El realismo resumen

 


 

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El realismo resumen

 

El Realismo: 2ª Mitad del S. XIX

·  Origen del Realismo.

Los cambios sociales que se produjeron a mediados del siglo XIX dieron lugar a una nueva corriente literaria, caracterizada por la representación objetiva de la realidad, llamada Realismo.

El Realismo tuvo su origen en circunstancias sociales de la 2ª mitad del S. XIX. Su nacimiento está ligado al ascenso al poder de la burguesía y a la nueva sociedad urbana que se formó como consecuencia del desarrollo industrial. La clase media adquirió importancia como fuerza social e impuso sus gustos en materia literaria, la mayor parte de los lectores pertenecían a esta clase.

El público estaba interesado por los problemas de la sociedad contemporánea, una sociedad que proporcionaba las ventajas del progreso, pero también problemas hasta entonces desconocidos. En este contexto es imprescindible el auge del realismo como técnica y de la prosa narrativa como modelo que permitía reconstruir la realidad y dejaba libertad al escritor para elegir temas, personajes y situaciones. La novela, que gozaba ya por entonces de cierta popularidad, se convirtió en el género en el que se alcanzaron los mayores logros del Realismo.

El Realismo coincide con el desarrollo de la sociedad burguesa y los cambios sociales e ideológicos que se produjeron como consecuencia de la revolución industrial y comercial llevada a cabo en el S. XIX.

La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase.

La clase media salió fortalecida de estos cambios. Adquirió poder material, intelectual y moral, y pasó a desempeñar una función rectora es la sociedad. Pero también cobro un impulso imparable el movimiento obrero, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades. Cuando este proletariado adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que de ser clase revolucionaria que lucha contra el Antigua Régimen pasó a ser clase dominante y conservadora.

·  La literatura realista

El Realismo supuso una ruptura con el Romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en lo formales. En ideas, los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales. En cuanto a la forma, intentaron reflejar fielmente la realidad, y para ello se valieron de la novela. Y en cuanto a la expresión prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, es decir, niveles de lenguaje según los personajes, especialmente en diálogos.

·  Realismo en España: marco histórico-político.

A mediados del S. XIX, la sociedad española permanecía dividida en tres grupos políticos:

    • Carlistas. Defensores del Antiguo Régimen y del absolutismo real
    • Los moderados o conservadores: transformar a la sociedad pero organizados.
    • Progresistas o liberales: defendía el progreso, cambios más fuertes y profundos.

Los carlistas protagonizaron a lo largo del siglo tres guerras civiles, por su parte los moderados y los progresistas de fueron alternando en el poder, valiéndose de sucesivos golpes de estado llevados a cabo por el estamento militar.

Además hubo numerosas revueltas populares y revueltas:

  • 1868- La Gloriosa: acabaron con la monarquía de Isabel II. Se implantó la 1ª República.
  • Restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII. Se abría así el largo período que se conoce como Restauración, en el que liberales y conservadores se alternaron pacíficamente en el poder, lo cual procuró estabilidad política, permitió el desarrollo económico y favoreció la formación de las clases medias en las ciudades.

·  Características del Realismo en España.

  • Representación objetiva de la realidad
  • Clase media como protagonista
  • Búsqueda de la verosimilitud, que las novelas parezcan reales.
  • Narrador omnisciente, puede incluir comentarios suyos o objetivo.
  • Descripción, para ello utiliza adjetivos, comparaciones, metáforas, enumeraciones, etc
  • Habla coloquial, niveles de lenguaje según el protagonista
  • Lenguaje sencillo, sobrio y preciso.
  • Observar y describir objetivamente la sociedad de la época.

·  Etapas del Realismo.

Prerrealismo: hacia 1850.

      • Las novelas prerrealistas suelen estar escritas con un propósito moral. La novela se convierte así en un instrumento para defender ideas políticas y morales.
      • Los autores prerrealistas pretendieron describir la realidad tal como era, pero la objetividad que lograron fue limitada.
      • Los escritores más destacados son: -Cecilia Böhl de Faber, más conocida como Fernán Caballero, autora de La Gaviota y La familia de Alvareda. -Pedro Antonio de Alarcón, autor de El sombrero de tres picos.

Realismo: hacia 1868.

  • Los escritores realistas emprendieron la tarea de escribir la realidad distanciándose de ella y permitiendo que los personajes hablaran por sí mismos, totalización de la realidad.
  • Las descripciones ganan en riqueza y precisión.
  • Los autores más conocidos son: -Benito Pérez Galdós. -Juan Valera. -José María de Pereda. -Leopoldo, alas Clarín.

Naturalismo: hacia 1880, en Francia empezó antes por Zola. Tiene rasgos de Realismo, pero además presenta unas características propias:

  • El autor desaparece prácticamente de la narración.
  • El determinismo: el hombre viene marcado, está condicionado por: a) La herencia genética. b) Medio en el que vive.
  • Descripción de los aspectos más sórdidos, desagradables, miserables e la sociedad.
  • Preferencia por presentar y personajes con vicios, defectos físicos o psíquicos.
  • Búsqueda de la verdad

En España el naturalismo no se da plenamente. No se admitió .....

Autores: Galdós, Clarín, Emilia Pardo Bazán, autora de Los Pazos de Ulloa y La madre Naturaleza.

 

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El realismo resumen

REALISMO Y NATURALISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES, PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS

 

  1. INTRODUCCIÓN

 

    A mediados del siglo XIX, una nueva corriente cultural y literaria se abre paso entre el agotamiento del Romanticismo. El Realismo reacciona contra los excesos románticos y su abuso de la subjetividad y de la imaginación, y sustituye la exaltación de la libertad individual por el propósito de explicar y analizar la realidad social, es decir, se propuso representar la realidad lo más fielmente posible y con el máximo grado de verosimilitud. Está relacionado con los conflictos sociales entre una burguesía dominante y una clase obrera que lucha por sus derechos mediante la formación de sindicatos, y con una serie de teorías filosóficas y sociológicas que van a cambiar la mentalidad y las estructuras de la sociedad (positivismo de Comte, marxismo, Krausismo [uno de sus frutos más importantes fue la Institución Libre de Enseñanza, que hace una reforma de la pedagogía tradicional], evolucionismo de Darwin).

 

    El Realismo nació en Francia con Balzac y Stendhal, que hacia 1830 publican sus primeras novelas realistas; poco a poco, se extendió y triunfó por toda Europa. Su manifestación literaria más destacada es la novela, que logra en Europa una edad de oro. En España, el inicio del movimiento realista coincidió con acontecimientos históricos centrales. Surgió hacia 1870, después de “La Gloriosa”, y tuvo su apogeo en la década de 1880. En la aparición de este movimiento influyeron géneros del romanticismo como la novela histórica y, sobre todo, los artículos de costumbres, junto con las obras y las reflexiones estéticas de novelistas extranjeros como Balzac, Flaubert, Dickens, Tolstoi, etc.

 

    El Naturalismo nació impulsado por Émile Zola, quien en su libro La novela experimental, influido por los grandes avances científicos, propuso aplicar el método científico a la literatura: se trataba de describir y analizar al ser humano, que está determinado por el medio, por el momento histórico y por la herencia biológica. Los temas más habituales de esta corriente son la miseria humana, la corrupción, el alcoholismo, las enfermedades mentales y hereditarias y, en general, la marginación en todas sus vertientes. Los ambientes suelen ser sórdidos, tristes, negativos; en definitiva, la novela recoge los aspectos más desagradables de la sociedad. Estos autores siguen la documentación y la observación proclamada por el Realismo, pero la llevan al extremo y con el máximo rigor.

 

  1. CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA REALISTA

 

Lo que la poesía, como expresión de los sentimientos, tuvo de sublimación para el romántico, LA NOVELA, como género más adecuado para observar, representar y explicar la realidad social, lo tuvo de investigación y análisis para el escritor realista.

 

    • CARACTERÍSTICAS

 

  • Observación de la realidad como materia casi científica para extraer de ella la documentación precisa.
  • Descripción minuciosa, exhaustiva y detallada tanto de ambientes como de personajes para dar verosimilitud a la historia.
  • Desarrollar asuntos y temas que están presentes en el entorno contemporáneo, en especial, de la clase media (por ejemplo: el conflicto entre individuo y sociedad).
  • La narración tiende a ser objetiva, normalmente en tercera persona, en la que el narrador, omnisciente, controla hasta el último detalle de la materia que va a relatar: conoce hasta el último rincón del alma de sus personajes, lo sabe todo sobre sus acciones, organiza el tiempo y los hechos a su antojo, interviene frecuentemente en el relato emitiendo juicios o avanzando hechos que sucederán más tarde
  • Junto con la narración tradicional y el estilo indirecto, destacan el diálogo (papel central en la caracterización de los personajes), el estilo indirecto libre y el monólogo interior (que sirve para expresar la interioridad).
  • Lenguaje: se constituyó en un recurso fundamental para la caracterización de ambientes (términos dialectales santanderinos, galleguismos, asturianismos, andalucismos) y, sobre todo, para la caracterización de personajes, que se distinguen y se muestran a través de sus usos lingüísticos, según su procedencia geográfica, su nivel sociocultural y la situación comunicativa. Por lo general, aparece un lenguaje sencillo, natural que no ofrece dificultades al lector, alejado de exageraciones. Sin embargo, el estilo utilizado por el narrador es culto, más cuidado y literario.

 

  1. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS

 

  • JOSÉ MARÍA DE PEREDA

 

Autor de gran capacidad para la descripción de la naturaleza; sus novelas constituyen una idealización del medio rural y un ataque al progreso urbano. Ejs.: Peñas arriba, Sotileza, El sabor de la tierruca

 

  • JUAN VALERA

 

Fue un liberal partidario del progreso. Defensor a ultranza de “el arte por el arte”, Valera presenta en sus novelas (Pepita Jiménez, Juanita la Larga) el estilo de la obra bien hecha, un interés especial por el relato psicológico, la tolerancia liberal y una consciente eliminación de los ambientes sórdidos típicos del Realismo y, sobre todo, del Naturalismo.

 

  • BENITO PÉREZ GALDÓS

 

Es, sin duda, la gran figura del Realismo español. La amplitud y densidad de su obra novelística no tiene parangón en nuestra historia literaria; es, además, un testimonio monumental tolerante y crítico de la vida y los conflictos de su tiempo. En su obra narrativa conviene hacer dos apartados:

 

  • Los Episodios Nacionales, son un conjunto de 46 novelas históricas, agrupadas en cinco series, que recorren, a través de hechos históricos y personajes novelescos, la historia de España durante el siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar hasta la Restauración.
  • Las novelas, que se estructuran en tres épocas distintas:

 

b.1.) Novelas de la primera época (década de 1870): caracterizadas por su carácter de obras de tesis, en las que Galdós combate el fanatismo y el caciquismo de los pueblos, y presenta a los liberales como héroes. Doña Perfecta

 

b.2.) Novelas contemporáneas (década de 1880): entre ellas se encuentran los grandes títulos del escritor: Fortunata y Jacinta, Miau, Tormento. Son las novelas de Madrid, objetivas, desde las que el autor repasa la vida de las gentes de muy diferente estado y condición, con sus conflictos, contrastes y sentimientos.

 

b.3.) Novelas espirituales y simbólicas: se centran en el interior de los personajes, en los valores morales y los ideales. Destacan Torquemada,  Misericordia

 

  • LEOPOLDO ALAS “CLARÍN”

 

Desde una postura progresista y liberal defendió una literatura combativa, de denuncia de la corrupción política, el caciquismo y la superstición. Destacan sus dos novelas: La Regenta, Su único hijo. La Regenta es una de las grandes novelas de todos los tiempos. En apariencia es la historia de un adulterio, el de Ana Ozores. Sin embargo, la verdadera protagonista es la ciudad de Vetusta, con sus fanatismos, miserias morales y su ambiente asfixiante, que presiona a la protagonista y acaba destrozándola. La influencia de la iglesia, la envidia, el poder, la ambición y la mediocridad social son algunos de los temas que trata. Utiliza las renovaciones narrativas del momento, como el flash back o el estilo indirecto libre

 

La crítica no es unánime a la hora de establecer la existencia o no de escritores naturalistas en España. Más que de autores naturalistas en sentido estricto, se suele aceptar que hay autores en los que algunos principios naturalistas calaron más hondo:

 

 

  • EMILIA PARDO BAZÁN

 

     Aristócrata y sorprendente ejemplo de mujer intelectual de su época, se atrevió a defender públicamente un movimiento tan denostado por sus ideas irreligiosas como el Naturalismo. De hecho, en 1883 publica una serie de artículos sobre el tema, bajo el título de La cuestión palpitante. Sus obras más importantes son: La tribuna, sobre una huelga obrera promovida por una mujer, Los pazos de Ulloa, la novela más importante de Emilia Pardo Bazán. Esta obra está ambientada en una de las zonas rurales más atrasadas de Galicia y se centra en el choque de unos personajes sensibles, educados en la ciudad, con otros personajes, representativos del ambiente degradado y brutal que reina en una aldea; cuenta el enfrentamiento entre un cacique feudal y las nuevas clases sociales en Galicia, y La madre naturaleza, su continuación.

 

  • VICENTE BLASCO IBÁÑEZ

 

     En sus novelas se presenta el enfrentamiento entre las clases sociales y la presión del medio sobre los personajes (comerciantes, pescadores, huertanos y terratenientes de Valencia). Entre sus obras destacan: La barraca, Cañas y barro, Arroz y tartana, Entre naranjos.  En estas narraciones se observan rasgos naturalistas en el determinismo social y biológico que condiciona el destino de los personajes, en los escenarios y en las acciones sórdidas y brutales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REALISMO Y NATURALISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL MOVIMIENTO. LA NARRATIVA REALISTA: GALDÓS, CLARÍN Y PARDO BAZÁN

El Realismo fue una corriente literaria que se propuso representar la realidad lo más fielmente posible y con el mayor grado de verosimilitud. En España se inicia a partir de la década de 1870. El Naturalismo surgió, a finales del siglo XIX, impulsado por el escritor francés Émile Zola, que propuso aplicar el método científico a la literatura: el hombre está determinado por el medio, por el momento histórico y por la herencia biológica. En España se rechazó el determinismo biológico, pero sí se utilizaron técnicas naturalistas como las descripciones minuciosas, la influencia del medio, la menor intervención del narrador, etc.

 

CARACTERÍSTICAS GENERALES. El género literario que mejor asumió los principios y la estética del Realismo fue la novela; la novela realista está vinculada a un público burgués que demanda temas más cercanos a su entorno inmediato y personajes con los que pueda identificarse. Las características del realismo son: descripciones minuciosas y documentadas (la novela debe ser verosímil, para ello se fundamenta en la observación de la realidad); el tema fundamental es el conflicto entre el individuo y la sociedad, se relaciona con la oposición entre la sociedad y la naturaleza; es frecuente el narrador omnisciente que interviene en la historia de forma constante, junto con la narración tradicional y el estilo indirecto, destacan el diálogo, el estilo indirecto libre y los monólogos; el lenguaje se utiliza para caracterizar ambientes y personajes (se introducen variedades geográficas y sociales, se incorpora el lenguaje coloquial); los personajes, que suelen ser numerosos, si bien representan a un determinado grupo social, también se muestran como personalidades individuales, que luchan y se rebelan.

 

LA NARRATIVA REALISTA: GALDÓS, CLARÍN Y EMILIA PARDO BAZÁN.

BENITO PÉREZ GALDÓS: autor de una extensa producción literaria, su producción narrativa recorre la evolución del propio movimiento realista. Suele clasificarse en estas etapas: a)  Episodios nacionales, son cuarenta y seis narraciones breves de los acontecimientos históricos más importantes en la España del siglo XIX; b) novelas de la primera época, su labor narrativa se inicia con La fontana de oro (1870), novela histórica con elementos costumbristas; son novelas de tesis, que exponen conflictos ideológicos, de tema religioso y anticlerical: Doña Perfecta, Marianela; c) novelas contemporáneas: en ellas inventa un mundo ficticio en el que refleja la realidad de la época y donde Madrid adquiere un papel protagonista. Destaca Fortunata y Jacinta, La desheredada, Miau; d) novelas espiritualistas: en ellas se percibe una mayor preocupación por problemas religiosos, éticos y morales. Ej.: Misericordia.

 

LEOPOLDO ALAS “CLARÍN”: en cuanto a su obra narrativa, confluyen en ella diversas influencias, ciertos elementos del naturalismo, como la observación y la influencia del medio, y la religiosidad de las corrientes espiritualistas de finales del siglo XIX, con un cristianismo que propugna la tolerancia. Son famosos sus cuentos: Pipá, ¡Adiós, Cordera! Y sus dos novelas: La Regenta y Su único hijo. En La Regenta se plantea el tema del adulterio en una ciudad de provincias –Vetusta/Oviedo- con una notable influencia del naturalismo.

 

EMILIA PARDO BAZÁN: mujer de gran cultura, desarrolló una intensa actividad intelectual como periodista, narradora y crítica literaria; en su obra La cuestión palpitante hace un análisis y, a la vez, una crítica del naturalismo francés representado por Zola: rechazó el determinismo, aunque elogió el método de la observación minuciosa, la influencia del medio. Como novelista, muestra su predilección por los temas de la sórdida vida rural de Galicia en su obra más conocida, Los pazos de Ulloa, y su continuación, La madre naturaleza. En ellas se refleja un mundo lleno de ignorancia, violencia y crueldad.

 

OTROS NOVELISTAS REALISTAS: José Mª de Pereda (Sotileza, Peñas arriba), Juan Valera (Pepita Jiménez, Juanita la larga), Vicente Blasco Ibáñez (La barraca, Cañas y barro)

 

 

 

TEXTOS DEL REALISMO

La luna plateaba las copas de los árboles y se reflejaba en la corriente de los arroyos, que parecían de un líquido luminoso y transparente, donde se formaban iris y cambiantes como en el ópalo. Entre la espesura de la arboleda cantaban los ruiseñores. Las hierbas y flores vertían más generoso perfume.  Por las orillas de las acequias, entre la hierba menuda y las flores silvestres, relucían como diamantes o carbunclos los gusanillos de luz en multitud innumerable. No hay por allí luciérnagas aladas ni cocuyos, pero estos gusanillos de luz abundan y dan un esplendor bellísimo.

            Muchos árboles frutales, en flor todavía; muchas acacias y rosales sin cuento embalsamaban el ambiente, impregnándolo de suave fragancia. Don Luis se sintió dominado, seducido, vencido por aquella voluptuosa naturaleza, y dudó de sí. Era menester, no obstante, cumplir la palabra dada y acudir a la cita.

                                               Pepita Jiménez, Juan Valera

EJERCICIO: LÉXICO DESCONOCIDO Y RESUMEN DEL TEXTO

Y Juanito pensó: «Tú sales para que te vea el pie. Buena bota»… Pensando esto, advirtió que la muchacha sacaba del mantón una mano con mitón encarnado y que se la llevaba a la boca. La confianza se desbordaba del pecho del joven Santa Cruz, y no pudo menos de decir:
– ¿Qué come usted, criatura?
– ¿No lo ve usted? –replicó mostrándoselo–. Un huevo.
– ¡Un huevo crudo!
Con mucho donaire, la muchacha se llevó a la boca por segunda vez el huevo roto y se atizó otro sorbo.
–No sé cómo puede usted comer esas babas crudas –dijo Santa Cruz, no hallando mejor modo de trabar conversación.
–Mejor que guisadas. ¿Quiere usted? –replicó ella ofreciendo al Delfín lo que en el cascarón quedaba.
Por entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes. Tuvo tentaciones Juanito de aceptar la oferta; pero no: le repugnaban los huevos crudos.
–No, gracias.
Ella entonces se lo acabó de sorber, y arrojó el cascarón, que fue a estrellarse contra la pared del tramo inferior. Estaba limpiándose los dedos con el pañuelo, y Juanito discurriendo por dónde pegaría la hebra, cuando sonó abajo una voz terrible que dijo:
– ¡Fortunaaá!
Entonces la chica se inclinó en el pasamanos y soltó un yiá voy con chillido tan penetrante que Juanito creyó se le desgarraba el tímpano. El yiá principalmente sonó como la vibración agudísima de una hoja de acero al deslizarse sobre otra. Y al soltar aquel sonido, digno canto de tal ave, la moza se arrojó con tanta presteza por las escaleras abajo, que parecía rodar por ellas.

                                   Fortunata y Jacinta, Benito Pérez Galdós

EJERCICIO: RASGOS MÁS SIGNIFICATIVOS DE FORTUNATA Y LÉXICO DESCONOCIDO

 

Ana corrió con mucho cuidado las colgaduras granate, como si alguien pudiera verla desde el tocador. Dejó caer con negligencia su bata azul con encajes crema, y apareció blanca toda, como se la figuraba don Saturno poco antes de dormirse, pero mucho más hermosa que Bermúdez podía representársela. Después de abandonar todas las prendas que no habían de acompañarla en el lecho, quedó sobre la piel de tigre, hundiendo los pies desnudos, pequeños y rollizos en la espesura de las manchas pardas. Un brazo desnudo se apoyaba en la cabeza algo inclinada, y el otro pendía a lo largo del cuerpo, siguiendo la curva graciosa de la robusta cadera. Parecía una impúdica modelo olvidada de sí misma en una postura académica impuesta por el artista. Jamás el Arcipreste, ni confesor alguno había prohibido a la Regenta esta voluptuosidad de distender a sus solas los entumecidos miembros y sentir el contacto del aire fresco por todo el cuerpo a la hora de acostarse. Nunca había creído ella que tal abandono fuese materia de confesión.

Abrió el lecho. Sin mover los pies, dejose caer de bruces sobre aquella blandura suave con

los brazos tendidos. Apoyaba la mejilla en la sábana y tenía los ojos muy abiertos. La deleitaba aquel placer del tacto que corría desde la cintura a las sienes.

-«¡Confesión general!» -estaba pensando-. Eso es la historia de toda la vida. Una lágrima

asomó a sus ojos, que eran garzos, y corrió hasta mojar la sábana.

Se acordó de que no había conocido a su madre. Tal vez de esta desgracia nacían sus mayores pecados.

«Ni madre ni hijos».

Esta costumbre de acariciar la sábana con la mejilla la había conservado desde la niñez. Una mujer seca, delgada, fría, ceremoniosa, la obligaba a acostarse todas las noches antes de tener sueño. Apagaba la luz y se iba. Anita lloraba sobre la almohada, después saltaba del lecho; pero no se atrevía a andar en la obscuridad y pegada a la cama seguía llorando, tendida así, de bruces, como ahora, acariciando con el rostro la sábana que mojaba con lágrimas también. Aquella blandura de los colchones era todo lo maternal con que ella podía contar; no había más suavidad para la pobre niña. Entonces debía de tener, según sus vagos recuerdos, cuatro años. Veintitrés habían pasado, y aquel dolor aún la enternecía. Después, casi siempre, había tenido grandes contrariedades en la vida, pero ya despreciaba su memoria; una porción de necios se habían conjurado contra ella; todo aquello le repugnaba recordarlo; pero su pena de niña, la injusticia de acostarla sin sueño, sin cuentos, sin caricias, sin luz, la sublevaba todavía y le inspiraba una dulcísima lástima de sí misma. Como aquel a quien, antes de descansar en su lecho el tiempo que necesita, obligan a levantarse, siente sensación extraña que podría llamarse nostalgia de blandura y del calor de su sueño, así, con parecida sensación, había Ana sentido toda su vida nostalgia del regazo de su madre. Nunca habían oprimido su cabeza de niña contra un seno blando y caliente; y ella, la chiquilla, buscaba algo parecido donde quiera. Recordaba vagamente un perro negro de lanas, noble y hermoso; debía de ser un terranova. -¿Qué habría sido de él?-. El perro se tendía al sol, con la cabeza entre las patas, y ella se acostaba a su lado y apoyaba la mejilla sobre el lomo rizado, ocultando casi todo el rostro en la lana suave y caliente. En los prados se arrojaba de espaldas o de bruces sobre los montones de yerba segada. Como nadie la consolaba al dormirse llorando, acababa por buscar consuelo en sí misma, contándose cuentos llenos de luz y de caricias. Era el caso que ella tenía una mamá que le daba todo lo que quería, que la apretaba contra su pecho y que la dormía cantando cerca de su oído:

Sábado, sábado, morena,

cayó el pajarillo en trena

con grillos y con cadenaaa...

Y esto otro:

Estaba la pájara pinta

a la sombra de un verde limón...

 

Estos cantares los oía en una plaza grande a las mujeres del pueblo que arrullaban a sus

hijuelos... Y así se dormía ella también, figurándose que era la almohada el seno de su madre soñada y que realmente oía aquellas canciones que sonaban dentro de su cerebro. Poco a poco se había acostumbrado a esto, a no tener más placeres puros y tiernos que los de su imaginación”.

                                                           La Regenta, Leopoldo Alas, Clarín

 

EJERCICIO: LÉXICO DESCONOCIDO DEL TEXTO. CARACTERIZA A ANA OZORES

 

-Los Pazos de Ulloa están allí -murmuró extendiendo la mano para señalar a un punto en el horizonte.- Si la bestia anda bien, el camino que queda pronto se pasa... Ahora tiene que seguir hasta aquel pinar ¿ve? y luego le cumple torcer a mano izquierda, y luego le cumple bajar a mano derecha por un atajito, hasta el crucero... En el crucero ya no tiene pérdida, porque se ven los Pazos, una construcción muy grandísima...

-Pero... ¿cómo cuánto faltará? -preguntó con inquietud el clérigo.

Meneó el peón la tostada cabeza.

-Un bocadito, un bocadito...

Y sin más explicaciones, emprendió otra vez su desmayada faena, manejando el azadón lo mismo que si pesase cuatro arrobas.

Se resignó el viajero a continuar ignorando las leguas de que se compone un bocadito, y taloneó al rocín. El pinar no estaba muy distante, y por el centro de su sombría masa serpeaba una trocha angostísima, en la cual se colaron montura y jinete. El sendero, sepultado en las oscuras profundidades del pinar, era casi impracticable; pero el jaco, que no desmentía las aptitudes especiales de la raza caballar gallega para andar por mal piso, avanzaba con suma precaución, cabizbajo, tanteando con el casco, para sortear cautelosamente las zanjas producidas por la llanta de los carros, los pedruscos, los troncos de pino cortados y atravesados donde hacían menos falta. Adelantaban poco a poco, y ya salían de las estrecheces a senda más desahogada, abierta entre pinos nuevos y montes poblados de aliaga, sin haber tropezado con una sola heredad labradía, un plantío de coles que revelase la vida humana. De pronto los cascos del caballo cesaron de resonar y se hundieron en blanda alfombra: era una camada de estiércol vegetal, tendida, según costumbre del país, ante la casucha de un labrador. A la puerta una mujer daba de mamar a una criatura. El jinete se detuvo.

-Señora, ¿sabe si voy bien para la casa del marqués de Ulloa?

-Va bien, va...

-¿Y... falta mucho?

Enarcamiento de cejas, mirada entre apática y curiosa, respuesta ambigua en dialecto:

-La carrerita de un can...

“¡Estamos frescos!”, pensó el viajero, que si no acertaba a calcular lo que anda un can en una carrera, barruntaba que debe ser bastante para un caballo. En fin, llegando al crucero vería los Pazos de Ulloa... todo se le volvía buscar el atajo, a la derecha... Ni señales. La vereda, ensanchándose, se internaba por tierra montañosa, salpicada de manchones de robledal y algún que otro castaño todavía cargado de fruta: a derecha e izquierda, matorrales de brezo crecían desparramados y oscuros. Experimentaba el jinete indefinible malestar, disculpable en quien, nacido y criado en un pueblo tranquilo y soñoliento, se halla por vez primera frente a frente con la ruda y majestuosa soledad de la naturaleza, y recuerda historias de viajeros robados, de gentes asesinadas en sitios desiertos. –“¡Qué país de lobos!” -dijo para sí, tétricamente impresionado.

                                               Los Pazos de Ulloa, Emilia Pardo Bazán

 

 

Fuente del documento : http://www.edu.xunta.es/centros/iesaquiscelenis/system/files/REALISMO+Y+NATURALISMO.doc

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El realismo resumen

EL REALISMO Y EL NATURALISMO

 

 

Características generales del Realismo y del Naturalismo

 

El Realismo es un movimiento literario que surge en Francia y se desarrolla en Europa y América durante la segunda mitad del siglo XIX. Responde al asentamiento de la clase burguesa en el poder, y trata de reflejar la sociedad del momento con una visión crítica pero objetiva. Por eso el género más desarrollado va a ser la novela. Las características de la literatura realista son las siguientes:

 

  • Visión objetiva de la realidad cotidiana y contemporánea del autor, con preferencia por los personajes y los ambientes burgueses, presentándose costumbres y conflictos amorosos, familiares, económicos y sociales, generalmente con atención al trasfondo histórico.
  • Paralelamente se atiende a la realidad interior, a los conflictos psicológicos de los personajes.
  • Objetivismo narrativo: preferencia por el narrador externo omnisciente en tercera persona, aprovechándose del estilo indirecto libre o del monólogo interior para entrar en los personajes. A veces, el punto de vista narrativo orienta ideológicamente al lector.
  • Intencionalidad crítica: se hacen ver al lector los defectos sociales, lo que conduce a veces a la “novela de tesis”.
  • Nuevo lenguaje “realista”, con tendencia a la sobriedad y la sencillez. Abundan las descripciones de lugar y de persona, los periodos sintácticos se alargan en extensos párrafos, y los diálogos intentan reflejar el lenguaje real, coloquial, de los personajes (se introduce ocasionalmente el habla popular, regional, jergal), etc.

 

Posteriormente, el naturalismo, iniciado hacia 1870 por el novelista francés Émile Zola, radicalizará el objetivismo realista, reflejando en los ambientes más sórdidos la lucha por la vida, determinada ésta por los condicionamientos hereditarios y sociales. Influida por la medicina experimental, la teoría de la evolución de Darwin y los descubrimientos genéticos de Mendel, la novela naturalista presenta las siguientes características:

  • Se considera la novela como un método científico para conocer al ser humano y a la sociedad.
  • El ser humano es materia animada. Su conducta viene determinada por sus necesidades fisiológicas, por su genética y por el medio social en el que vive.
  • Se muestran las lacras del mundo burgués: los ambientes obreros y marginales, enfermos físicos y mentales, alcohólicos. La intención es actuar sobre la sociedad enferma burguesa para regenerar al individuo.
  • El objetivismo narrativo es más radical y hay mayor detallismo descriptivo; lingüísticamente se tiende a la reproducción exacta y fiel del habla en sus distintos registros.

 

El Realismo y el Naturalismo en España

 

El Realismo español combina la influencia de los novelistas realistas europeos (Balzac, Flaubert, Dickens) con la de nuestra tradición realista: novela picaresca, Cervantes o incluso el propio costumbrismo romántico.

 

Podemos distinguir en España un realismo progresista (Galdós, Clarín), que describe de forma más crítica la sociedad, y un Realismo tradicionalista (Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda,  Armando Palacio Valdés, Juan Valera) que idealiza los valores rurales y regionales frente a la degradación urbana burguesa.

 

En cuanto al Naturalismo, no fue asumido en España de forma plena ni radical, aunque su influencia se deja sentir en algunas novelas de Galdós (La desheredada), Clarín (La Regenta), Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa, de ambiente gallego) o Vicente Blasco Ibáñez (Cañas y barro, de ambiente valenciano).

 

Para terminar, nuestros dos grandes novelistas realistas fueron Benito Pérez Galdós (1843-1920) y Leopoldo Alas, “Clarín” (1852-1901). El primero es autor de los Episodios Nacionales, serie de cuarenta y seis novelas que narran nuestra historia del siglo XIX. Además, Galdós escribió numerosas novelas largas: primero las novelas “de tesis” (años setenta) que, como Doña Perfecta, defienden la ideología liberal; después, las Novelas españolas contemporáneas (años ochenta), como Miau o Fortunata y Jacinta, centradas en el Madrid de la época, y, finalmente, las novelas espirituales, como Misericordia, que se centran en personajes movidos por la abnegación y la caridad.

 

Por su parte, Clarín es autor de valiosos cuentos y de una gran novela, La Regenta, que disecciona la  hipócrita y mezquina sociedad española de la Restauración encarnada en Vetusta, reflejo del Oviedo que tan bien conocía el autor. Y lo hace desde la perspectiva de una mujer soñadora, frustrada e inadaptada, Ana Ozores, de infancia difícil y matrimonio anodino. Destaca el acabado estudio psicológico de este y otros personajes, como el ambicioso sacerdote Fermín de Pas y el cínico seductor Álvaro Mesía.

 

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El realismo resumen

EL REALISMO LITERARIO

 

ASPECTOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS Y SOCIALES.

Para entender el Realismo hay que tener en cuenta los siguientes aspectos de diversa índole (de distinta naturaleza):

- Debido al deterioro social, político y económico del país, en 1868 se produce una revolución, La  Gloriosa, que origina la caída de la reina  Isabel II quien tuvo que exiliarse en Francia.

 

- En ese mismo año se publica La Fontana de Oro de Benito Pérez Galdós, considerada como la primera obra completamente realista.

 

- Desde mediados del s. XIX, y como consecuencia del capitalismo y la Revolución Industrial, la burguesía toma una importancia extraordinaria, logra el poder económico y social. El arte es hecho “por” y “para” ella.

 

- Grupos afiliados a diversos partidos formaban reuniones en cafés, casinos, trastiendas y casas particulares.

 

- Desde 1868 hasta 1874 se produce el sexenio  revolucionario, durante el cual los gobiernos se sucedieron vertiginosamente, el poder estará en manos de diversos partidos políticos: Conservadores y Liberales.

 

- En 1873 se proclama la II República que durará un año.

 

- En 1875 Alfonso XII sube al trono, restaurando así la Monarquía Borbónica. Diez años más tarde, a su muerte, se establece la Regencia de Mª Cristina (esposa de Alfonso XII) hasta que en 1902 su hijo Alfonso XIII adquiere la mayoría de edad.

 

- Los folletines y novelas por entrega gozan del fervor popular.

 

- Debido al crecimiento de las industrias y las pésimas condiciones de la clase obrera se extienden entre estas clases doctrinas como el Socialismo o el Marxismo.

 

- Durante este periodo son significativos los avances científicos; la sociedad muestra orgullosa su progreso: se inauguran las exposiciones universales que jalonarán todo el siglo, a partir de la primera celebrada en Londres en 1851.

 

- En 1898 se produce la Guerra contra EE.UU. en la cual España pierde las últimas colonias.

 

LA CORRIENTE REALISTA

A mediados del s. XIX se impuso en Europa una nueva corriente de pensamiento que llevaba aparejada una nueva idea distinta del mundo.

Esta nueva mentalidad tenía como base algunas corrientes científicas y filosóficas:

  • El Positivismo: Filosofía (pensamiento) que sólo consideraba verdadero aquello que se podía observar y experimentar.
  • Las teorías de la herencia biológica.
  • Teorías de la evolución de las especies (Darwin).
  • En Psicología se produce un avance muy fuerte.
  • La Sociología (estudio de las sociedades)
  • Etc.

Con el término Realismo se alude a la corriente literaria que se desarrolló en la 2ª mitad del s. XIX cuya característica principal es la representación objetiva de la realidad. En este sentido, el Realismo está muy ligado a los acontecimientos sociales de este periodo (2ª mitad del s. XIX) y en muchos casos a la burguesía, que logró un poder económico y social, y se convirtió en la clase dominante.

Esta corriente está basada en principios científicos y su principal método es la observación.

 

CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO

Teniendo en cuenta que el Realismo pretende reflejar la realidad exterior tal  como es, se comprende que el género literario más cultivado sea la novela. Y es este género donde mejor se aprecia las características fundamentales de esta corriente literaria:

 

  • Se atiende más al mundo exterior que ha de ser escrito de manera objetiva y fiel y precisa.
  • Los autores se centran en la realidad más próxima, más conocida; como consecuencia se describe la sociedad contemporánea del autor.
  • El método utilizado por los autores  es la observación directa, toma de apuntes, documentación rigurosa.
  • Los escritores reflejan con precisión tanto los ambientes (costumbres, lugares, vestidos, etc.) como los caracteres de las personas.
  • Abundan las descripciones.
  • La actitud del autor es a priori objetiva e impersonal ya que actúan como un notario o un cronista que por lo general no está presente en el relato. Se suele utilizar el narrador en 3ª persona.
  • El estilo suele ser natural y la lengua adaptada a la situación y la condición de vida de los personajes: culta, popular e incluso vulgar.
  • Los temas tratados son muy variados: la política, el trabajo, la vida de los barrios bajos, etc.
  • La intención puramente estética de los autores románticos dará paso a una intención moralizante y crítica.

 

NATURALISMO

Es una corriente literaria que lleva hasta las máximas consecuencias los postulados del Realismo.

Sus bases fueron establecidas por el autor francés Émile Zola, a partir de dos corrientes científicas y filosóficas de la época:

  • El Materialismo: considera que todo tiene una explicación física y niega la existencia de un Ser Superior.
  • El Determinismo: entiende que la razón de los problemas sociales están en el ambiente y la de los individuos en la herencia biológica.

Los ambientes naturalistas suelen ser miserables, con personajes, muchos de ellos tarados, alcohólicos y psicópatas, marcados por la sociedad o el entorno familiar.

Si el escritor realista es “notario” de lo que sucede, el naturalista obra como “juez” que investiga los antecedentes y las causas de los problemas de la sociedad.

El lenguaje suele ser natural, vulgar e incluso soez.

 

LA NOVELA REALISTA EN ESPAÑA

La nueva corriente narrativa tuvo una gran acogida en España, debido a que nuestra literatura ya contaba con antecedentes de novela realista: Cervantes, la novela picaresca, los relatos costumbristas, etc.

Además, los escritores españoles leyeron a las grandes figuras de la novela europea: Flauvert con  Madame Bovary , Dickens con Oliver Twist y Tolstoi con Guerra y paz y Ana Karenina.

 

ESCRITORES REALISTAS ESPAÑOLES

Según su ideología, los realistas españoles adoptaron dos posturas:

- Los tradicionalistas (conservadores) que procuraban enmascarar e idealizar los aspectos más desagradables de la sociedad.

- Los progresistas, que recurrían a la denuncia y a las críticas sociales.

 

Los escritores más destacados del realismo español son: Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Bölh de Faber (autora de LA Gaviota en 1849 que se toma como fecha del distanciamiento del Romanticismo y Realismo en España), Pedro Antonio de Alarcón, Benito Pérez Galdós Y Leopoldo Alas (Clarín).

 

BENITO PÉREZ GALDÓS

 

Vida

Nació en Las Palmas de Gran Canarias en 1843 y estudió derecho en Madrid (pero no lo finalizó). Se dedicó desde muy joven a la literatura; muchas de sus novelas se publicaron por entrega lo que le proporcionó dinero para vivir.

Inicialmente liberal progresista, y después republicano, con el tiempo se mostró menos radical y más preocupado por los problemas sociales.

Los últimos años de su vida estuvieron llenos de penalidades: perdió la vista y pasó grandes apuros económicos. Murió en 1920 en Madrid.

Viajó por toda España y la España que vio no le gustaba, y comenzó a indagar para conocer la raíz de los males. Primero en el pasado próximo (cuyo fruto será Episodios Nacionales), luego en la vida que lo rodea (surgen las novelas largas).

 

Obra

La producción literaria es extensísima. Escribió varias obras de teatro y más de cien obras narrativas.

Las obras narrativas están tradicionalmente clasificadas en dos grandes grupos:

 

  • Episodios nacionales:

Nos presenta una historia novelada del siglo XIX. Consta de cinco series de 10 novelas cada una, excepto la última serie que está sin acabar (sólo 6 novelas); son un total de cuarenta y seis novelas en que el autor narra los principales acontecimientos del siglo, desde la Guerra de la Independencia contra Francia (1805) hasta la Restauración (1875).

En ellas, Galdós mezcla con gran habilidad acontecimientos públicos (históricos) y privados (novelescos).

Entre otras características, la originalidad de la obra reside en que Galdós escribe en ciertos episodios como Trafalgar o Prim novela histórica contemporánea al autor.

 

  • Novelas largas:

Sus primeras novelas nacen de sus reflexiones sobre el problema de España.

 En ellas, Galdós nos presenta un mundo enfrentado ideológicamente: los tradicionalistas, intransigentes y apegados al pasado, y los progresistas, más abiertos. Su propósito es criticar el triste frecuente enfrentamiento fraticida (entre hermanos) entre esos dos grupos españoles. Tienen un tema común: la intolerancia.

  A esta época pertenecen:

-  Gloria.

- Doña Perfecta, Galdós, movido por sus ideales liberales, acusa de intransigente al catolicismo español.

- Marianela: cuyo protagonista muere cuando nota que el joven a quien servía de lazarillo advierte su fealdad al recobrar la vista y se enamora de otra.   Este periodo puramente realista empieza con

La familia de León Roch marca la transición entre este tipo de novelas a las del periodo puramente Realista, a las que Galdós llamó novelas españolas contemporáneas, un conjunto de obras en las que refleja la sociedad española de su tiempo.

 Personajes de todas las clases sociales deambulan por cualquier ambiente imaginable, movidos por ideales tanto nobles como miserables.

La sociedad española que nos presenta el autor es hipócrita, inculta, falta de ideales con políticos ineptos…

Son de destacar:

-  Miau

- y Fotunata y Jacinta: cuenta los tormentosos y dramáticos amores de una muchacha de pueblo, Fortunata, con Juanito Santa Cruz, un señorito madrileño que se casa con una joven burguesa, Jacinta. 

En las últimas novelas, Galdós se muestra más pesimista y denuncia la falta de cariad y amor hacia las personas menos favorecidas, la injusticia, el desagradecimiento, el egoísmo…

- Sirva de ejemplo Misericordia.: El autor pinta con simpatía la abnegada generosidad de la Señá Benigna, oponiéndola al egoísmo de sus amos, que la abandonan olvidando los sacrificios que hizo por ellos.

 

Como dramaturgo, Galdós inició muy tarde su carrera y entre sus obras destaca El abuelo

 

Características:

  • Emplea retrato: la descripción es detallada y minuciosa.
  • Su postura es la del narrador omnisciente y aparece en el texto con frases dirigidas al lector a quien pretende orientar a la interpretación de los hechos.
  • Cuando describe o narra no le importa “decirlo todo”.
  • En sus descripciones usa mucho el adjetivo.
  • El diálogo de los personajes es ágil y fiel a la realidad.

 

LEOPOLDO ALAS, CLARÍN

 

Vida

Leopoldo Alas, Clarín, nació en Zamora en Zamora en 1852 de familia acomodada, aunque pasó toda su vida en Oviedo donde estudió la carrera de Derecho, fue catedrático en la Universidad y murió en 1901.

De ideología liberal, adoptó posturas profundamente críticas frente a la sociedad de su tiempo. Denunció la hipocresía, la corrupción política, los convencionalismos, la insolidaridad, la explotación obrera, las injusticias, la falsa piedad, etc.

 

Obra

Su obra literaria se desarrolló en dos vertientes: la crítica y la narrativa.

Como crítico, la obra de Clarín en este campo está recogida en colecciones tales como Solos. Fue temido por la dureza y la fuerza de sus comentarios. Defendió a escritores malinterpretados en sus obras como Benito Pérez Galdós. Escribió artículos que muestran su excelente formación cultural y su gran talla intelectual. Es probablemente el mayor crítico literario de su época.

 

Como prosista, la obra narrativa de Clarín está compuesta por varias novelas y más de 60 cuentos:

  • Entre los cuentos destacan Doña Berta, Pipá, y ¡Adiós Cordera¡ Éste último es un emotivo relato en el que se ensalza la vida sencilla frente a los avances y el progreso.
  • Entre su protección novelística destacan Su único hijo y, muy en especial, La Regenta, obra cumbre de la narrativa española.

 

La Regenta

La Regenta está compuesta por dos partes de 15 capítulos cada una de ellas.

A lo largo de la primera parte sólo transcurren 3 días, ya que en ella predomina la descripción, tanto de ambientes como de los personajes, lo que nos da una idea bastante aproximada de la minuciosidad y el detalle que Clarín aplica.

En la segunda parte predomina más la acción, por ello, el intervalo de los quince últimos capítulos es de tres años.

 

Argumento de la obra:

La acción transcurre en Vetusta, ciudad ficticia del norte de España que, desde la aparición de la novela ha sido identificada con Oviedo, tanto por los lectores como por la crítica.

Allí vive la protagonista, Ana Ozores, esposa del Regente de la Audiencia, don Víctor Quintanar, mucho mayor que su esposa y de carácter apacible. La joven Ana es una mujer inquieta, insatisfecha y abrumada por la sociedad tradicional y cerrada de la que intenta evadirse a través de la religión, por lo que se relaciona de manera especial con el sacerdote don Fermín de Pas, hombre ambicioso y sin escrúpulos.

Cree encontrar el gran amor de su vida en la figura de don Álvaro Mesía (donjuán maduro y, como don Fermín, carece de escrúpulos), que intenta seducirla.

El desenlace es desolador: don Víctor muere en un duelo con don Álvaro. Toda la sociedad vetustense, incluido su confesor, don Fermín de Pas, condena por ello a Ana, que acaba siendo despreciada por todos.

 

Interpretación de la obra

En La Regenta, imponente retrato de la sociedad española del siglo XIX, se analiza, de manera prodigiosa, el ambiente de Vetusta (que bien podría ser el de cualquier ciudad de provincias de la época).

Leopoldo Alas destaca en esta obra la hipocresía y la corrupción de la sociedad del momento donde la gente mata su tiempo con total falta de piedad y respeto al prójimo. El autor nos presenta un panorama desolador:

  • una aristocracia y una burguesía vulgares y corrompida
  • un clero materialista y ambicioso
  • una sociedad, en general, inculta, intransigente, mezquina y aferrada al pasado.

 

Técnica y estilo

La Regenta es una obra de una gran perfección en cuanto a la técnica y el estilo.

El carácter naturalista de La Regenta se aprecia, sobre todo, en la presión que la sociedad ejerce sobre los protagonistas, fundamentalmente sobre Ana Ozores y el Magistral, Fermín de Pas. La conducta y el temperamento de ambos personajes están marcados por sus orígenes, por ambiente familiar en que se han educado y por el contorno social en que se mueven.

 

 Sus características:

  • la penetración psicológica en el análisis de los caracteres de los personajes,
  • el portentoso retrato de la sociedad de la época en la que se reflejan todas las clases sociales,
  • la gran perfección constructiva,
  • sus excelentes descripciones,
  • y su estilo sobrio, elegante y riguroso, combinado con una gran dosis de ironía

hacen de La Regenta una obra maestra de la literatura universal.

 

 

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El realismo resumen

TEMA . EL REALISMO: MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL. CARACTERÍSTICAS.  

                AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

 

A mediados del siglo XIX predominan ya en los medios artísticos los principios estéticos del realismo, movimiento cultural característico de una sociedad burguesa a la que no agradaban las fantasías idealistas románticas. Aunque no se puede establecer una separación tajante con el Romanticismo, pues perviven rasgos románticos en el arte realista (géneros como la novela histórica o los artículos de costumbres son buenos ejemplos), la reacción contra lo que consideraban abuso de la subjetividad y la imaginación conducirá a los realistas a valorar la observación minuciosa de la realidad contemporánea.

 

  1. MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL

 

La filosofía propia de la sociedad burguesa decimonónica es el positivismo, cuyos instrumentos básicos son la observación rigurosa y la experiencia (no existe otra realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de los mismos). En España, junto a las ideas positivistas, marxistas y evolucionistas, la corriente de pensamiento más destacada fue el krausismo, que pretendía conciliar razón y religión, y propugnaba la tolerancia y la convivencia pacífica. El krausismo, de origen alemán e impulsado por Julián Sanz del Río, tuvo influencia considerable en la educación (Institución Libre de Enseñanza: 1876) y en el derecho .

 

Desde el punto de vista político, las disputas entre conservadores y liberales, que habían sido características de la primera mitad de siglo, continúan marcando el acontecer histórico. España se embarca en aventuras coloniales que distraen la atención de los problemas internos. La agitación social aumenta (las huelgas generales en Cataluña son un claro ejemplo), hasta que en 1868 la Gloriosa acaba temporalmente con la monarquía borbónica. Durante el Sexenio Revolucionario se toman medidas propias de una sociedad liberal (sufragio universal, libertad de imprenta, cátedra, comercio, asociación, etc., separación entre Iglesia y Estado…) pero las diferencias entre las distintas facciones revolucionarias resultan insalvables y con la intervención del ejército llega la Restauración, ahora en la figura de Alfonso XII, cuyo reinado comienza con medidas abiertamente reaccionarias. El sistema político conocido como canovismo , que consiste en una monarquía formalmente parlamentaria pero cimentada en elecciones fraudulentas, controladas desde el gobierno, está marcado por el caciquismo. La alternancia en el poder de liberales y conservadores, tras el pacto entre Cánovas y Sagasta, no mejora la situación.

 

A lo largo de esta época, la sociedad española experimenta una transformación evidente. Hay un crecimiento demográfico considerable, aunque la población sigue siendo mayoritariamente rural. En Economía se toman medidas como el establecimiento de la peseta como unidad monetaria (1868); la red de ferrocarriles, la minería y la siderurgia se desarrollan notablemente, pero el desarrollo económico resulta insuficiente en relación con el demográfico, lo que incrementa el número de pobres. La burguesía no es capaz de llevar a buen puerto la revolución liberal, y acaba fundiéndose con los restos de la vieja aristocracia: se constituye así la oligarquía dominante de la Restauración. Por su parte, el movimiento obrero se organiza; así, en 1879 se funda el P.S.O.E., y en 1888, se crea la U.G.T., a la par que se extiende el anarquismo por Levante y Andalucía. La década final del siglo es muy conflictiva: huelgas, levantamientos campesinos y pérdida de las colonias tras el desastre de 1898.

 

En el ámbito cultural, aunque se extendió la enseñanza primaria obligatoria por el mayor grado de exigencia que suponía la sociedad capitalista, el analfabetismo seguía siendo un grave problema. En otro orden de cosas, se produjo un extraordinario desarrollo de la prensa, que difundió obras por entregas (de donde surge un subgénero narrativo, el folletín) y artículos de los escritores más importantes de la época, y sirvió de soporte para la polémica sobre el naturalismo.

 

  1. CARACTERÍSTICAS

 

Como movimiento artístico y literario, el realismo surgió en la Francia de la primera mitad del XIX, inmersa aún en el Romanticismo, con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con Flaubert en el contexto de una sociedad burguesa, urbana e industrial. En España, el inicio del movimiento se sitúa hacia 1870, tras la Gloriosa, y tiene su apogeo en la década de 1880 (se escriben entonces las novelas contemporáneas de Galdós o La Regenta, de Clarín, entre otras).

 

La repercusión de las ideas positivistas y de los gustos burgueses en el arte y en la literatura es evidente. Así, el género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado en toda Europa porque era el más adecuado para reflejar la realidad en su totalidad, como explica claramente Stendhal: «Una novela es un espejo que se pasea por un camino real. Tan pronto refleja el cielo azul como el fango de los cenagales del camino.» O, como apuntaba Galdós, «Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, lo espiritual y lo físico (…)»

 

Veamos cómo se refleja esta intención en las siguientes CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA REALISTA:

 

  • Observación y descripción precisa de la realidad: Este es el principio básico del realismo y al que obedece su propia denominación. Tiene relación con los métodos de observación de las ciencias experimentales; de hecho, los escritores llegan a documentarse tomando apuntes sobre personajes y ambientes, consultando libros… La vida real se convierte en objeto estético.

 

  • Ubicación próxima de los hechos: Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, por lo que tienden a situar sus obras en lugares próximos y en el momento presente. La mirada se desplaza ahora a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía, y controlando los excesos de la imaginación y el sentimentalismo.

 

  • Verosimilitud: Al estar basados en la vida cotidiana, tanto los protagonistas como los ambientes resultan creíbles. Han desaparecido del relato los sucesos inverosímiles, los hechos maravillosos y las aventuras insólitas.

 

  • Frecuente propósito de crítica social y política: Varía según la ideología particular de cada escritor. En general, los autores conservadores (Alarcón, Pereda) describen la realidad para mostrar su degradación y postular un retorno a los valores tradicionales. Los progresistas (Galdós, Clarín, Pardo Bazán, Blasco Ibáñez) también muestran las lacras sociales, pero éstas, según ellos, obedecen en muchos casos a la pervivencia de una mentalidad conservadora que lastra el avance hacia un mundo nuevo.

 

  • Didactismo: Se deduce de lo anterior. Es corriente que los autores pretendan dar una lección moral o social. Así es en las novelas llamadas “de tesis”, a cuya intención moralizadora quedan subordinados el argumento, los personajes y el ambiente. Cabe señalar que en el llamado “pre-realismo”, con autores como Fernán Caballero, el talante moralizador pesaba excesivamente en la trama. En las novelas propiamente realistas el simbolismo puede ser el instrumento para inducir a la reflexión.

 

  • Estilo sencillo y sobrio: Los realistas rechazan la pomposa retórica romántica. El ideal de estilo es la claridad y la exactitud, como corresponde al deseo de acercar la labor del escritor a la del científico. No quiere esto decir que no se empleen recursos, que los hay, pero su intención no es ornamentar, sino precisar, detallar lo narrado o lo descrito.

 

  • Protagonistas individuales o colectivos: En el primer caso, se hace hincapié en el análisis psicológico del individuo, a menudo un inadaptado que se enfrenta a la colectividad y es derrotado por el mundo que le rodea. En el segundo, en la descripción de los más variados ambientes y comportamientos, con la aparición de medios sociales ignorados por la novela hasta entonces (burguesía, proletariado, mendigos y desclasados diversos). Se distinguen, pues, dos grandes tipos de novelas: la novela psicológica y la de ambientación social, aunque en algunas confluyan ambas direcciones: La Regenta o Fortunata y Jacinta son un buen ejemplo. El Oviedo o el Madrid de la época se convierten en protagonistas indudables, aunque los personajes, sobre todo los femeninos, son objeto de un minucioso análisis (su comportamiento, sus reacciones ante una sociedad en la que no encajan, su espiritualidad y su sensualidad…). También el mundo rural tiene cabida: la tierruca cántabra de Pereda, los pazos gallegos de Pardo Bazán, la barraca valenciana de Blasco Ibáñez…

 

  • Temas: Además del conflicto entre individuo y sociedad, ya mencionado, cabe señalar que en la novela del realismo decimonónico se da la conjunción entre la historia y la vida privada: los acontecimientos históricos aparecen aludidos en el relato y en las conversaciones de los personajes, o sirven para situar hechos familiares. A veces incluso se establecen paralelismos con las actitudes y acciones de los protagonistas . En cualquier caso, los temas del realismo son los temas del público burgués, pues  es la clase media la más habitual protagonista de estas novelas.

 

  • Narrador omnisciente: Aunque a veces se emplea también la primera persona, predomina el narrador en tercera que maneja por completo los hilos del relato manifestando que sabe lo que va a suceder, el alma de sus personajes y hasta sus más profundos pensamientos. Llega a intervenir con juicios sobre hechos y personajes y con observaciones dirigidas al lector, lo que entraña una intención satírica, irónica o moralizadora. No obstante, en  ocasiones finge la actitud de simple cronista, de mero notario de una realidad de la que es testigo.

 

  • Otras técnicas: Junto con la narración tradicional y el estilo indirecto, destaca el uso del diálogo (que desempeña un papel central en la caracterización de personajes), el estilo indirecto libre y el monólogo interior. Sirven estos últimos para expresar la subjetividad, puesto que el narrador se confunde con el personaje o adopta su perspectiva.

 

  • Estructura lineal: La narración suele respetar el desarrollo cronológico de los hechos relatados, aunque no son extrañas las analepsis (flash-back) para contar episodios pretéritos que interrumpen provisionalmente el hilo narrativo y a menudo sirven para completar la caracterización del personaje.

 

  • Descripciones minuciosas: Las descripciones de espacios exteriores e interiores, así como las de los personajes, cuyo retrato puede ser prolijo, son extremadamente detalladas. Ello relaciona la actitud del escritor realista con la obsesión por el dato exacto, típica del positivismo.

 

  • Uso del lenguaje para caracterizar personajes y ambientes: Los usos lingüísticos se adecuan a la clase social, a la procedencia y al carácter de los personajes. Por ello encontramos expresiones propias de distintas variedades geográficas, sociales y funcionales para reflejar el mundo narrado . El lenguaje se convirtió, pues, en un recurso fundamental para la caracterización de ambientes: además de Galdós, encontramos suficientes muestras en José Mª de Pereda (dialectalismos santanderinos), Emilia Pardo Bazán (galleguismos), Clarín (asturianismos), Valera (andalucismos)…

 

  1. LA NOVELA NATURALISTA

 

El naturalismo es una corriente literaria que se desarrolló durante el último tercio del XIX, fundamentalmente en Francia, y que tuvo como principal impulsor a Émile Zola. Según los presupuestos naturalistas, el novelista, al igual que el científico, ha de experimentar con sus personajes para comprobar cómo se modifican sus reacciones según cambian las circunstancias y teniendo siempre en cuenta su particular condición biológica heredada. Esto explica el interés por ambientes miserables y sórdidos, y por personajes tarados, alcohólicos, embrutecidos  o víctimas de patologías diversas, ya que estos casos permiten demostrar la influencia determinante de la herencia y el medio social en el comportamiento del individuo.

 

En el naturalismo se extreman los rasgos del realismo: descripciones minuciosas, reproducción fiel del lenguaje hablado, intención moral (la novela contribuye a proporcionar un conocimiento más exacto del hombre y de la sociedad para poder mejorarlos). En cuanto al punto de vista, se propugna el ideal de narrador impersonal y objetivo, que se abstiene de intervenir en la narración .

 

En España la tendencia naturalista sólo fue acogida en parte: se incorporaron temas y procedimientos narrativos, como ocurre en algunas novelas de Galdós y Clarín, y más claramente en Emilia Pardo Bazán (impulsora de la tendencia) o Vicente Blasco Ibáñez, pero en general se rechazó el determinismo biológico en favor del libre albedrío.

 

  1. AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA

 

  • Fernán Caballero, pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber (1796-1877). En 1849 publicó “La gaviota”, saludada por la crítica como la primera novela realista española. La acción novelesca no es más que un pretexto para describir el ambiente y el folclore andaluces. En esta obra y en otras como “La familia de Alvareda” Fernán Caballero utiliza la técnica costumbrista al retratar personajes secundarios y se sirve de los principales para representar valores ideológicos. Sus novelas resultan, en general, excesivamente moralizantes, y sus personajes, demasiado esquemáticos.

 

  • Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) es un representante de las novelas de tesis, en las que defiende posturas tradicionalistas, como en “El niño de la bola” o “El escándalo”. Su obra más conocida es un relato popular, “El sombrero de tres picos”.

 

  • También se considera defensor de lo tradicional José María de Pereda (1842-1920), en sus historias ambientadas en la montaña santanderina, como “El sabor de la tierruca”, “La Puchera” y “Peñas arriba”, tres novelas que comparten la exaltación del paisaje y la idealización de la vida sencilla y campesina y, en el estilo, el reflejo del habla popular.

 

  • Juan Valera (1824-1905) tenía otro concepto de la novela, que, para él, debía distraer y crear belleza . Quizá el hecho de ser un hombre de mundo, con una amplia cultura, escéptico y tolerante, ideológicamente un liberal moderado, influyó en su obra literaria, que evita lo cotidiano y prosaico de la vida, que rechaza lo feo y lo perverso. Tampoco es partidario de la novela de tesis, y le disgustan el afán de objetividad fotográfica del realismo y los temas y ambientes naturalistas. En “Pepita Jiménez” utiliza la técnica epistolar en un relato sobre los amores de un joven seminarista. También destacan los personajes femeninos en “Doña Luz” y “Juanita, la larga”.

 

  • Emilia Pardo Bazán (1851-1921) elige para sus narraciones la sórdida vida rural de Galicia. En “Los pazos de Ulloa” relata la degeneración de una familia aristocrática. Pero Pardo Bazán se hizo famosa por intentar conciliar las doctrinas naturalistas con el cristianismo. A la colección de artículos de prensa sobre este particular la llamó “La cuestión palpitante”: en ellos defiende a Zola como escritor, pero rechaza algunos principios naturalistas, como el determinismo y el materialismo.

 

  • Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928). Conocido como “el Zola” español, se acerca a la estética naturalista, con ambientes sórdidos y personajes de instintos primarios, en sus novelas de la huerta valenciana, “La barraca” o “Cañas y barro”. Fuera de España fue más conocido como el autor de “Sangre y arena”, ambientada en el mundo de los toros y cercana al folletín, o “Los cuatro jinetes del apocalipsis”, cuyo telón de fondo es la Primera Guerra Mundial.

 

Los dos novelistas más relevantes del periodo son Galdós y Clarín.

 

  • Benito Pérez Galdós (1843-1920) es el novelista español más importante del XIX. Para él la ficción debe ofrecer una imagen de la vida y reproducir el ambiente de la España de su tiempo. Además de su producción teatral (veinticuatro obras, sin demasiado éxito) y periodística, Galdós escribió setenta y siete novelas, a través de las cuales se puede reconstruir la vida española del siglo XIX. Todo en ellas (personajes, escenarios, lenguaje) es producto de la observación directa de la realidad; la sociedad de su tiempo es su materia narrativa y su fuente de inspiración.

 

En su primera época escribió novelas de tesis, en las que ataca el fanatismo religioso y la presencia del clero en asuntos públicos y privados: “Doña Perfecta” (1876), “Gloria” o “La familia de León Roch”. Son de esta etapa personajes al servicio de una idea, maniqueos, y una novela más espiritual, “Marianela”.

 

El Galdós más característico es el de las novelas contemporáneas: veinticuatro obras en las que refleja, al más puro estilo realista, la sociedad y el ambiente madrileños de la época. En ellas, Galdós ya no condena o exalta a sus personajes según sean sus ideas, sino que se limita a observarlos y analizarlos en su medio, incorporando para ello las técnicas y procedimientos naturalistas: “La desheredada” (1881), “El amigo manso” (1882), “Tormento” (1884), “Miau” (1888), “Tristana” (1892), etc. “Fortunata y Jacinta”, la más larga de las novelas galdosianas, tiene como eje argumental un triángulo amoroso; “Misericordia” (1897), quizá la más importante de este periodo, narra la historia de Benina, que sostiene con limosnas la casa de los señores para los que trabaja y que la despiden cuando la fortuna les sonríe. Tanto esta novela como “Nazarín” se pueden considerar espirituales y simbólicas.

 

Los Episodios Nacionales son un conjunto de cuarenta y seis novelas en las que se propuso Galdós contar la historia de España en el siglo XIX, desde los sucesos de Trafalgar (1805) y la Guerra de la Independencia (1808) hasta la Restauración (1875). Mezclando realidad y fantasía, y basándose en una rigurosa documentación, Galdós quiso analizar los hechos del pasado como una forma de sacar lecciones para el presente.

 

Galdós es, para muchos, el mejor novelista español tras Cervantes, de quien obviamente heredó su capacidad de observación y la pericia para escudriñar en el alma humana.

 

  • Leopoldo Alas, Clarín (1852-1901) fue un liberal republicano, defensor de la libertad de pensamiento y de conciencia, y enemigo del fanatismo y del tradicionalismo reaccionario. Catedrático de Derecho, alternó esta profesión con una intensa actividad periodística y literaria. Fue conocido en su tiempo como crítico imparcial e implacable. Sus numerosos artículos periodísticos, irónicos y mordaces, tocaban temas muy variados (por ejemplo, en los de asunto literario defendió el naturalismo y a Galdós).

 

En su obra destacan las narraciones breves como “Pipá”, con influencias naturalistas, o “Doña Berta”. Son conocidos sus cuentos, sobre todo “¡Adiós, Cordera!” y “El dúo de la tos”, entre otros muchos. Pero su obra cumbre es “La Regenta” (1884-1885). Aunque el argumento es muy sencillo y nos recuerda a un folletín (triángulo amoroso de por medio, historia de un adulterio y de la caída moral de la protagonista), las vidas cruzadas de Ana Ozores, Fermín de Pas y Álvaro Mesía son una forma de mostrar el retrato moral y social de una ciudad provinciana y aburrida (Vetusta-Oviedo) y, por extensión, de la España de la época: la hipocresía, la falsa religiosidad, los convencionalismos sociales, el poder de la Iglesia, la corrupción del clero y de la aristocracia o la inmoralidad son algunos de los aspectos denunciados por Clarín.

 

4La novela está estructurada en dos volúmenes: el primer tomo consta de quince capítulos con escasa acción que transcurre en tres días. Los quince capítulos del segundo tomo abarcan tres años y en ellos la acción se dinamiza. Se manejan con maestría las técnicas narrativas, como el discurso indirecto libre, combinado con narración, descripciones muy logradas y diálogo, y los registros son muy variados: desde la sátira mordaz a la expresión de la más honda espiritualidad.

 

Cabe añadir que en Europa, además de los ya citados franceses Stendhal (“El rojo y el negro”), Flaubert (“Madame Bovary”), Zola (“Germinal”) o Balzac (“La comedia humana”), cabe mencionar, como poco, a los rusos Leon Tolstoi (“Ana Karenina”, “Guerra y Paz”) y Fiodor Dostoievski (“Crimen y castigo”, “Los hermanos Karamázov”), y al inglés Charles Dickens (“Oliver Twist”, “Los papeles del club Pickwick”, “David Copperfield”). Fue un periodo, pues, esplendoroso en lo que al desarrollo de la novela se refiere.

 

  1. OTROS GÉNEROS

 

No destacaron en el período géneros como la lírica (cuya esencia sentimental la aleja, por su propia naturaleza, de la tendencia realista), ni el teatro, que se había mantenido anclado en fórmulas trasnochadas como las de José de Echegaray. En la poesía lírica podemos citar a Ramón de Campoamor, que escribe versos de un sentimentalismo trivial y una forma prosaica, desprovista de valor estético, y a Gaspar Núñez de Arce, autor de poesía grandilocuente, de retórica hueca y tono declamatorio. No olvidemos que en esta época la lírica verdaderamente destacable corresponde a dos románticos tardíos, Bécquer y Rosalía de Castro. En cuanto al teatro, que intentó adaptarse a las formas realistas con la llamada alta comedia, tiene como principales representantes a López de Ayala, con obras de intención moralizadora como “El tejado de vidrio”, y Manuel Tamayo y Baus, que había triunfado con un drama romántico en prosa, “Locura de amor”, y destaca por “Un drama nuevo”. Un intento de renovación teatral se lo debemos a Galdós y a Joaquín Dicenta. Y, por último, mencionaremos el género chico, con piezas de carácter cómico, popular y costumbrista, como “La verbena de la paloma”.

 

A final de siglo, la estética realista entra en crisis. Se desarrollan entonces en Europa diversos movimientos que buscan nuevos caminos: Impresionismo, parnasianismo, simbolismo, decadentismo, modernismo… Con ellos se entra ya de lleno en el siglo XX.

Enorme importancia tiene también el evolucionismo o darwinismo: según Darwin los seres vivos resultan de la evolución y selección natural de los mejor adaptados al medio, con lo que adquieren relevancia la herencia y la lucha por la supervivencia. Serán presupuestos que incidirán en el desarrollo del naturalismo. Por otro lado, hemos de mencionar el marxismo, para el que el motor del desarrollo histórico es la lucha de las clases sociales; Marx no se limita a interpretar el mundo, sino que se propone transformarlo, por lo que el marxismo se convierte en la ideología predominante en los movimientos obreros de fin de siglo.

 

Precisamente el enfrentamiento entre los pensadores de ideas conservadoras, como Menéndez Pelayo, y los profesores de la I.L.E., de talante liberal, fue un hecho significativo en el ámbito cultural de la época.

 

Cánovas, jefe del Partido Conservador, fue el artífice del sistema político de la Restauración.

En “Fortunata y Jacinta”, Juanito Santa Cruz abandona a su amante y vuelve con su mujer coincidiendo con la Restauración monárquica (en ambos casos se trata de retomar la rutina y abrazar una actitud conservadora y acomodaticia).

Piénsese, por ejemplo, en la variedad de registros y niveles en “Misericordia”, de Galdós, donde el recurso al vulgarismo encaja perfectamente con el mundo marginal de los mendigos.

Dice Émile Zola que  «…el novelista no es más que un escribano que no juzga ni saca conclusiones. (…) el novelista desaparece, guarda para sí sus emociones, expone simplemente las cosas que ha visto.»

Dice Valera que “Una novela bonita debe ser poesía y no historia; esto es, debe pintar las cosas no como son, sino más bellas de lo que son”. Por eso su realismo es diferente al de sus contemporáneos.

 

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