croquis que dibujé.

Hace cinco meses búscalos en vano don Clemente Silva, el Brújulo, el único capaz de encontrarlos. Ni rastros de ellos. ¡Los devoró la selva!

 

4Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos. Rómulo Gallegos, novelista y político venezolano que llegó a ser presidente de su país en 1948, nació en Caracas. De familia humilde se hizo maestro y ejerció como profesor entre 1912 y 1930. Doña Bárbara es su obra más conocida (1929). Esta novela describe la infructuosa lucha contra las fuerzas de la tiranía en Venezuela. A causa de las críticas contra el dictador Juan Vicente Gómez que la novela contenía, su autor tuvo que exiliarse en 1931.

Doña Bárbara comienza cuando Santos Luzardo, un joven abogado, quien por problemas familiares había abandonado la vida en el llano y se había refugiado en la ciudad, un día decide regresar a su hacienda que había sido saqueada por malos administradores y por su vecina, la temible Doña Bárbara (cacique de su hacienda llamada “El Miedo”), sobre la cual circula la leyenda de que es bruja.

Siempre en el llano había imperado la ley del más fuerte, pero Santos decide actuar civilizadamente para proteger sus derechos y los de su gente. Aunque había vivido muchos años en la ciudad, Luzardo no había olvidado la hombría de los llaneros, y poco a poco se va ganando la confianza y el respeto de los que le rodean.

Esta doña era una persona que conseguía todo por el lado equivocado. Ella disfrutaba enamorando hombres para después destruirlos. Esto lo hacia porque cuando era joven, su corazón fue dañado, y era una especie de venganza. Uno de sus amantes era Lorenzo Barquero, con el cual tuvo una hija llamada Marisela. Al nacer la niña, Doña Bárbara los echó a los dos de la hacienda y la niña creció de una manera salvaje. Doña Bárbara se une con un americano llamado Mr. Danger, que pretendía hacer lo mismo que hacia Doña Bárbara. Santos Luzardo, en su búsqueda de la justicia, conoce a Marisela y trata de educarla, se enamoran, y Doña Bárbara trató de interponerse, pero Luzardo no tomó en cuenta sus encantos, y al pasar esto, ella, llena de odio, trata de matar a su hija, pero al llegar y verlos juntos se acuerda de lo suyo en su juventud y se va del lugar, nunca más se sabe algo de ella. Pero antes de desaparecer deja una carta, en la que da como única heredera a su hija Marisela. Al final todo lo que triunfa en la llanura venezolana es el amor y la justicia.

˜ Doña Bárbara, fragmento. Horas más tarde, míster Danger la vio pasar, Lambedero abajo. La saludó a distancia, pero no obtuvo respuesta. Iba absorta, fija hacia delante la vista, al paso sosegado de su bestia, las bridas flojas entre las manos abandonadas sobre las piernas. Tierras áridas, quebradas por barrancas y surcadas de terroneras. Reses flacas, de miradas mustias, lamían aquí y allá, en una obsesión impresionante, los taludes y peladeros del triste paraje. Blanqueaban al sol las osamentas de las que ya habían sucumbido, víctimas de la tierra salitrosa que las enviciaba hasta hacerlas morir de hambre, olvidadas del pasto, y grandes bandadas de zamuros se cernían sobre la pestilencia de la carroña. Doña Bárbara se detuvo a contemplar la porfiada aberración del ganado y con pensamientos de sí misma materializados en sensación, sintió en la sequedad saburrosa de su lengua, ardida de fiebre y de sed, la aspereza y la amargura de aquella tierra que lamían las obstinadas lenguas bestiales. Así ella en su empeñoso afán de saborearle dulzuras a aquel amor que la consumía. Luego, haciendo un esfuerzo por librarse de la fascinación que aquellos sitios y aquel espectáculo ejercían sobre su espíritu, espoleó el caballo y prosiguió su errar sombrío.

Lengua.

Objetivos:

Que el alumno o la alumna pueda:

1.  Identificar los rasgos que configuran el español estándar.

2.  Identificar aquellos rasgos en que el español salvadoreño difiere del español estándar.

3.  Identificar palabras propias del español de El Salvador.

4. Reconocer y construir oraciones complejas cuyas proposiciones presenten distintos tipos de coordinación.

Contenidos:

1.  El español estándar.

2.  El español de América latina.

3.  El español de El salvador.

4.  Oraciones complejas.

1.  El español estándar.

 

Si alguien pronuncia la palabra niño, con seguridad se le entenderá en cualquier país de habla castellana. Pero a alguien que diga cipote, con seguridad que no le entenderán en cualquier país donde se hable español. Sin embargo, en El Salvador sí sabemos qué significa la palabra cipote. Esto se debe a que la palabra niño pertenece al español estándar; mientras que la palabra cipote es un regionalismo.

Y así como nosotros los salvadoreños le llamamos cipote a un infante o niño, así en otros países tienen otras palabras equivalentes que usan para sustituir la palabra niño. Para el caso se tiene que en Guatemala usan la palabra patojo o patoja como equivalente de niño o niña; en Costa Rica usan la palabra güila (para ambos sexos), o también chiquito o chiquita; en Nicaragua usan las palabras chavalo y chavala.

En los diccionarios, los regionalismos están especificados. Por esto encontramos siempre el país o la región en la que se usa determinado vocablo. Para el caso tenemos que si buscamos la palabra aguilote, encontramos lo siguiente:

m. Méx. Tomate de raíz venenosa.

2  Venez. Ave de rapiña (Falco guayanensis).

El nacimiento de nuevas palabras equivalentes a otras ya existentes, es el resultado de la dinámica social. Es el resultado de la interacción entre los miembros de nuestras complejas sociedades. Siempre se estarán formando nuevas palabras, de la misma manera que dejarán de usarse otras hasta convertirse en arcaísmos.

En resumen podemos decir que el español estándar es aquel modelo comunicacional-lingüístico que puede ser entendido por todo aquel que hable español. Contrario a esto se hallan los regionalismos, que son vocablos que sólo se entienden y usan en determinadas regiones.

u A continuación te presentamos algunos regionalismos.

Aguatero. En América, aguador, el que lleva o vende agua.

Bayunco. En CA. tosco

Bicho. El Salv. y Hond. niño, muchacho

Cabuda. El Salv. y Hond. Contribución económica voluntaria de varias personas para un fin común.

Cachivache. Tiliche.

Canche. En Centroamérica, rubio.

Chamaco. En México, niño, muchacho.

Chévere. En Colombia, México y Venezuela, magnífico, muy bueno.

Chiche. 2. El Salv. y Nic. fácil.

Choyudo. El Salv. y Guat. que todo lo hace con pereza

Chuco. En América, que huele mal.

Cuate. En México y Guatemala, amigo, camarada.

Cuerudo. El Salv., Guat. y Nic. Persona a quien no le importan las críticas

Culillo. En CA., Col., Ecuad., P. Rico y Ven. miedo

Dundo. En Centroamérica, tonto.

Gambetear. En Colombia,  correr haciendo curvas o zigzag.

Goma. En CA, malestar que se experimenta después de una borrachera.

Guagua. En Chile, niño.

Guango.En Méx. holgado, ancho.

Guaracha. En Cuba, Guat., Nic., Pan. y P. Rico. baile popular afroantillano en parejas.

Guarapo. (Voz quechua). En Am. jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar.

Jayán. En El Salv. y Nic. persona vulgar y grosera en sus dichos o hechos.

Jetón. En Chile, tonto.

Jilote. En CA y Méx. mazorca de maíz cuando sus granos no han cuajado aún.

Jolote. En. El Salv., Hond. y Méx. pavo.

Joto. En Hond. y Méx. hombre homosexual

Jumo. En C. Rica y Ven. Ebrio, embriagado por la bebida.

Leche. En Ecuad., El Salv. y Ven. suerte favorable.

Maje. En C. Rica, El Salv., Hond., Méx. y Nic. tonto, falto de entendimiento o razón.

Menso. En Ecuad., El Salv., Hond., Méx. y Nic. tonto.

Metiche. En CA, Col., Ecuad., Méx., Perú y Ven. Entremetido.

Naco. En Méx. indio.

Ño. En muchos países de América, señor.

Pelado. En México, persona de baja condición social.

Pepesca. En Guat. y Hond. Peces pequeños.

Petiso. En América, pequeño.

Pijudo. En El Salv., Hond. y Nic. Dicho de una cosa: muy bonita, de excelente calidad.

Pisto. En CA, dinero.

Polola. En Chile, muchacha coqueta.

Rollo. En Cuba, discusión acalorada.

Ruco. En CA, viejo.

Samotana. En El Salv. y Nic. algazara, ruido de muchas voces.

Tecomate. En CA, especie de calabaza de cuello estrecho y corteza dura, de la cual se hacen vasijas.

Tetunte. En Centroamérica, especie de piedra.

Tiliche. En CA y Méx. baratija.

Tilinte. En C. Rica, El Salv., Hond. y Nic. estirado en su grado máximo de tensión y a punto de romperse.

Totoposte. En CA y Méx. tortilla de maíz o fracción de ella muy tostada.

Tufoso. En El Salv., Hond. y Nic. vanidoso.

Vivián. En El Salv., Hond. y Nic. Dicho de una persona: aprovechada, que saca beneficio sin escrúpulos.

 

 

 

2.  El español de América Latina.

 

El español de América presenta ciertas características propias como producto de diversas influencias internas y externas. Un factor determinante es la influencia de las lenguas indígenas (recordemos que a la llegada de los españoles, en América existían alrededor de 170 grupos lingüísticos, los cuales se fueron reduciendo paulatinamente por la misma acción de los conquistadores); otro factor es el tipo de español que nos trajeron los españoles durante la colonización. Estos españoles, a su llegada a América, se encontraron con una realidad distinta, no imaginada; se encontraron con una gama de situaciones y objetos que necesitaban designar con alguna palabra. Para conseguir tal propósito, echaron mano en primer lugar del vocabulario utilizado por los aborígenes. Así fue como tomaron prestadas ciertas palabras, principalmente de tres lenguas: el arawak, el náhuatl y el quechua.

El arawak es una familia lingüística perteneciente a tribus amerindias que habitaba la zona tropical y ecuatorial de América del Sur, Grandes Antillas y la Florida. Agrupa alrededor de 80 lenguas y dialectos. Del arawak se derivan las palabras canoa, cacique y maíz. El náhuatl es la lengua precolombina que se hablaba en México, principalmente en el centro de México, y también en Centroamérica. El náhuatl se utiliza en el presente por alrededor de un millón de personas, en México y en El Salvador. De esta lengua se derivan las palabras aguacate, chocolate, jitomate, jícara... Y del quechua (lengua precolombina hablada en la zona andina, principalmente en Perú) que comprende más de veinte lenguas. Del quechua se derivan las palabras alpaca, guanaco y cóndor.

Otro aspecto a considerar es el posible influjo de las lenguas precolombinas en la pronunciación, aunque esto es muy discutido. Así tenemos que en los Andes del Ecuador, Perú y Bolivia es frecuente la confusión entre la e y la i; y la o y la u; lo que se debe a una influencia del quechua.

Otra características del español de América es el uso del vocablo usted en lugar de tú (segunda persona del singular); y de vos en lugar de vosotros (segunda persona del plural) Usamos el usted como una forma de respeto ante personas que no conocemos o conocemos muy poco. Y utilizamos el voz con personas de nuestra entera confianza: amigos, familiares, compañeros de clase... Esta es la razón por la cual es casi imposible encontrar a dos hermanos o hermanas tratándose de usted. Pero también utilizamos el tú; y lo hacemos en casos intermedios, por ejemplo ante personas que conocemos poco; aunque es más frecuente su uso en personas con cierto nivel de educación. Por esta razón es que en el campo es muy difícil encontrar a personas que usen el tú; pero es muy frecuente, casi general, su uso en personas de la ciudad y de cierta categoría social.

Pero el uso del usted y del vos trae cambios en el verbo. Cuando usas el vos, el presente del verbo lleva tilde en la última sílaba. Hay otros cambios que puedes observarlos en la tabla siguiente con el verbo comprar.

 

Debemos aclarar que con el tú también se usa el verbo como con el vos: Tú compras o comprás.

 

@ Práctica. Con los verbos tener y sentir haz el mismo ejercicio anterior.

 

 

  


Tener.

 

 

Sentir.

 

 

3.  El español de El Salvador.

 

El fenómeno ocurrido en América es la sumatoria de los fenómenos ocurridos en cada punto geográfico. Gran parte de América fue conquistada por los españoles; y El Salvador fue conquistado por Pedro de Alvarado y su gente. Con la conquista de nuestras tierras, las lenguas indígenas no desaparecieron automáticamente. Se mantuvieron por siglos, aunque cada vez en grupos más pequeños de aborígenes que no fueron afectados por el mestizaje. Dos fueron las principales lenguas indígenas de nuestras tierras: el náhuatl y el maya.

Los vocablos derivados del náhuatl se conocen como nahualismos. Son nahualismos los siguientes: jícara, jocote, chocolate, tamal, guacal, aguacate, Quezaltepeque, Cihuatán...

 

u Salvadoreñismos. Los salvadoreñismos son vocablos utilizados por los salvadoreños. Muchos de estos vocablos se derivan del náhuat. A continuación una lista de salvadoreñismos.

 

Agüitado, da adj. Neologismo. Aburrido.

Atarantado, da. Medio ebrio.

Baboso, sa. Cambio semántico. Tonto, cándido.

Bayunco, ca. Adj. Cambio semántico. Ridículo, de mal gusto.

Bereco, ca. adj. Tonto, falto de entendimiento o razón.

Birusco, ca. Adj. Neologismo. Avispado, listo, inquieto.

Bolo, la. Adj. Cambio semántico Ebrio.

Cacaso. Neologismo. Que no sirve.

Cacha. Anglicismo. De "TO CATCH",coger. Cambio semántico. Hacer la cacha: hacer la lucha, tratar de conseguir.

Cachete. Cambio semántico. Favor.

Cachimbon, na. Adj. Cambio semántico. Bueno, bonito, valiente.

De choto. En El Salvador, de gratis.

Cipote. Nahuatismo. Posiblemente de SEPOCTI, desvalido, entumido. Nombre que se les da a los niños.

Cucar. Cambio semántico. Provocar, molestar.

Cuilio. Miembro del cuerpo de Policía

Chacalele. Posiblemente nahuatismo. Juguete hecho con un botón y un hilo. Cambio semántico. Corazón. Reloj.

Chambre. Mentira.

Chance. Anglicismo. De chance, ocasión, oportunidad. Cambio semántico. Trabajo, empleo.

Chapandongo. Neologismo. Desorden, enredo.

Chele. Extranjero, principalmente de Estados Unidos.

Chero, ra. Galicismo. De cher, querido. Cambio semántico. Amigo íntimo.

Cholero, ra. Posible nahuatismo. Sirviente.

Derecho, cha. Cambio semántico. Estar derecho, tener suerte.

Dundo, da. Neologismo. Tonto.

Encachimbado, da. Cambio semántico. Enojado.

Enchutar. Anglicismo. De to shoot, meter.

Fufurufo, fa. Neologismo. Bien vestido. Presumido.

Golillero. Cambio semántico. Que asume actitudes retadoras.

Güishte. Nahuatismo De huitsti, espina, tet, piedra. Pedazo de vidrio puntiagudo.

Huevo. Cambio semántico. A huevo, por huevos: a fuerza ¡Huevos!, exclamación de protesta. Meterse en un huevo; meterse en problemas.

Iyendo. Yendo.

Juma. Neologismo. Borrachera.

Loga. Neologismo. Regaño.

Macizo, za. De edad.

Mañoso. Ladrón.

Manudo, da. Cambio semántico. Ebrio.

Meque. Apócope de mequetrefe.

Muela. Cambio semántico. inútil, poco hábil.

Naco, ca. Nahuatismo. Apócope de nagüilón. Afeminado, Florón, cobarde.

Nigua. Caribismo. Cambio semántico. Llorón, cobarde.

Ñola. Neologismo. Cabeza.

Oreja. Cambio semántico. Confidente de la policía.

Pachanga. Neologismo. Fiesta. Desorden.

Patuleco, ca. Adj. Neologismo. Con algún defecto en los pies, que camina mal.

Petatearse. Cambio semántico. Morirse.

Runrún. Neologismo. Rumor.

Salido, da. Da salir. Cambio semántico. Atrevido, hablador.

Sho. Exclamación. Guardar silencio.

Sirindanga. Neologismo. Borrachera.

Tantear. Probar, intentar.

Totoreco. Posible nahuatismo. Tonto.

Utual. Barbarismo. Actual. En este momento.

Volado. Cambio semántico. Palabra comodín. Cualquier objeto. Hacer un volado: hacer un favor.

Zumba. Cambio semántico. Borrachera.

 

u Arcaísmos. Los neologismos son vocablos nuevos. Es decir que las palabras nacen; pero así como nacen, otras mueren. Algunas palabras desaparecen por completo, pero algunas siguen vigentes pero con un significado diferente. Para el caso, la palabra enantes antes se utilizaba con el significado de antes; ahora se utiliza, en algunos países, con el significado de recientemente. Las palabras que caen en desuso se conocen como arcaísmos. En los diccionarios aparecen como desus.

Baído. Mareo

Enantes. Antes

Chaparra. Persona de baja estatura.

Endonar. Mejorar.

Enferrujao. Oxidado.

Farina. Harina.

Fermoso. Hermoso.

Filomena. Borrachera (ahora es filomela y significa ruiseñor, exp. poética)

Galillo. Garganta.

Ganchada. Cantidad de materia que se recoge de una sola vez con una herramienta.

Panadera. Paliza.

Pañuelo. Trozo de tierra en el campo que se usaba para huerto.

Recatiar. Regatear.

Santero. Niño adoptado.

Serillo. Cesta de esparto para ir a la compra.

Sienso. Ano.

 

4.  Oraciones complejas.

Las oraciones complejas o compuestas son aquellas formadas por más de un predicado. Cada uno de estos predicados recibe el nombre de proposición. Para el caso se tiene que en la oración compuesta: Ella preparará la comida, vos limpiarás los muebles y él lavará los platos; se tienen tres proposiciones.

En una oración compleja habrá tantas proposiciones como verbos haya.

Las proposiciones son segmentos con estructura oracional: poseen sujeto y predicado. Dichas proposiciones se relacionan por coordinación o por subordinación.

 

Relación por coordinación. En la coordinación las proposiciones no dependen una de la otra, por lo que pueden emplearse por separado. Es decir que cada una tiene sentido completo. Veamos unos casos.

 

Cantaré una canción    y     vos leerás  un poema para papá.

     Proposición 1        nexo           Proposición 2

 

Juana pintó la casa,     pero      mi hermana compró la pintura. 

      Proposición 1           nexo                  Proposición 2

 

Josefina ordena los muebles   y     Virginia limpia las paredes.

         Proposición 1                 nexo               Proposición 2

 

Observa cada oración por separado... Se puede concluir que cada una tiene sentido por sí misma; es decir que una NO depende de la otra.

 

Relación por subordinación. En la subordinación una proposición no tiene sentido sin la otra. En estos casos una proposición es la principal y la otra es la subordinada. Veamos unos casos.

 

Te llevaré al estadio    aunque se disguste tu padre.

Proposición principal            Proposición subordinada

 

Si cuidas muy bien tu ropa          te pintaré tu habitación.

  Proposición subordinada                  Proposición principal

 

El perrito   que encontraron   tiene pelo blanco.  (Prop. principal: El perrito tiene pelo blanco)

                  Prop. subordinada

 

Las proposiciones coordinadas. Las proposiciones coordinadas se unen mediante conjunciones coordinantes. Las clases de proposiciones coordinadas dependen del tipo de conjunción coordinante. Así tenemos cinco clases de proposiciones coordinadas: copulativas, disyuntivas, distributivas, adversativas y explicativas.

 

4 Proposiciones Copulativas. Las proposiciones copulativas suman sus significados y se unen por medio de las conjunciones: y, e, ni, que.

Fuimos a la laguna y remamos todo el día.  (se hacen las dos actividades: ir a la laguna y remar)

No como carne de cerdo ni tomo bebidas alcohólicas.

4 Proposiciones disyuntivas. En estos casos, una oración excluye a las demás. Las proposiciones disyuntivas se unen mediante las conjunciones o, u.

Compra un carro nuevo o repara el carro negro.  (sólo habrá una actividad: comprar o reparar)

Vamos a la playa u organicemos una caminata.

4 Proposiciones distributivas. Estas están entre las distributivas y las disyuntivas. Resultan cuando hay que distribuir la atención entre varios sujetos o acciones. Las proposiciones distributivas se relacionan mediante las conjunciones tan pronto... como; ya... ya; bien... bien; unas vecesotras.

En las fiestas ella ya baila, ya canta.      (se distribuyen dos acciones a un mismo sujeto: ella)

Bien pasamos la noche en el campo, bien pernoctamos en la ciudad.

Tan pronto lavamos la cocina como preparamos los alimentos.

Unas veces canta Juan, otras Virginia.    (se distribuye una acción en dos sujetos: Juan y Virginia)

Unas veces canta Juan, otras baila Virginia.    (hay una acción para cada sujeto)

4 Proposiciones adversativas. En las proposiciones adversativas una se opone a la otra; es decir que hay antagonismo. Se enlazan mediante los nexos pero, mas, sin embargo, excepto, fuera de, en cambio, aunque.

El come muchas frutas, sin embargo no come mangos. (antagonismo entre comer frutas y mango)

Ella practica muchos deportes, pero detesta escalar montañas

Karla lava su ropa, en cambio no limpia su habitación.  (antagonismo entre lavar y limpiar)

4 Proposiciones explicativas. Las proposiciones explicativas son aquellas que explican otra proposición. Para unirlas se usan los nexos es decir, o sea, o sea que.

Ese río tiene 320 kilómetro, o sea que es el más largo de todos.

Es un triángulo rectángulo, es decir, tiene un ángulo recto.

 

Expresión.

 

Objetivos:

Que el alumno o la alumna pueda:

1.  Elaborar distintas clases de informes.

2.  Escribir sin faltas de ortografía, con claridad y precisión.

 

Contenidos:

1.  El informe.

2. Ortografía.

 

1.  El informe.

 

En la unidad 2 dimos algunas sugerencias para quien se dispone a desarrollar un escrito. Hablamos de elegir un tema determinado, delimitarlo, buscar la información pertinente y seleccionar tal información. En resumen, hablamos del tratamiento de la información. Hecho esto, estamos listo para el siguiente paso: la redacción del documento respectivo. Este documento puede ser un ensayo, un reportaje o un informe.

El informe es un resumen de hechos o actividades partiendo de datos comprobados. Frecuentemente, un informe contiene, además de los datos, la interpretación del autor, sus conclusiones y recomendaciones.

En el siguiente cuento encontrarás un informe.

LA MUJER CELOSA.

La elegante señora Fabiola llevaba ya cerca de cinco meses de no poderse sacar de la cabeza la sospecha de que su marido le era infiel. Su vida se estaba tornando un bostezo de león. Las noches las pasaba sin dormir, los días sin respirar, los fines de semana sin viajar y los domingos sin misa y sin mesa. Sus ojos estaban prendidos de cualquier extraño detalle y su puntiaguda nariz llevaba ya diez centímetros de alcance. Este maldito me engaña; puedo olerlo, puedo sentirlo, puedo verlo... tengo que descubrirlo, se decía la infeliz mujer que se estaba quedando en los huesos de no comer y con canas verdes de tanto revolver su imaginación. Cuando lo descubra, lo cuelgo de los..., seguía pensando la celosa dama de las canas verdes y de las camas en vela. Y le explotó el cráneo con todo y pelos pintados: mañana contrato un detective, resolvió.

▬ Quiero que lo siga día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto... No le dé tregua. En cada esquina, en cada barrio, en cada restaurante deberá estar su cámara mágica preparada para disparar. ¡Dispare! ¡Siga disparando! Yo le pagaré cada bala, cada paso, cada suela... Y sus binoculares aguilados deben mantenerse más alertas que un dios griego en guerra ─le decía doña Fabiola al detective cara de gancho y con pelos de pulga.

▬ Yo lo descubriré hoy, mañana o pasado... Cien dólares el día, sin incluir la merienda y la gasolina... Cada cosa se paga, se paga caro. Un esposo mucho vale. Vale más que un hombre. Hombres hay muchos, esposos hay pocos y los pocos que hay quieren estar solos. ¡Ojo! ¡Mucho ojo! Abusada, señora, o se queda sin cola.

Se firmó el contrato bajo las condiciones del investigador. Se sorprendió el detective, que dicho sea de paso llevaba ya un año sin chamba, de la generosidad de la dama. Esa mujer tiene mucha plata y mucho rencor. ¡Ojalá que no se le acabe el rencor!, pensaba el detective cara de gancho.

Tres meses después, el detective le entregaba a doña Fabiola el informe siguiente:

San salvador 20 del mes en curso del año en curso del siglo en...

Doña Fabiola, muy respetuosamente le brindo el siguiente informe sobre mis tenaces e infalibles investigaciones con respecto a la conducta extra hogar de su marido.

Le informo que su marido, desde que se iniciaron mis investigaciones, se ha presentado a sus oficinas a la hora de costumbre casi sin interrupción. Tiene por costumbre abandonarlas alrededor de las seis de la tarde, para tomar de inmediato el camino a casa. Pero ha habido tres ocasiones en las que ha abandonado la oficina después del almuerzo. Lo hace para visitar al señor Tronador, con quien, según usted me lo dijo, están madurando un negocio relacionado con madera. El cinco de julio efectuaron la primera reunión. Con mis binoculares aguilados, como usted los llama, descubrí que se sentaron en una mesa en el jardín, leyeron unos documentos, se atracaron con pupusas de chicharrón y se despidieron. No descubrí en la casa más gente que los hijos y la esposa del señor Tronador (que dicho sea de paso, conozco de él cierta información que con gusto me compraría su esposa) La segunda ocasión se efectuó el 7 del mismo mes. Ocurrió lo mismo. Y ayer fue la tercera vez.

Señora Fabiola, tengo la certeza de que su esposo no le es infiel. Por el contrario, me parece un buen esposo y creo que sólo está interesado en su esposa, hogar y trabajo. Le recomiendo, doña Fabiola, que tranquilice su espíritu y que trate de disfrutar a su esposo sin ninguna duda en su mente.

La espero a las tres de la tarde en mi oficina para los honorarios.

 

2.  Ortografía.

 

4Uso del ay. El ay es una interjección que se usa para expresar estados anímicos. Veamos algunas aplicaciones.

 

¡Ay! De ustedes si no lo encuentran.            ¡Ay!, cuánto me duele.

¡Ay de mí!                                                Por imprudentes, hoy están con ayes (plural de ay)

 

4 Uso del hay. Hay viene del verbo auxiliar haber. Veamos algunas aplicaciones.

Hay un camino que debemos evitar.                      Hay cuatro canarios enjaulados.

No sé si hay razón para continuar.                         No hay sospechas de é.l

Creo que hay más de los necesario.                      Si hay energía, hay voluntad.

 

4 Uso del ahí. Es un adverbio que significa en ese lugar o a ese lugar. Veamos algunas aplicaciones.

Ahí están los campeones.                           Ahí encontraron los pollitos.

Creo que no estará ahí.                               Por ahí llegaremos a la montaña.             

 

4 Uso del a. Es una preposición. Veamos algunas aplicaciones.

 

Vamos a mi casa                             Ellos llegaron a recogerlo

A doña Juana le gusta pintar           Están a pocos metros del sitio

 

4 Uso del ah. Es una interjección. Veamos algunas aplicaciones.

¡Ah, que bien me siento!                   ¡Ah!, cuánto recuerdo aquellos días.

Ah, se me olvidaba la fórmula.          ¡Ah!, esta vida es vida.    

 

 

 

Leamos un cuento del Autor.

Los franceses. Cuando llegaron los franceses hubo júbilo. La presencia de los franceses significaba el final de aquella agonía elemental. La espera había sido desesperante y angustiosa. Veíamos pasar el tiempo con desesperanza; pero finalmente llegaron como caídos del cielo. Entonces nos alegramos todos, reímos todos, comimos todos… La Pelusa, nuestra perrita juguetona, también se llenó de infinita alegría, pues sabía que para ella también llegaba el final de la agonía.

Mi esposa fue quien se encargó de acudir al encuentro y darle gracias a Dios por el dulce recibimiento. Mis hijos y yo, no menos alegres, nos encargamos de ambientar las condiciones para que aquel encuentro fuera reconfortante. Ahí estaban los franceses, frente a todos nosotros, con el estómago plano como todos los franceses. Mostraban sus espaldas medio jorobadas y doradas por el calor. Aún conservaban el calorcito agradable que venían arrastrando desde su tierra de nacimiento. Estaban callados, quietos, con la mirada perdida, pero dispuestos para auxiliarnos en nuestra hambruna.

Fue mi esposa quien le pidió a mi hija que fuera a la cocina y preparara los instrumentos para servir la comida. Entre los instrumentos venía un largo cuchillo de sierra. Mi esposas lo tomó, partió cada francés por un costado y les agregó mostaza, mayonesa, jamón, cebolla y atún. Así fue como, aunque ya muy entrada la noche, por retardo del panadero, logramos cenar apetitosamente.

 

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El realismo mágico en la literatura latinoamericana resumen y tema

Gabriel García Márquez.

 

El realismo mágico es la respuesta latinoamericana a la literatura fantástica de mediados del siglo XX. Entre sus principales exponentes están Gabriel García Márquez de Colombia, y Alejo Carpentier de Cuba. El realismo mágico es la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. Una alteración de la realidad a través del mito (myth). El realismo mágico se vale de los elementos culturales de las culturas nativas, indígenas, del folklore, de los mitos de American Latina. Estos elementos culturales se mezclan con temas bastante profundos como la soledad, la incapacidad del amor de explicar la existencia humana, y el fatalismo (the importante of fate).   

 

Por otra parte, el realismo fantástico, trata de entender y explicar la realidad extra sensorial, o sea, la realidad que existe más allá de lo que percibimos con nuestros sentidos. Es una tendencia ontológica (phylosophical examination of what it means to be human).

El elemento indígena o nativo no existe con tanta fuerza en el realismo fantástico porque, en países como Argentina, hubo una tradición cultural europea mayor y el elemento indígena fue menor. Los escritores del Cono Sur son más representativos de esta forma literaria. (Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sábato). Estos escritores expresan, en algunas de  sus obras, tendencias existencialistas y metafísicas. Ellos quieren entender la condición humana desde una perspectiva más filosófica.

 

El realismo mágico y el realismo fantástico fueron influenciados por el surrealismo figurativo europeo.

 

Por ejemplo el cuento “Un señor muy viejo con unas alas enormes de García Márquez es representativo del realismo mágico y el cuento “La noche boca arriba” de Julio Cortázar tiene elementos que se acercan más al realismo fantástico.

 

El Boom Latinoamericano:

 

Cortázar y García Márquez pertenecen a este movimiento literario que empezó hacia 1960. Se le conoce como el Boom latinoamericano porque la novela latinoamericana alcanzó un alto nivel estético tanto en contenido como en su en su técnica narrativa. Los escritores del Boom se reconocieron en la literatura a nivel universal y entraron a formar parte del  grupo de los escritores modernos europeos (como Wolf, Joyce, Faulkner, Kafka, Checkov, etc).

 

Fecha importante:

 

Entre 1926 y 1932 empieza el declive de la narrativa nativista, naturalista e indigenista. Hacia 1940 hubo una ola de inmigración de intelectuales europeos hacia América Latina debido a la caída de la República Española, el ascenso de Franco al poder, y la Segunda Guerra Mundial principalmente. Estos intelectuales tuvieron cierto efecto en la producción literaria, porque trajeron tendencias europeas con ellos (Recuerden a André Breton y el surrealismo, entre otros). También hacia 1940 Jorge Luis Borges estaba traduciendo a Virgina Wolf , Franz Kafka y a William Faulkner.

 

 

 

El surrealismo:

 

Dice Alejo Carpentier que el surrealismo significó mucho para los escritores latinoamericanos de esta época porque les mostró texturas y aspectos de la vida americana que habían sido inadvertidos.

 

Otros aspectos del surrealismo en la literatura del Boom latinoamericano:

 

-La actitud hacia el hombre y el alma es irracionalista. Es decir, no se encuentran argumentos racionales para explicar el significado de la existencia del ser humano.

 

  • Se le da mucha importancia a los sueños.
  • Se le da importancia a lo azaroso (unfortunate) de la conducta humana.
  • Se da importancia a la visión desintegradota (desintegrated) de la realidad. La realidad es posiblemente ficticia.
  • Exploración de la condición humana y la angustia del ser humano contemporáneo.
  • La mitificación de la realidad (Turn reality into a myth)
  • Énfasis en lo ambiguo, lo irracional, y lo misterioso de la realidad.
  • La realidad es posiblemente ficticia.

 

 

 

TEMAS:

 

El fatalismo y el inmovilismo.

Se desconfía en el concepto del amor y se enfatiza la soledad del individuo

La muerte no tiene tanto valor porque el mundo es aún más difícil e incomprensible.

Se le quita el valor a los tabúes religiosos y sexuales, y hay mayor importancia a explorar los aspectos secretos y demenciales de la mente y la conducta.

 

 

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