La guerra civil española resumen

 


 

La guerra civil española resumen

 

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La guerra civil española resumen

 

1. La Guerra Civil (1936-1939): Causas. Sublevación militar

    E internacionalIZACIÓN del conflicto.

 

introducción

 

     El 18 de julio de 1936 se extiende por la Península un golpe de Estado militar contra el gobierno del Frente Popular. La activa participación del pueblo y la lealtad de casi la mitad del Ejército hacia la República hacen que esta sublevación sólo triunfe en la mitad del país y desemboque, por tanto, en una guerra civil que durará casi tres años. España se divide en dos zonas: una republicana y otra, la nacional, como se llamarán así mismos los sublevados, con sus respectivos ejércitos, gobiernos e instituciones.

     El rápido apoyo de la Italia de Mussolini y de la Alemania de Hitler al bando sublevado y la no intervención de Francia y Gran Bretaña a favor de la República, que sólo contó con el efectivo apoyo ruso, hace que el enfrentamiento armado se prolongue durante casi tres años.

     Era el enfrentamiento entre dos concepciones distintas de España. El bando rebelde representaba los valores tradicionales y conservadores que habían sido socavados durante la República y luchaban contra todas las reformas que habían ido demasiado lejos. El bando republicano pretendía la modernización del país y la profundización en las reformas, aunque había sectores que querían ir mucho más allá de los límites de un régimen parlamentario.

     La mayor unidad, la eficacia militar y los importantes apoyos militares dieron el triunfo a la España nacional representada por el general Franco y consolidó un régimen político autoritario y conservador que se mantendría en España durante más de treinta años.

     Además de ser importante para España, la guerra tuvo una gran resonancia internacional y se convirtió en el primer episodio de la II Guerra Mundial que se veía como inminente.

 

1.1.  CAUSAS DE LA GUERRA

 

     la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 ha dado lugar a muchas investigaciones y obras históricas, y es un tema tan debatido entre los historiadores que resulta difícil establecer un esquema de causas y consecuencias admitidas por todos. Aún así, se pueden señalar las siguientes:

 

1. CAUSAS ESTRUCTURALES

 

Los problemas de la España contemporánea que la República intentó resolver, para lograr la modernización y democratización real del país, fueron la base de los principales conflictos sociales:

 

  • El problema agrario y la resistencia de la oligarquía terrateniente a la reforma agraria;
  • El problema social y laboral, estableciendo leyes protectoras del trabajo;
  • El problema religioso que se centró en el intento de establecer un Estado laico y provocó la reacción de sectores de la Iglesia;
  • El problema educativo;
  • El problema de la organización del Estado: los estatutos de autonomía eran un motivo de oposición en la derecha y en el Ejército.

 

2. CAUSAS PRÓXIMAS

 

Los elementos que explican el crecimiento de las diferencias sociales son:

 

  • La crisis económica ligada a la crisis mundial que, a partir de 1932, empeoró las condiciones de vida de gran parte de la población;
  • La reacción a las medidas antisociales del gobierno radical-cedista de 1934, con la sublevación de octubre y los enfrentamientos armados;
  • La existencia en Europa de regímenes fascistas (Alemania e Italia) interesados en impedir el desarrollo de movimientos revolucionarios y el surgimiento de frentes populares para oponerse al crecimiento del fascismo.

3. CAUSAS Y FACTORES DESENCADENANTES

 

      Al clima de radicalización, violencia callejera y bipolarización de la vida política española desde las elecciones de febrero de 1936 se unen dos asesinatos como consecuencia de lo anterior: el día 12 de julio el del teniente de la Guardia de Asalto socialista José Castillo por extrema derecha, y en respuesta, el 13 de julio fue asesinado Calvo Sotelo, uno de los líderes monárquicos. Este segundo asesinato adelantó los planes y el 17 de julio de 1936 se sublevó la guarnición de Melilla, extendiéndose la rebelión al resto del Marruecos español y a la Península al día siguiente.

     El fracaso del levantamiento en las principales ciudades, por la reacción de las milicias obreras, deriva en Guerra Civil. La inmediata ayuda exterior de Italia y Alemania a los sublevados fue un factor esencial en la prolongación de la lucha.               

 

 

1. 2. Sublevación militar

 

      La insurrección militar se inició en Melilla el 17 de julio de 1936 y se extendió al protectorado de Marruecos. El 18 y 19 de julio, el golpe se extendió a la península y los archipiélagos. Mientras el gobierno de Casares Quiroga reaccionaba con lentitud el levantamiento fracasó en su objetivo de apoderarse de España entera sin resistencia seria.
El golpe triunfó en las regiones donde la derecha era fuerte: Castilla, León, Galicia, Baleares o Navarra. También en Aragón, Sevilla, Oviedo, Toledo, Granada y Córdoba, aprovechándose de la sorpresa y de la lenta respuesta de las fuerzas leales al Gobierno. A pesar de ello, la República consiguió mantener la porción más importante del territorio español y la fidelidad de buena parte de la Guardia Civil y del Ejército, sobre todo la Armada y la Aviación.

      Los fracasos más graves tuvieron lugar en Madrid, donde el nuevo presidente Giral entregó armas a las milicias obreras, y en Barcelona, donde una inusual colaboración de los obreros de la CNT con la Guardia Civil y la Guardia de Asalto abortó la insurrección.

      Factores como las dudas o la resolución de los sublevados y las autoridades encargadas de reprimir el golpe, la capacidad de movilización obrera y el papel de la Guardia Civil fueron claves para entender el resultado final del golpe en cada zona del país.

La zona arrebatada al gobierno republicano era inferior a las previsiones de los conspiradores, pero no tan insignificante como para hacer que estos abandonaran sus planes. En las semanas posteriores al 18 de julio se estabilizó el frente de ambas zonas, haciendo comprender a los contendientes la necesidad de prepararse para un largo enfrentamiento:

 

  • La zona sublevada contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia y las minas de carbón leonés y de Riotinto en Huelva. Ante todo, tenía un ejército mucho más preparado que contaba sobre todo, con el Ejército de África, la Legión y los Regulares. Además, eran once los millones de habitantes en las tierras bajo control sublevado.
  • En la zona republicana quedaron las regiones industriales, el trigo en La Mancha y los productos de las huertas levantinas. También las reservas de oro del Banco de España. Las unidades del ejército quedaron prácticamente desarticuladas y la mayor parte de los oficiales se sublevaron y el propio gobierno disolvió muchas unidades cuya fidelidad era dudosa. La Armada, sin muchos de sus oficiales, y la Aviación permanecieron en manos del gobierno republicano. Catorce millones de habitantes poblaban el territorio republicano.

 

     En julio de 1936 surgen dos Españas que defendían principios contrapuestos e  irreconciliables: para unos el “Glorioso Alzamiento Nacional”, se había hecho necesario para salvar a España de la anarquía, para restablecer el orden y acabar, mediante una “Cruzada de Liberación”, con los enemigos del país: anarquistas, comunistas, socialistas, separatistas y masones.

     Para la otra España, la que permaneció fiel al gobierno legal de la República, había que luchar para defender los logros de una República democrática y para terminar con el fascismo que se estaba extendiendo por toda Europa.

     Para muchísimos españoles el unirse a uno u otro bando se debió no a una ideología clara sino a una cuestión geográfica: que en la zona en que ellos vivían hubiese triunfado o no la sublevación.

 

1.3. internacionalIZACIÓN del conflicto

 

      La dimensión internacional es uno de los aspectos más importantes de la historiografía sobre la guerra civil española. En la guerra se entrecruzaron a la vez los intereses estratégicos de las potencias y el compromiso ideológico de las grandes corrientes políticas del momento. Para algunos historiadores la Guerra Civil es precedente de la II Guerra Mundial.

 

      Las grandes democracias tuvieron una actitud diferente pues a comienzos de la guerra, en la Sociedad de Naciones se constituyó un Comité Internacional de No Intervención, que resultó ineficaz para evitar la presencia internacional en la guerra.

 

 

  • LA AYUDA EXTRANJERA A LA ESPAÑA REBELDE:

 

  • Alemania, con la Legión Cóndor, formada por soldados y oficiales muy cualificados y con armamento nuevo, prestó una gran ayuda a Franco. Su marina hostigó las costas de las zonas leales y colaboró en algunas ofensivas como la ocupación de Málaga en febrero de 1937.

 

  • La Italia fascista apoyó desde el principio con el envío de aviones para facilitar el paso del estrecho de Gibraltar y envió el llamado Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV), que llegó a integrar a más de 80.000 soldados regulares.

 

  • Otras unidades menores fueron las remitidas por Portugal (Legión “Viriato”) y alguna unidad de voluntarios irlandeses.

 

 

 

  • LA AYUDA EXTRANJERA A LA ESPAÑA REPUBLICANA:

 

  • La única ayuda que recibió el bando republicano de las democracias fue las escasas armas enviadas desde Francia en los primeros momentos del conflicto. La ayuda francesa quedó cortada tras la firma del Pacto de No Intervención.

 

  • La República contó con el apoyo de voluntarios, las Brigadas Internacionales, no todos comunistas pero reclutados por la Internacional Comunista en muchos países del mundo. Fueron unos cuarenta mil y tuvieron un papel importante en la defensa de Madrid y en las batallas del Jarama y Teruel. Su base de entrenamiento estuvo en Albacete.

Las presiones del Comité de No Intervención y el desinterés de Stalin, que pensaba ya en buscar algún tipo de acuerdo con Hitler, hicieron que Negrín aceptase su salida de España a fines de 1938. De nuevo, el Comité de No Intervención fracasó en su intento de que las tropas italianas que apoyaban a Franco abandonaran España.

 

  • La ayuda material de la URSS, pagada con el oro del Banco de España, el llamado “oro de Moscú”. También estuvieron presentes unos seis mil soldados soviéticos.

           

     Las cifras de material que recibió cada bando varían mucho según autores. Para los partidarios del franquismo la ayuda estuvo equilibrada. Pero sin duda, la ayuda de la URSS fue menor en cantidad y en calidad pues los pilotos, tanquistas y asesores soviéticos tenían peor preparación técnica y medios materiales que los alemanes. Además, los soviéticos no estaban dispuestos a que por la guerra de España estallase la II Guerra Mundial, hecho que se veía probable.

 

 

 

 

2. Desarrollo de la Guerra

 

2.1. LA DIMENSIÓN INTERNA DEL CONFLICTO

 

     Este asunto se analiza teniendo en cuenta la evolución militar, política y cultural de ambos bandos.

 

LA EVOLUCIÓN MILITAR: LAS MILICIAS

 

      En aquel verano de 1936, con los cuarteles semivacíos, sólo los contingentes de África agrupaban unidades militares de envergadura, que llegarían a integrar a más de cuarenta mil combatientes marroquíes a lo largo de la guerra. En el resto de España, tanto los sublevados como los que les hicieron frente eran conglomerados de oficiales, soldados, guardias civiles y carabineros, guardias de asalto y, sobre todo, paisanos movilizados por sus organizaciones políticas y sindicales.

 

      Estos oficiales encuadraron a los grupos de civiles en columnas, que comenzaron sus movimientos hacia los puntos y ciudades estratégicos. Durante esta primera fase de la guerra, que se prolonga hasta finales de año, las milicias constituyeron el grueso de la masa en armas.

            En el bando rebelde encontramos tres grupos:

  • Los falangistas.
  • Los requetés, combatientes carlistas que tuvieron un destacado papel en el País Vasco y en las operaciones sobre Madrid desde el Norte.
  • Los militantes de las JAP (Juventudes de Acción Popular) o Renovación Española, que se sumaron al movimiento eran menos. En los primeros meses de la guerra no llegaron a 60.000 los voluntarios, de los cuales la mitad provenían de Castilla la Vieja y Navarra.

 

       En el bando republicano, las milicias de voluntarios se también se agruparon según su tendencia ideológica y fueron muy importantes en la derrota de la sublevación en Madrid, Barcelona y otras ciudades. Una vez aplastada la rebelión, se formaron columnas con distintos nombres: “Ascaso”, “Durruti”, “Macià-Companys”, etc. En total se crearon unas 150 unidades de milicianos al servicio de la República, llegando a ser unos 200.000 combatientes.

 

HACIA LA CREACIÓN DE LOS NUEVOS EJÉRCITOS

 

       En el bando franquista (los nacionales), la dirección militar fue estricta y, a finales de noviembre, todas las unidades estaban militarizadas y encuadradas en unidades regulares.

 

       En el bando republicano, el germen del nuevo ejército lo constituyó el Quinto Regimiento, unidad de milicias formada tras la toma del Cuartel de la Montaña en Madrid (20 de julio de 1936), a iniciativa del Partido Comunista y bajo la dirección de oficiales de la Unión Republicana Antifascista (UMRA). Al frente estuvieron Enrique Castro y luego Enrique Líster. Lo más llamativo fue que, junto a jefes y oficiales profesionales de gran prestigio, como Pozas, Llano de la Encomienda o Vicente Rojo, pronto destacaron dirigentes militares salidos de las organizaciones sindicales, como Durruti, muerto en los primeros días de la guerra, el propio Líster o Mera.

 

       En ambos ejércitos, los combatientes extranjeros contribuyeron a reforzar su proceso de organización y consolidación. Con la importante diferencia de que, mientras en el bando sublevado, los marroquíes, italianos y alemanes eran unidades regulares de sus ejércitos, en el bando republicano, la masa de voluntarios se enroló individualmente o en pequeños grupos, con la excepción de los pilotos y tanquistas rusos.

 

 

2.2. DESARROLLO DE LA GUERRA

 

1. DE LOS INICIOS A LA PRIMAVERA DE 1937 (18 de julio de 1936 a marzo de 1937)

 

      En el desarrollo militar de la guerra pueden distinguirse tres grandes ciclos:

     

      El primero transcurre desde el inicio de operaciones militares en campo abierto hasta ocho meses después, marzo de 1937, final de la batalla de Guadalajara, último intento del Ejército sublevado para controlar Madrid y decidir con ello la guerra. Sin embargo, este ciclo es el más complejo en todos los órdenes, lo que obliga a distinguir etapas.

 

a) La guerra de columnas (18 de julio de 1936-7 de noviembre de 1936)

 

      Podría hablarse primero de una fase de guerra de columnas—al estilo colonial—, grupos de tropas formados con pequeñas unidades de diversas armas, de escaso volumen y mucha movilidad. Esta es la base de la guerra hasta noviembre de 1936 al menos.

      La República declara disuelto el Ejército y a primeros de agosto intenta crear otro sobre batallones de voluntarios. Es la época de las milicias, reclutadas entre las organizaciones políticas y sindicales. Diversas disposiciones, a fines de septiembre y octubre, acometen la militarización de estas milicias y se dan los primeros pasos para la creación de un Ejército Popular Regular sobre la base de las Brigadas Mixtas. Entre los sublevados, las milicias se militarizarán por decreto de 20 de diciembre de 1936.

      En los primeros meses, la guerra es claramente desfavorable para la República. Navarra y Sevilla son los dos grandes centros difusores de columnas rebeldes, centros que forman, respectivamente, el ámbito de mando de Mola y Franco.

      No había un mando unificado, puesto que la muerte de Sanjurjo en accidente aéreo privaba a la rebelión de su jefe reconocido. El objetivo para los dos generales era Madrid, pero también se enviaron fuerzas contra objetivos complementarios.

      Desde Pamplona, columnas compuestas de soldados, fuerzas de orden público, requetésy falangistas, parten hacia Somosierra, Guipúzcoa, Zaragoza.

      Sin embargo, la expansión de Mola sobre Madrid queda detenida por las milicias republicanas creadas en la capital —donde se integran también fuerzas regulares—en los pasos de la Sierra.

      En la zona sur, el éxito de un ejército tan entrenado como el de África, con la Legión Extranjera y las unidades de marroquíes, son mucho más fulminantes y también aquí se contará con efectivos de milicias. Con centro en Sevilla, los sublevados amplían y consolidan su dominio de la Andalucía del Guadalquivir y establecen conexión con los sublevados de Granada.

      Para la marcha de la guerra es el paso del Ejército de África a la Península por el estrecho de Gibraltar, gracias a la primera ayuda exterior a uno de los combatientes, en este caso la de Alemania e Italia. A partir del 5 de agosto el transporte por mar de esas tropas se consolida. Columnas mandadas por Asensio y Castejón, a quienes se sumarán después Tella y Yagüe, avanzan hacia el norte por Extremadura. El 11 de agosto ocupan Mérida; el 14, Badajoz, y penetran después en la provincia de Toledo. El 3 de septiembre ocupan Talavera, nudo estratégico de gran valor, pero entonces Franco se inclina por acudir en socorro de los sitiados en el Alcázar de Toledo.

      El 9 de septiembre se efectúa, a través de la sierra de Gredos, el enlace entre las fuerzas sublevadas del Norte y del Sur; el territorio y el Ejército rebelde quedan unificados en un solo bloque.

 

 

b) La batalla de Madrid (7 de noviembre de 1936/Marzo de 1937)

    

      La batalla de Madridfue un conjunto de acciones durante cinco meses de combate, ciclo al que pertenecen las operaciones del Jaramay Guadalajara. La lucha en torno a Madrid comporta el primer gran revés para los sublevados y condiciona la prolongación del conflicto.

     La ayuda extranjera jugaba ya su papel –Legión Cóndor alemana, aviación italiana, armamento y asesores rusos, Brigadas Internacionales- y la República mostraría una gran capacidad de resistencia. El frente de la sierra madrileña no se movería hasta el final de la guerra.

     La batalla por Madrid comenzó el 7 de noviembre. La ciudad se mostraría inexpugnable. En ello jugó un papel importante la ayuda extranjera en hombres y pertrechos.

     Los milicianos pelearon en Madrid como no lo habían hecho antes, la propaganda funcionó eficacísimamente para mantener la moral, la Junta de Defensa de Madridcreada el mismo día 7, presidida por Miaja, general jefe de la Defensa, canalizó el esfuerzo de guerra. Abandonada por el Gobierno el día 6, tal vez por ello mismo aumentó su capacidad de resistencia.

     Los atacantes llegaron a cruzar el Manzanares y ocupar parte de la Ciudad Universitaria, pero ahí fueron detenidos. Se emprendió entonces por Franco la alternativa de las maniobras envolventes para el aislamiento de la capital. Por el Jarama para cortar la carretera de Valencia, a partir del 6 de febrero.

     Fracasado este objetivo, se monta la operación desde la zona de Guadalajara, desde donde parte la ofensiva el 8 de marzo con un avance del cuerpo expedicionario italiano, el CTV. Detenido éste, los republicanos lanzan una contraofensiva que hace fracasar la operación, aunque el frente no es repuesto en su posición original.

     El descalabro italiano era una victoria moral y demostraba la entidad de la ayuda italiana a los rebeldes. En otros frentes, sin embargo, el éxito no fue igual.

     El 8 de febrero se había perdido Málaga —donde intervinieron por vez primera tropas italianas—y el ataque vasco sobre Villarreal de Álava, en diciembre, no trajo resultados sustanciales.

 

2. LA ETAPA CENTRAL (ABRIL-MAYO DE 1937 A NOVIEMBRE DE 1938)

 

      En abril-mayo de 1937 comienza la etapa central de la guerra que acaba con la batalla del Ebroen una situación de práctica derrota de la República, en noviembre de 1938. En el origen de este segundo momento hay importantes acontecimientos políticos, de organización militar y diplomáticos, en ambos bandos.

       Se partía de un relativo equilibrio de fuerzas que se fue deshaciendo poco a poco en favor de los insurgentes.

 

 

a) La caída de la franja cantábrica (abril-octubre de 1937)

 

     El primer gran revés republicano es la conquista por Franco de toda la cornisa cantábrica: Vizcaya, Santander y Asturias, lo que se consuma entre abril y octubre de 1937. El 26 de abril sucede el célebre hecho de la destrucción de Guernica por la aviación rebelde.

     Para aliviar la presión rebelde en el Norte, la República lanza ofensivas en otros frentes: Brunete, en julio de 1937, y Belchite, en Aragón, en agosto, donde las milicias anarcosindicalistas de Durruti y Ascaso llegaron cerca de Zaragoza y sitiaron Huesca.

     Perdido el Norte para la República, la guerra se reanuda en diciembre de 1937.

 

b) La guerra en la primera mitad de 1938

     Durante 1938 los dos bandos se esforzaron en conseguir la iniciativa. El Estado Mayor del Ejército republicano tiene ahora a su frente a un gran técnico, el general Vicente Rojo, que diseñó las mejores operaciones militares de la República.

      La batalla de Teruel comienza el 15 de diciembre con iniciales éxitos republicanos, que toman la ciudad el 7 de enero de 1938.

      El 22 de febrero Franco reconquista Teruel y en abril alcanza el Mediterráneo, en Vinaroz. Por el norte del Ebro el avance alcanza Lérida, dejando el territorio republicano otra vez partido y a Cataluña aislada. Entonces, Franco orienta su ofensiva en la región levantina hacia el Sur, con la intención de llegar hasta Valencia. En línea desde el Maestrazgo hasta la costa, avanza en dirección Norte-Sur. Los combates, cada vez más duros, se suceden entre abril y julio de 1938.

      El gran esfuerzo frontal del Ejército franquista se agota en las defensas de la sierra de Espadán, con un tremendo desgaste de ambos bandos, antes de que la ofensiva desencadenada por el Ejército republicano en el Ebro, el 25 de julio, cambie el escenario central de la guerra.

 

c) La batalla del Ebro (26 de julio de 1938-15 de noviembre de 1938)

     

      La gran batalla de la guerra comienza con el paso del río por el ejército republicano avanzando tierra adentro aunque los resultados fueran mediocres.

      La gravedad de la situación hace que Franco acumule refuerzos en la zona y se lance a la contraofensiva desde el 10 de agosto.

      Las batallas más duras se producen en septiembre y los franquistas van reduciendo la bolsa sobre el río. La lenta recuperación de territorio continúa en octubre y la definitiva contraofensiva comienza el día 28, el mismo en que las Brigadas Internacionales se despedían de España en Barcelona. El día 15 de noviembre, las últimas fuerzas republicanas vuelven a pasar el Ebro.

 

 

3. LA ÚLTIMA ETAPA (15 DE NOVIEMBRE DE 1938-28 DE MARZO DE 1939)

 

    La última etapa de la guerra es breve, de escasa actividad bélica y culminaría con la descomposición política interna de la República, hasta concluir con el golpe de Estado del coronel Casado en Madrid, a primeros de marzo, rebelándose contra el Gobierno Negrín.

      El 23 de diciembre Franco inició su ofensiva final en Cataluña: Barcelona cayó el día 26 de enero sin lucha.

      Aunque aún hubo algún combate más al norte, la única posibilidad de resistencia de la República se encontraba ahora en la extensa zona Centro-Este-Sureste, que aún controlaba, que era lo que entendían debía hacerse Negrín y los comunistas.

      Febrero está marcado por la lucha entre los partidarios de continuar la guerra a toda costa (con la esperanza de contar con un conflicto generalizado en Europa que parecía inminente) y los que querían pactar con Franco una paz humanitaria al menos. Pero éste promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas, que no daba pie a la esperanza a ello.

      En la región Centro, por tanto, ya no se combatió. Casado, el 5 de marzo, creaba un Consejo de Defensa(frente al Gobierno), presidido por Miaja y compuesto de socialistas, anarquistas y algún republicano.

      El enfrentamiento con los comunistas era una de las causas. Pero estos hombres cometían la ingenuidad de pensar que Franco podía pactar con ellos. No sucedió así, y las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3. Evolución política en las dos zonas.

    Consecuencias de la Guerra Civil (1936-1939)

 

3.1. EVOLUCIÓN POLÍTICA EN EL BANDO REPUBLICANO

 

      la sublevación provocó la dimisión del gobierno de Casares Quiroga. El presidente Manuel Azaña encargó a Diego Martínez Barrio la formación de uno nuevo, del cual dimitió enseguida, formando un nuevo gobierno el profesor José Giral.

      Hasta el fin de la guerra, las instituciones republicanas siguieron funcionando. El día 5 de septiembre de 1936, el presidente Azaña encargó formar gobierno a Francisco Largo Caballero, líder de la izquierda del PSOE, quien formó un gabinete de coalición (nacionalistas vascos y catalanes, partidos republicanos, el PSOE y el PCE). Luego entraron en el gobierno anarquistas Federica Montseny, la primera mujer ministro en España.

      El nuevo gobierno busca recuperar el control de la situación y crear un poder centralizado que dirija de forma eficiente el esfuerzo de guerra. Era muy difícil pues el poder estaba en manos de miles de comités obreros y milicias enfrentados entre sí (anarquistas con socialistas y comunistas).  Los gobiernos autónomos eran otro factor de desunión. El nacionalismo vasco apoyó la República y en octubre se aprobó el Estatuto vasco. José A. Aguirre se convirtió en el primer lehendakari.

       En noviembre, el Gobierno abandonó Madrid, amenazado por las columnas del sur, y se trasladó a Valencia. Madrid quedó bajo la autoridad de una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja, con la colaboración del general Pozas, que obtuvo una gran victoria moral al hacer fracasar los intentos del ejército rebelde de tomar la capital.

       La política social del gobierno republicano continuó las reformas del Frente Popular: nacionalización de industrias de los partidarios de la sublevación; reforma agraria y la expropiación de fincas abandonadas; control estatal sobre los bancos e instituciones financieras.  

       En la zona republicana se enfrentaron básicamente dos modelos. Por un lado, la CNT-FAI y POUM que emprendieron la inmediata colectivización de tierras y fábricas. Su lema era "Revolución y guerra al mismo tiempo". Su zona de hegemonía fue Cataluña, Aragón y Valencia. Por otro lado, el PSOE y el PCE intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de decisiones en el gobierno, respetando la pequeña y mediana propiedad. Su lema era "Primero la guerra y después la revolución".

       Las disensiones internas fueron continuas y llegaron a su momento clave en Barcelona en mayo de 1937. La Generalitat, siguiendo instrucciones del gobierno central, trató de tomar el control de la Telefónica de Barcelona, en manos de la CNT desde el inicio de la guerra. El intento desencadenó una insurrección y los combates callejeros se extendieron por Barcelona.

       La crisis de mayo de 1937, provocó la dimisión del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno presidido por el socialista Negrín, tenía mayoría de ministros del PSOE, pero inclinado hacia el PCE. La ayuda soviética había hecho que los comunistas pasaran a ser una fuerza muy influyente. Los enfrentamientos entre stalinistas y trostkistas se reprodujeron en España. El POUM fue ilegalizado y su dirigente, Andreu Nin, "desapareció" estando en manos de agentes soviéticos.

       Aunque ya era tarde para cambiar el signo de la guerra, se impuso una mayor centralización económica y se terminó de formar el Ejército Popular, acabando con la indisciplina de las milicias.

       Desde marzo de 1938 (Franco llega al Mediterráneo y divide la zona republicana) hay dos posturas:

  • La postura oficial (Negrín, PCE y parte del PSOE) defendía la  "resistencia a ultranza”.
  • Algunos anarquistas (Mera) y socialistas (Besteiro), empiezan a hablar de la necesidad de negociar ante la segura derrota.

     

            El objetivo de Negrín era que el conflicto español quedara integrado en la inminente guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa manera, la República española encontraría aliados que le permitirían ganar la guerra. Los acontecimientos internacionales reforzaron la idea de que la guerra estaba perdida:

 

  • La política de apaciguamiento de Gran Bretaña frente a Hitler se concretó en el Pacto de Munich, en septiembre de 1938, con la cesión de Checoslovaquia;
  • La retirada de las Brigadas Internacionales;
  • La disminución de la ayuda soviética.

      Los acontecimientos internos confirman la derrota: la caída de Cataluña anuncia el fin de la guerra. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939. Antes se había producido un enorme éxodo de población (500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron hacinadas en campos de concentración).

      Defendiendo la negociación de la derrota con Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín y propuso la negociación. Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la guerra.

 

 

3.2. EVOLUCIÓN POLÍTICA EN EL BANDO FRANQUISTA

 

     La muerte del general Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 dejó a la insurrección sin un líder claro. Una reunión de los generales insurrectos en Burgos acuerda crear la Junta de Defensa Nacional, órgano provisional de gobierno de la zona nacional.

 

     Las medidas que adoptó fueron drásticas:

 

  • Se estableció el estado de guerra en todo el territorio;
  • Supresión de las libertades;
  • Disolución de los partidos políticos (excepto Falange y los requetés carlistas).

           

     La propaganda nacionalista justifica el golpe militar contra un gobierno democráticamente elegido. La insurrección militar ha sido un  Alzamiento Nacional  contra una República "marxista" y "antiespañola". La Iglesia Católica, perseguida en la zona republicana, aporta la teoría que lo justifica: la guerra es una Cruzada para liberar a España del ateísmo.

     Las medidas económicas frenan las reformas republicanas (devolución a sus propietarios de las tierras repartidas en la reforma agraria), y el Estado interviene en la economía siguiendo los principios de la ideología fascista. (En 1937, se creó el Servicio Nacional del Trigo, que pasó a controlar el abastecimiento de pan de la población).

     La necesidad de contar con una dirección única lleva a nombrar a Franco en octubre Jefe del Gobierno del Estado español. Sus éxitos militares, el estar al frente del poderoso Ejercito de África y el apoyo de Alemania con la que mantenía contactos directos explican el ascenso al poder de Franco. En adelante, el Caudillo, como le empieza a denominar la maquinaria propagandística del bando nacional, establece una dictadura personal basada en un régimen militar. Una Junta Técnica del Estado, formada por militares, se conforma como órgano consultivo del dictador.

     En abril de 1937,  se aprobó el Decreto de Unificación. Falangistas y carlistas quedaron unificados en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, conocida como el Movimiento Nacional.  El modelo de partido único del fascismo italiano y del nacional-socialismo alemán se imponía en la España franquista.

       La Ley de la Administración Central del Estado concentró en la figura de Franco los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La Ley de Prensa estableció la censura en todo tipo de publicaciones y el Fuero del Trabajo puso fin a la libertad sindical y estableció el control del estado nacional sobre las organizaciones patronales y obreras.

      El nuevo régimen estableció un estado confesional. Volvió la subvención estatal de la Iglesia, se abolió el divorcio y el matrimonio civil, gran parte de la educación volvió a manos del clero. Se establecía así lo que se vino a denominar el Nacional-catolicismo.

      Por último, se creó una legislación que institucionalizó la represión contra los vencidos. En febrero de 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba "rebeldes" a todos los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional.

 

 

 

 

 

 

3.3. Consecuencias del CONFLICTO

 

DEMOGRÁFICAS

      

    La guerra supuso una fractura demográfica importante. Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas demográficas: los muertos en el frente en la guerra y por la represión en la posguerra, el hambre, las epidemias, la reducción de la natalidad consiguiente... Los cálculos más aceptados estiman en quinientos mil muertos, el coste demográfico de la guerra y la posguerra.  A ello habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven.

     El exilio republicano fue otro elemento. Durante los combates, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar tras la conquista de Cataluña.

     En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975.

     En la posguerra se produjo un estancamiento e incluso un retroceso de la población urbana a causa del desmantelamiento de la economía industrial y de servicios y a la necesidad de buscar la subsistencia cerca de la tierra.

 

POLÍTICAS Y CULTURALES

      

    Fueron muy importantes. La dictadura que siguió a la guerra duraría casi cuarenta años, con la pérdida de libertades políticas y la persecución de la disidencia. La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, envió a cárceles y campos de concentración a los combatientes del bando republicano que no se exiliaron (aún en 1945 permanecían encarcelados unos cien mil españoles). Sus condenas incluían trabajos forzados (construcción de vías férreas y carreteras, reconstrucción de obras públicas, edificación del Valle de los Caídos, etc.). El régimen era un Estado policial.

     El aislamiento cultural y científico de España fue otra consecuencia. La mayor parte de las fuerzas de la cultura, que apoyaron a la República, fueron aniquiladas o marcharon al exilio. Fue una granm pérdida porque era una población joven y preparada: las élites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.

      En la política exterior, la dictadura franquista llevó a España a una situación de compromiso con los regímenes fascistas que hasta 1942. Después, a una fase aislamiento internacional (condena de la ONU en 1946 al régimen y la retirada de embajadores). El aislamiento duró hasta los acuerdos con los EEUU de 1953 y la entrada en la ONU en 1955.

 

ECONÓMICAS

 

     La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950.

 

1. Los años cuarenta fueron los años del hambre.

2. La cabaña ganadera y producción agrícola disminuyeron.

3. La destrucción del tejido industrial llevó en los años cuarenta a una economía agraria.

4. La destrucción de viviendas, comunicaciones, infraestructuras...

5. Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.

6. La inflación se disparó multiplicándose por diez en los años cuarenta.

7. España quedó al margen de las ayudas de EEUU (Plan Marshall, 1947) por el aislamiento internacional que provocó la dictadura.

 

 

 

 

 

Consecuencias sociales

 

     El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.

 

 

Consecuencias morales

 

    La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.

    El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios y la persecución y represión de los vencidos por un rasgo clave del franquismo. 

 

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La guerra civil española resumen

La Guerra civil española (1936 - 1939)

 

En 1936 España era sobre todo un país agrario.. El 45% de la població vivía en el campo como agricultores. La sociedad española aún no había exprimentado la Revolución industrial. Las condiciones de vida eran pésimas y en muchas regiones los campesinos vivían en la pobreza.

 

La Segunda Republica (1931 – 1936)

En 1923 el general Primo de Ribera instauró una dictadura cuyo fracaso provocó la caída de la Monarquía. La Segunda Republica fue proclamada en 1931. El gobierno de izquierda realizó las reformas esperadas : reforma agraria contra los grandes propietarios de la tierra, reducción del ejército, separación Estado/Iglesia, ley del divorcio, derecho de voto para las mujeres. Pero subsistieron difíciles problemas económicos.

En las elecciones de 1934 la derecha volvió al poder y suspendió las reformas. Pero en 1936 el Frente popular (coalición de los partidos de la izquierda) ganó las elecciones.

 

La Guerra Civil (1936 – 1939)

El 17 de julio de 1936 se produjo un alzamiento militar en Marruecos al mando de unos generales entre los cuales estaba Francisco Franco. Su objetivo : destruir la Republica. Es el inicio de la Guerra Civil. Desde esta fecha, dos bandos van a enfrentarse : los republicanos y los nacionales.

Varios partidos formaban los republicanos : los socialistas, los comunistas, los marxistas y los anarquistas. Todos apoyaron al gobierno legal.

Varias fuerzas políticas formaban los nacionales : el ejercito, los fascistas (la falange), los monárquicos, la Iglesia y la oligarquía financiera y terrateniente.

Durante la Guerra, algunas regiones eran republicanas y otras nacionalistas. En las zonas republicanas, los anarquistas desarrollaron la revolución social, es decir la voluntad de crear una sociedad basada sobre la autogestisión  y sin clases.

En 1939, la toma de Madrid por Franco y los nacionales (franquistas) marcó el final de la guerra que causa 500 000 muertos.

 

Los apoyos de los dos bandos

Las dictaduras europeas, la Italia de Mussolini, la Alemania de Hitler y Portugal, apoyaron los nacionales. Mandaron hombres, aviones,  y material. En cambio Francia e Inglaterra no intervinieron. Pero la Union Soviética apoyaron a la Republica. Además miles de voluntarios del mundo formaron las Brigadas Internacionales para luchar en el bando republicano contra el fascismo.

 

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La guerra civil española resumen

Introducción

            La Guerra Civil es la forma que adquiere en España la crisis que sacude a Europa y al mundo entre las dos guerras mundiales. En esta época: democracia, comunismo y fascismo son las fórmulas políticas que tratan de responder a la crisis del capitalismo (crisis del 29) y a la demanda de los grupos sociales.

            En España, las reformas iniciadas por la 2ª República no lograron frenar la radicalización de grupos que, a izquierda y derecha, propugnan por una Revolución Obrera o un Estado Fuerte y Autoritario. La Guerra  Civil española aparece en el plano internacional como una confrontación entre Democracia y Fascismo, antecedente de lo que se producirá después durante la II Guerra Mundial.

 

1.- Causas de la Guerra Civil

            Una serie de circunstancias históricas que responden a unos problemas no resueltos en la sociedad española pueden estar en el origen de la Guerra Civil:

  • Una economía atrasada, incapaz de satisfacer las necesidades del pueblo.
  • Un pequeño conjunto de personas con poder político y económico (la oligarquía terrateniente), preocupada por sus beneficios e incapaz de poner en marcha los cambios más elementales.
  • Una estructura social con abismales diferencias entre pobres y ricos: los ricos, formados por esa oligarquía poderosa, dueños de las tierras, de la incipiente industria, del comercio y la banca; y los pobres, formada por unas clases bajas en continuo crecimiento. La clase media, que juega un papel equilibrador, en ese momento era insuficiente.
  • La sociedad se polarizó en dos bandos: las derechas en la que prevalecía una concepción del mundo conservador, que identificaba el sistema político-social con sus creencias religiosas; y las izquierdas, dedicadas a romper las estructuras existentes.
  • La proclamación de la República conllevó la irrupción de las masas en la política a través del sufragio universal. Las obstrucciones mostradas al principio de la República por algunos sectores conservadores a la participación política de las masas populares, fueron respondidas por parte de algunos de éstos con quemas de conventos en mayo de 1.931.
  • Durante los dos primeros años, la República de izquierdas emprendió un proyecto modernizador en lo político, militar, educación y en la agricultura. En los dos años de República de derechas se intentó paralizar y desmontar estas reformas. En las elecciones de febrero de 1.936, con el triunfo del Frente Popular las reformas se reanudaron, a la vez que se iniciaron las conspiraciones de una parte del ejército con el apoyo de la derecha. La intransigencia y los actos violentos presidieron la relación entre ambos grupos, que ignoraron el respeto y la tolerancia como norma de entendimiento, y comenzó la Guerra Civil.

 

2.- La sublevación militar del 18 de julio de 1.936

            Como se ha comentado, el golpe de Estado militar se venía gestando desde marzo de 1.936, esto obligó al gobierno del Frente Popular a cambiar de destino a los generales antigubernamentales: a Franco se le destinó a Canarias, a Goded a Baleares y a Mola a Pamplona.

            Tras el fracaso del alzamiento del 17 de abril de 1.936, el encargado de coordinar el levantamiento y de buscar el apoyo de los monárquicos, falangistas y tradicionalistas (CEDA) fue el general Mola.

            El inicio del alzamiento militar tuvo lugar en Melilla y Ceuta el 17 de julio. El general Mola había concebido un golpe simultáneo en todas las comandancias militares, contando con la ayuda de la oficialidad del ejército. El 18 de julio, y antes de que el gobierno de la República reaccionase, se produjeron los levantamientos en casi todas las comandancias militares, triunfando en : Canarias, donde una vez asegurada la plaza, el general Franco se desplazó en el avión  “Dragón Rapide”  a Marruecos para ponerse al mando de las tropas africanas; Baleares, con la excepción de Menoría; y si exceptuamos Badajoz, toda la parte Occidental de España, es decir: desde la Andalucía Occidental, pasando por toda Castilla- León y Galicia. A esta región se uniría el núcleo formado por Aragón Occidental y Navarra.

            La rebelión fracasó en Madrid, en la cornisa cantábrica, es decir: Asturias, Cantabria y País Vasco; también fracasó en la zona centro: Castilla-La Mancha; y en el Este de España: Cataluña, Aragón Oriental, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía Oriental.

 

            El país quedó dividido en dos zonas enemigas: la Republicana en la que se concentraba toda la industria, los núcleos más importantes de la población, las reservas de oro del Banco de España, e importantes zonas agrícolas. Contaba con la casi totalidad de la Marina, tres cuartas partes de la aviación, la Guardia Civil, fuerzas de Asalto y Carabineros. En total unos 80.000 hombres disponibles.

            La España sublevada que se llamó a sí misma “Nacional”, disponía de la mayor parte de la producción agrícola y ganadera (2/3 del trigo y el 90 % del azúcar), era también la zona menos poblada. Contó con una fuerza aglutinante que fue el ejército de tierra, destacando el ejército de África que era el mejor entrenado y dotado para la lucha, destacaban la Legión o Tercio y los Regulares, estos últimos compuestos primordialmente por marroquíes. Los insurgentes contaron con unos 120.000 soldados.

            La España Republicana tuvo que hacer frente a dos conflictos al mismo tiempo: a la contienda bélica y a una revolución social interna desencadenada de forma violenta a raíz del pronunciamiento. Para solventar estos problemas la España Republicana disolvió el ejército de tierra y lo sustituyó por unas milicias con un gran ardor combativo, pero inexpertos y desorganizados. Los socialistas y los comunistas determinaron la prioridad de la contienda: “Primero ganar la guerra, luego hacer la revolución”, y ordenaron militarizar las milicias. A lo largo de la contienda el numero de hombres incorporados a filas creció significativamente, llegando a contar cada ejército con más de un millón de hombres.

 

3.- La dimensión internacional del conflicto

            Desde el principio de la guerra civil numerosos corresponsales extranjeros vinieron a España para informar del conflicto, desde los medios democráticos e izquierdistas se definió el conflicto como un enfrentamiento entre el pueblo y una casta militar defensora de la oligarquía.

            En cuanto a la ayuda material, en agosto de 1.936, a instancia de Francia y Gran Bretaña, se firmó un acuerdo de no intervención en la guerra que fue inoperante frente al tráfico de armas y combatientes:

            La República financió la ayuda exterior con las reservas de oro del Banco de España, enviadas en su mayor parte a la Unión Soviética a partir del otoño de 1.936. En total se gastó en el extranjero algo más de 900 millones de dólares durante toda la guerra. En las filas republicanas combatieron las Brigadas Internacionales, eran voluntarios extranjeros reclutados por la Internacional Comunista, estos voluntarios estuvieron formados por: franceses, italianos, alemanes, americanos, yugoslavos, ingleses (unos 62.000 hombres) y   soviéticos (5.600 soldados). El ejército republicano llegó a movilizar en toda la guerra a más de un millón de españoles. Estas Brigadas Internacionales intervinieron en batallas importantes, como: Madrid, Guadalajara y Brumete.

            “Los Nacionales” pagaron su ayuda a crédito, ascendiendo ésta a lo largo de toda la guerra a unos 635 millones de dólares: las deudas alemanas se amortizó mediante exportaciones de minerales, productos agrícolas y otras mercancías enviadas a Alemania hasta el año 1.945; y a los italianos se les solventaron mediante pagos sucesivos hasta 1.967. Mussolini envió unas tropas denominadas “Corpo di Truppe Volontaire” unos 80.000 hombres en total. Hitler envió la “Legión Cóndor”, formada por aviadores, carristas y personal técnico especializado (unos 5.200 presentes de continuo, aunque a lo largo de la guerra llegó a movilizar a unos 20.000). A las fuerzas marroquíes no se les puede llamar estrictamente extranjeras, dado que Marruecos era un protectorado español, en total estuvieron formadas por unos 110.000 soldados. También hubo voluntarios portugueses, llamados “Viriatos”. El ejército sublevado llegó a movilizar en toda la guerra a 1.260.000 soldados.

 

Tema 14.2.- DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL (1.936-1.939)

 

Guión:

1.- La guerra de columnas: la batalla de Madrid (julio de 1.936 a marzo de 1.937)

            a) La guerra de columnas (julio-noviembre de 1.936)

            b) Objetivo Madrid (noviembre del 36- marzo del37)

2.- El avance de las fuerzas sublevadas de 1.937

            a) Frentes secundarios (finales del 36- principios del 37)

            b) La campaña del Norte y las maniobras de distracción (marzo-octubre del 37)

3.- El fracaso de la resistencia republicana. 1.938

            a) actividades navales

            b) El Frente de Aragón y el Frente Centro-Sur.

4.- El final de la Guerra: la victoria de Franco (enero-marzo de 1.939)

 

 

1.-La Guerra de Columnas: la Batalla de Madrid (julio del 36 a marzo del 37)

            a) La Guerra de Columnas (julio-noviembre de 1.936)

                        Iniciada la guerra, en la zona republicana dominaba el desorden, por todas partes había comités de grupos, o de partidos o de sindicatos… Todos usurpaban las funciones del Estado al que dejaban inerme. Las columnas republicanas que salieron de Madrid ocuparon Alcalá de Henares y Guadalajara. Desde Cataluña, las columnas milicianas republicanas avanzaron hacia Aragón, pero no consiguieron ocupar las tres capitales de provincias; la expedición para ocupar Mallorca, fracasó por el apoyo que recibieron los “Nacionales” de la marina italiana.

            En la zona “nacional”, las columnas avanzaron por el Norte y el Sur: en el Norte, el general Mola tomó Irán y San Sebastián y, envió sus columnas hacía Madrid, fue detenido por los republicanos en la Cordillera Central. En el Sur, Franco, gracias al apoyo de la aviación italiana y, en menor medida, de Alemania, pasó entre los meses de agosto y septiembre de 1.936 con la mayor parte del ejército de África a Huelva, sin que la escuadra republicana pudiese bloquearle el paso hacia la Península. Las tropas africanas de Franco se unieron a las sublevadas de Andalucía Occidental y establecieron contacto con Granada. El bando “nacional” creó una Junta Militar que se encargó de la acción política de gobierno en su zona hasta el 1-X-1.936; a partir de esa fecha se estableció el mando único en la persona del general Franco.

 

            b) Objetivo Madrid (noviembre 1.936 a marzo de 1.937)

                        El Objetivo de los “nacionales” era Madrid. Las columnas del ejército de África partieron de Sevilla, a mediados de agosto alcanzan Badajoz, logran la unión con el ejército sublevado del Norte, pasan el frente del Tajo y ocupan a principios de septiembre Talavera de la Reina; Franco toma Toledo, y tras esta ocupación los sublevados alcanzan los arrabales de Madrid a principios de noviembre. Las tropas republicanas, ahora más organizadas, cuentan con material bélico procedente de la URSS, resisten, el gobierno de Largo Caballero a principios del 37 se desplaza a Valencia. Los “nacionales”, que cuentan con el apoyo aéreo alemán de la Legión Cóndor que bombardean la ciudad, son detenidos en la Ciudad Universitaria. Ante el fracaso del ataque directo, Franco intenta los movimientos envolventes entre enero y marzo de 1.937, produciéndose las batallas de la Carretera de la Coruña; del río Jarama, donde los republicanos con la ayuda de las Brigadas Mixtas derrotan al Cuerpo de Tropas Voluntarias de la Italia fascista; y Guadalajara, donde la victoria republicana, puso de manifiesto la dificultad de tomar Madrid. Por lo que Franco, de momento, abandonó este proyecto y se dirigió hacia el Norte.

 

2.- El avance de las fuerzas sublevadas de 1.937

            a) Frentes secundarios (finales 1.936-principios 1.937)

                        A finales de 1.936 y principios de 1.937, mientras se desarrollaba la campaña de Madrid, las tropas franquistas auxiliadas por contingentes italianos tomaron Málaga.

 

            b) La campaña del Norte y las maniobras de distracción (marzo 37- octubre 37)

                        Para muchos historiadores fue la campaña decisiva de la guerra. Tras el fracaso de la campaña de Madrid, el 30 de marzo de 1.937 las tropas del general Mola, que moría dos meses después en un accidente de avión, iniciaron la ocupación de Vizcaya; pero la verdadera batalla del Norte comenzó con el asedio de Bilbao, donde los vascos habían creado una importante línea defensiva. La resistencia se prolongó por más de dos meses y terminó el 19 de junio de 1.937 tras el terrible bombardeo de Guernica y la caída de Durango y Bermeo.

            Para distraer a las tropas “nacionales” del Norte, los republicanos organizaron una ofensiva en la Sierra de Guarrama y en Brunete (Madrid); después de un éxito inicial de los republicanos que logró retrasar la caída de Santander hasta mediados de agosto, los “nacionales” derrotaron a los republicanos en  Brunete en julio del 37. tras la caída de Santander, los “nacionales” atacaron a Asturias, el avance fue lento, debido a la resistencia encontrada y a lo abrupto del terreno; los republicanos entonces, para distraer este avance movilizó su ejército en Zaragoza y derrotó a los “nacionales” en la batalla de Belchite (Zaragoza, agosto del 37), lo que puso de relieve la potencia del nuevo ejército republicano que había militarizado a las milicias bajo el mando único del General Rojo. A pesar de esta victoria republicana, el 21 de octubre del 37, las tropas “nacionales” entraron en Gijón, y todo el Norte quedó incorporado a los “nacionales.

 

3.-El fracaso de la resistencia republicana. 1.938

 

            a).- Las actividades navales.

                        A principios de marzo del 38 la flota republicana hundió al crucero “nacional” Baleares en el Mediterráneo, e incorporó a las fuerzas gubernamentales el crucero Cervantes. De todas formas las actividades navales en la guerra no tuvieron demasiada importancia, ya que los sublevados apenas disponían de navíos, y la escuadra alemana, y sobre todo, la italiana, dificultaron los movimientos de la escuadra republicana.

 

            b) El Frente de Aragón y el Frente Centro-Sur.

                        En 1.938 mientras Franco estructuraba legislativamente el nuevo Estado y su ejército avanzaba de Teruel al Mediterráneo, el gobierno de Negrín propugnaba la resistencia militar con el fin de conseguir una paz negociada.

            El Frente de Aragón desde el origen de la guerra había permanecido estable. A partir de la batalla de Belchite (agosto del 37) Aragón va a ser el principal campo de operaciones. Una vez  tomado el Norte, al general Franco se le plantearon dos alternativas: o intentar conquistar Madrid, o lanzarse hacia el Mediterráneo desde el Frente del Ebro, optó por la 2ª. En enero del 38, los republicanos tomaron Teruel, pocos días después Teruel fue reconquistado por los “nacionales”. Desde Teruel las tropas sublevadas se lanzaron en un ataque rápido hacia Lérida que cayó en abril del 38. Franco dirigió las tropas hacia el Mediterráneo aislando a Cataluña, quizá porque temía provocar una intervención francesa a favor de la República. Sus tropas tomaron la provincia de  Castellón, pero no la capital; en junio del 38, Valencia resiste al frente del general republicano Miaja, mientras el general republicano Rojo prepara una operación de ayuda a Valencia.

            Para evitar el avance de los “nacionales” hacia Cataluña, los republicanos iniciaron la más importante de sus ofensivas: el Frente del río Ebro y el Frente Centro-Sur.

            El Frente del Ebro.- El 25 de julio de 1.938, los republicanos consiguieron atravesar el río Ebro y tomar un extenso territorio al sur del río. El contraataque de los “nacionales” obligó a los republicanos a volver a cruzar el río. Durante dos meses se disputó palmo a palmo el terreno, lo que convirtió a la batalla del Ebro en la más sangrienta y dura de toda la guerra. Se calcula que en este frente entre muertos y desaparecidos hubo cerca de 100.000 españoles.

            El Frente Centro-Sur Las fuerzas “nacionales” llevaron a cabo una ofensiva en Extremadura, logrando ocupar algunos territorios de la provincia de Badajoz, aunque pronto el frente se estabilizó.

 

4.- El final de la guerra: la victoria de Franco (enero-marzo de 1.939)

            Tras la derrota de los republicanos en el Frente del Ebro, la situación de la República era comprometida, el Jefe del Estado Mayor de la República, el general Rojo, elaboró un plan de defensa de Cataluña, abriendo varios varias maniobras de distracción en: Motril, Córdoba-Peñarroya y Sur-Oeste de Madrid. Estas maniobras llevadas a cabo entre diciembre del 38 y enero del 39 fracasaron. Desde finales del 38 el ejército de Franco atacó Cataluña: el 15 de enero cae Tarragona, y el 26 de enero las tropas “nacionales” entraron en Barcelona sin disparar un tiro. Mientras los dirigentes republicanos y miles de personas comenzaron a exiliarse a Francia por temor a las represalias. La República había sido abandonada a su suerte: por acuerdo de Munich de septiembre del 38 se había retirado toda ayuda exterior a la Guerra Española, el mismo Stalin (URSS) viendo fracasada su política de Frentes Populares, abandonó a la República.

            Juan Negrín, Presidente del Gobierno de la República desde 1.937 y los comunistas, habían llevado el gobierno de la República a Valencia. Un Golpe de Estado  en Madrid dio el gobierno a un Comité de Defensa presidido por el Coronel Casado, quien inició conversaciones con Franco para firmar la paz. Franco exigió la entrega de la flota y de la aviación, y como Casado no pudo hacerlo, Franco exigió la rendición de Madrid sin condiciones. Madrid fue ocupada por Franco el 28 de marzo de 1.939, y tras su caída se rindieron en los días siguientes las últimas plazas republicanas: Jaén, Ciudad Real, Albacete, Valencia y, por último, Alicante. El 1 de abril de 1.939 todo el territorio estaba en poder de los “nacionales”.

 

 

Tema 14.3.- EVOLUCIÓN POLÍTICA EN LAS DOS ZONAS. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL (1.936-39)

 

Guión:

1.-El gobierno en la España republicana durante la guerra

            a) Año 1.936

            b) Año 1.937

            c) Año 1.938

            d) Año 1.939. El derrumbamiento de la República.

2.- El gobierno de la España “Nacional” durante la guerra

            a) Año 1.936

            b) Año 1.937

            c) Año 1.938

3.- Consecuencias de la Guerra Civil

            a) Consecuencias humanas de la guerra

            b) Consecuencias políticas.

 

 

1.- El gobierno en la España Republicana durante la guerra.

            a) Año 1.936

                        El Jefe de Gobierno, Santiago Casares, dimitió el 18 de julio. El Presidente de la República, Manuel Azaña, nombré Jefe de Gobierno a Martínez Barrio, con el objeto de negociar la paralización de la sublevación con los generales rebeldes. Pero los militares no aceptan, y Martínez Barrio dimite. El 19 de julio se forma un nuevo Gobierno, presidido por José Giral, que ordena la distribución de armas a las organizaciones del Frente Popular y organizaciones obreras, como UGT, CNT Y FAI que crearon comités que, de hecho, ejercieron el poder; también llevaron a cabo funciones represivas, desencadenando una oleada de “Terror Rojo”, consistente en quemas de Iglesias, asesinatos de sacerdotes, monjas, civiles católicos, y en general, personas que pudiesen identificarse con los sublevados.

            En Cataluña, el poder real quedó en manos de la CNT, aunque desde septiembre del 36 se formó un nuevo gobierno de la “Generalitat”, que trataba de afianzar su autoridad. También la CNT dominaba el Consejo de Aragón.

            El gobierno de Giral, desbordado por la revolución popular, a principios de septiembre, da paso al gobierno de Francisco Largo Caballero, en el que participaron fuerzas del Frente Popular, anarcosindicalistas, catalanistas y vascos. La política seguida por Largo Caballero fue la de intervenir directamente en industrias claves, como ferrocarriles y electricidad, legalizó las ocupaciones y colectivizaciones de tierras y de empresas industriales abandonadas por sus dueños, refrendó diversos comités, como el Consejo de Aragón, el de Asturias y León. Constituyó Consejos Municipales que sustituyeron a los ayuntamientos. También aprobó en las Cortes el Estatuto Vasco.

            A iniciativa del gobierno nació el ejército regular popular, reclutados por las organizaciones políticas y sindicales. Este ejército alcanzó mayor eficacia en el terreno defensivo que en el ofensivo.

 

            b) Año 1.937

                        En 1.937 cristalizaron las discrepancias políticas. El antagonismo de los anarcosindicalistas, que deseaban implantar de inmediato sus medidas revolucionarias, chocó con los comunistas, partidarios de frenar las colectivizaciones libertarias.

            Las desavenencias adquieren carácter armado en Barcelona en mayo de 1.937. El gobierno de la “Generalitat” apoyado por comunistas y socialistas, intentó recuperar el edificio de telefónica, controlado por la CNT, que estaban ayudados por el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). El Gobierno Central apoyó a la “Generalitat”. Al cabo de varios días de tiroteo en las calles de Barcelona, la CNT cesó en el fuego. Estos sucesos de mayo de 1.937 provocaron la caída de Largo Caballero, formándose un nuevo gobierno presidido por el socialista Juan Negrín, en el que no participaron los anarcosindicalistas. El objetivo de Negrín era ganar la guerra, para ello contaron con la ayuda del PCE (Partido Comunista de España). Algunas medidas tomadas por el Gobierno de Negrín, fueron las siguientes:

  • Sustituir los tribunales populares por otros formados sólo por magistrados.
  • Crear un Servicio de Investigación Militar, que era una especie de policía encargada de descubrir toda disidencia antigubernamental.
  • Disolución del POUM
  • Supresión del Consejo de Aragón controlado por la CNT
  • Nombramiento de Vicente Rojo como Jefe del Estado Mayor del Ejército.

Económicamente, el año 1.937 no fue favorable para la República, se perdió el Norte, y con ello descendió la producción industrial, aumentaron los precios, bajaron los salarios, escasearon las subsistencias y surgió el mercado negro.

 

c) Año 1.938

                        En la primavera de 1.938 se derrumbó el Frente republicano de Aragón, el Ministro de Defensa, Indalecio Prieto, sale del gobierno. Negrín, que ha conseguido que se abriese en marzo del 38 la frontera francesa para que entrara el armamento soviético, estructuró el gobierno, dándole entrada de nuevo a los anarcosindicalistas. El 1 de mayo de 1.938 proclamó los 13 Puntos, donde fija los fines de la guerra. Desde el verano de ese año crecen las críticas hacia la política de Negrín. Los problemas económicos, tales como la inflación, escasez de alimentos y combustible, racionamiento, mercado negro, son más graves que en 1.937. Francia cierra sus fronteras en junio de 1.938.

En el otoño, la situación internacional busca una paz pactada con Franco. Italia y Alemania siguen auxiliando militarmente a Franco; mientras que Francia e Inglaterra cumplen con su política de no intervención.

d) Año 1.939. El derrumbamiento de la República.

                        Tras la caída de Barcelona, Negrín, propone una resistencia armada con el fin de conseguir la paz bajo tres condiciones: 1º.-Integridad de España; 2ª.- Plebiscito para elegir el régimen político; 3ª.- Garantías de no llevar a cabo represalias. A los pocos días Cataluña se desmorona y las autoridades republicanas, incluido el Presidente de la República, D. Manuel Azaña, pasan la frontera. Perdida Cataluña, Negrín y varios de sus Ministros se trasladan a la zona centro, todavía en poder de los republicanos. Ha surgido un movimiento de oposición a Negrín por parte de militares, socialistas, anarcosindicalistas y republicanos. El resultado es que en la noche del 5 al 6 de marzo de 1.939, el coronel Casado, secundado por socialistas, anarcosindicalistas y republicanos, da un Golpe de Estado contra el gobierno de Negrín, formándose el Consejo Nacional de Defensa. Las negociaciones emprendidas por este Consejo con Franco de cara a una rendición sin represalias no dan resultado. Final mente el Consejo acepta la rendición sin condiciones.

 

2.- El gobierno de la España “Nacional” durante la guerra

            a) Año 1.936

                        En la zona sublevada comenzó un “Terror Blanco”,  llevado a cabo por Falange Española, fundamentalmente, que consistió en fusilamientos y represalias sobre las personas opuestas a la sublevación. El 24 de julio, en Burgos, se creó la Junta de Defensa Nacional, que asumió todos los poderes del Estado. Esta Junta decretó: el Estado de Guerra; destituyó a las autoridades republicanas y encargó a los militares el control y la represión sobre las personas de signo republicano; suprimió las organizaciones del Frente Popular, y prohibió las actividades políticas de todos los partidos; anuló las medidas de reforma agraria de la República e intervino en el mercado del trigo.

            En octubre de 1.936, se formó un nuevo gobierno con sede en Salamanca que concentró el poder político y militar en la persona de Franco. Franco fue nombrado: Jefe de Estado, Jefe del Gobierno, y Generalísimo de los tres ejércitos. Se creó una Junta Técnica del Estado, dirigida por un general que se encargaba de los asuntos administrativos.

 

           

c) Año 1.937

            Para robustecer el poder del gobierno y evitar las tensiones entre monárquicos, carlistas, falangistas y cedistas, que combatían todos en el bando de Franco  con planteamientos sociales y políticos diferentes, Franco decretó la unificación de todos ellos en un solo partido que se llamó Falange Española Tradicionalista y de la JONS, también conocido como “El Movimiento”, recayendo en la persona de Franco la jefatura del partido; esto creó tensiones con la dirección de Falange, por lo que algunos de sus líderes fueron encarcelados.

            En el plano económico, los “nacionales” pusieron las bases para una economía autárquica con la creación del Servicio Nacional del Trigo.

            En el verano de 1.937, una pastoral colectiva firmada por casi la totalidad de los obispos españoles se puso del lado de los “Nacionales”.

            Una vez conquistado Vascongadas, los vencedores suprimieron la autonomía vasca y los conciertos económicos que el Estado republicano mantenía con Guipúzcoa y Vizcaya.

            Desde la perspectiva internacional, el año 1.937, resultó favorable a la España Franquista. Especial importancia tuvo el envío de representantes del Gobierno de Franco al Vaticano y a Gran Bretaña.

 

            c) Año 1.938

                        A principios de 1.938, Franco, prosigue el proceso de constitución del nuevo estado promulgando la Ley de Administración Central del Estado, donde establece un régimen autoritario de carácter personal. Franco nombra su primer gobierno en el que nombra a Ramón Serrano Suñer Ministro de Interior. Este gobierno publicó leyes para regular la vida en la zona nacional, como el  Fuero del Trabajo de hondo calado fascista. Se derogó la legislación laica de la República; se publicó una ley de prensa que imponía una fuerte censura; se creó el Instituto Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra, encargado de devolver las tierras expropiadas por la República a sus antiguos propietarios y promover las colonizaciones.

            En el transcurso de la guerra se produjeron represalias por este asunto y otros; famosas fueron las de Badajoz, Málaga, Teruel y los fusilamientos de Vascongadas.

 

 

3.- Consecuencias de la Guerra Civil

            a) Consecuencias humanas de la guerra.

                        La evaluación de destrucción en vidas humanas y riqueza, no siempre coincide en los historiadores (desde un millón de muertes, a los 500.000 que se da como más aceptable); unos 250.000 represaliados y una gran número de exiliados, entre 150.000 y 300.000.

            En la posguerra una importante mayoría de españoles pasó hambre hasta 1.950. El país no empezó a estar abastecido de los productos de uso normal hasta bien entrada la década de los cincuenta.

            El frenazo al crecimiento de la población trajo consigo una disminución de la “renta per cápita”, al mismo tiempo que aumentó la proporción de la población activa que trabajó en la agricultura.

 

            b) Consecuencias políticas.

                        Llevada a cabo mediante una represión ejercida sobre los vencidos a través de una serie de leyes: Ley de responsabilidad política (9-II-39) llegó incluso a penalizar los actos cometidos anteriormente al 18 de julio de 1.936, se procedió al desmantelamiento sistemático de la II República, tanto desde el punto de vista político, como económico y personal, utilizando métodos represivos, como muertes de guerra, ejecuciones masivas de posguerra que se prolongaron hasta 1.945, y  encarcelamientos masivos de los vencidos de guerra (se calcula que en el año 1.940 hubo casi 250.000 españoles en la cárcel, es decir, un ocho por ciento de la población activa del país). La ley de Responsabilidad Política también tuvo sus efectos sobre el exilio, se puede fijar entre 150.000 y 300.000 los españoles que se vieron obligados a exiliarse de España, en un principio se dirigió hacia México y Londres, luego marcharon hacia Francia. Este éxodo afectó a todos los campos: intelectuales, profesionales técnicos, obreros especializados, políticos (el gobierno de la República permaneció en el exilio desde el 1 de abril de 1.939 hasta el 21 de junio de 1.977). Juan Negrín, Jefe de Gobierno de la República, estuvo exiliado en Londres, Indalecio Prieto en México.

            Otras leyes con las que se llevó el control de la vida política fueron: Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, de 1.940, Ley sobre la Seguridad del Estado, también de 1.940. Asimismo, se restringieron las libertades clásicas del sistema liberal, la de prensa, la de reunión, la de asociación …

            También se procedió a una depuración de la clase intelectual; importantes personalidades destacadas del mundo de la cultura tuvieron que exiliarse, y entre los que se quedaron, se desencadenó una fuerte represión.

Ver mapa del alzamiento y las dos Españas en hoja a continuación.

 

I.E.S. “ Fray Andrés” – José Ángel Asensio

 

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La guerra civil española resumen

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936 – 1939)

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

1.- La sublevación militar.
2.- El desarrollo de la guerra.
3.- Evolución de las dos zonas durante la guerra.
4.- La dimensión internacional del conflicto.
5.- Las consecuencias de la guerra civil


1. La sublevación militar

Los planes para derribar la República se inician cuando se conocen los resultados de febrero de 1936. Tras la anulación del ascenso de los militares por méritos de guerra y puesto que éstos veían peligrar su carrera, Azaña envía a los militares sospechosos a Canarias (Franco), Baleares (Goded) y de Marruecos a Navarra (Mola).Así el 9 de marzo se reúnen en Madrid los mandos militares de la UME (ideología derechista).Para contrarrestar su influencia, se había creado la UMRA.

 

El 17 de julio de 1936, la insurrección militar se inició en Melilla. Desde allí se extendió rápidamente al conjunto del protectorado de Marruecos. El 18 y 19 de julio, el golpe se extendió a la Península y los archipiélagos, mientras el gobierno de Casares Quiroga reaccionaba con lentitud ante los acontecimientos. El golpe triunfó en Galicia, Castilla-León, Navarra, con el general Mola en Pamplona, Andalucia Occidental, con Queipo de Llano en Sevilla, Baleares, excepto Menorca, con el general Goded que después se desplazó a Barcelona para ponerse al frente de la insurrección, y Canarias, desde donde Franco, tras asegurar el triunfo del golpe en el archipiélago, se desplazó a Marruecos el día 19 para ponerse al frente del ejército de África. También triunfó en enclaves aislados como Oviedo, con el general Aranda, Granada, donde tuvo lugar asesinato de García Lorca, y Zaragoza con el general Cabanellas.

El golpe fracasó en Asturias, Cantabria y parte del País Vasco, donde el PNV colaboró finalmente con la República, Cataluña, Levante, Madrid, Castilla la Mancha, Murcia y la zona oriental de Andalucía. Los fracasos más graves tuvieron lugar en Madrid, donde el nuevo presidente Giral entregó armas a las milicias obreras, y en Barcelona, donde una inusual colaboración de los obreros de la CNT con la Guardia Civil y la Guardia de Asalto abortó la insurrección. En general, exceptuando en Navarra y Castilla-León, la sublevación no tuvo apenas respaldo popular y se basó en las fuerzas militares insurrectas.

Factores como las dudas o la resolución de los sublevados y las autoridades encargadas de reprimir el golpe, la capacidad de movilización obrera y el papel de la Guardia Civil fueron claves para entender el resultado final del golpe en cada zona del país.

La división del país en dos zonas: el inicio de la guerra civil: El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas y al inicio de la guerra. La zona nacional contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia y las minas de carbón leonés y de Riotinto en Huelva. Ante todo, tenía un ejército mucho más preparado que contaba con divisiones íntegras en Castilla, Galicia y Andalucía y, sobre todo, con el Ejército de África, la Legión y los Regulares,
En la zona republicana quedaron comprendidas las regiones industriales, y contaba con el trigo en La Mancha y los productos de las huertas levantinas. También pudo disponer de las reservas de oro del Banco de España. Sin embargo, las unidades del ejército quedaron prácticamente desarticuladas. La mayor parte de los oficiales se sublevaron y el propio gobierno disolvió muchas unidades cuya fidelidad era dudosa. La Armada, sin muchos de sus oficiales, y la Aviación permanecieron en manos del gobierno republicano.

 

2. El desarrollo de la guerra civil


La descomposición política tras el golpe y la represión: El golpe y el estallido de la guerra provocaron la destrucción de las estructuras estatales de la II República. En el bando nacional el poder quedó en manos de un grupo de generales, que, siguiendo las propuestas de Mola, establecieron un estado autoritario y militarizado.
En el bando republicano el gobierno de la República perdió el control de la situación y el poder real quedó en manos de comités obreros organizados por partidos y sindicatos que no estaban sometidos a ningún tipo de poder centralizado.  En los primeros momentos de la guerra hubo una enorme represión en ambos bandos. Las ejecuciones y los asesinatos se extendieron como una pesadilla por todo el país. La represión en la zona nacional se dirigió esencialmente contra los militantes obreros y campesinos, aunque algunos intelectuales, como Federico García Lorca, fueron también víctimas del horror. La represión estuvo bastante organizada y controlada por las autoridades militares. Este hecho no impidió que pistoleros falangistas descontrolados protagonizaran excesos de todo tipo.

En la zona republicana los grupos que sufrieron la violencia fueron esencialmente los sacerdotes y las clases adineradas. Jose Antonio Primo de Rivera, prisionero en Alicante al estallar la guerra, fue juzgado y ejecutado. Tras el caos inicial en el que se produjeron graves excesos, el gobierno fue controlando poco a poco la situación y la represión se atenuó.


El avance nacionalista durante los primeros meses de la guerra: Un elemento clave para comprender la victoria final de los nacionales fue el "puente aéreo" organizado con aviones alemanes e italianos que permitió el rápido traslado del Ejército de África a la península. Los legionarios y regulares, fuerzas profesionales que superaban con facilidad a las desorganizadas milicias obreras y campesinas, iniciaron un rápido avance hacia Madrid. En el camino, el general Yagüe que mandaba las columnas decidió desviarse hacia Badajoz. La ciudad cayó y se inició una brutal represión que escandalizó al mundo y produjo un gran número de víctimas. Las tropas continuaron su avance hacia Madrid y antes de alcanzar Madrid, Franco decidió desviar de nuevo las tropas para liberar a la guarnición asediada en el Alcázar de Toledo. La "liberación del Alcázar" fue un gran triunfo propagandístico para Franco. Mientras, Mola tomó Irún y San Sebastián aislando al País Vasco de la frontera con Francia.
La Batalla de Madrid es también un episodio muy importante de la Guerra Civil. El 18 de octubre de 1936 las fuerzas nacionalistas dirigidas por Varela llegaron a las afueras de Madrid. En noviembre de 1936 se inició la Batalla de Madrid. El 4 de noviembre de 1936 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y Cuatro Vientos. La caída de la capital en manos de las tropas rebeldes parecía inminente. Ante la superioridad militar de las fuerzas nacionales, partidos y sindicatos obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para defender su ciudad. El grito de "¡No Pasarán!" se hizo celebre en todo el mundo.
La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores. Las Brigadas Internacionales, cuerpo de voluntarios organizados esencialmente por los comunistas; tanques y aviones rusos, la columna del anarquista Durruti llegaron para ayudar en la defensa de la capital.
La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junker alemanes y se produjeron duros combates en la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el Puente de los Franceses. Las tropas republicanas consiguieron resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin del asalto frontal a la ciudad.
Otras batallas importantes son las Batallas del Jarama y Guadalajara. Tras fracasar en su intento de atacar frontalmente a Madrid, Franco intentó cercar a la capital. Este intento dio lugar a la batalla del Jarama, una de las más encarnizadas de la guerra, y la batalla de Guadalajara, donde las tropas italianas enviadas por Mussolini fueron derrotadas. Mientras las tropas franquistas tomaban Málaga y de nuevo se producía una dura represión. El fracaso ante Madrid hizo que Franco optara por una nueva estrategia: ya no buscó acortar el conflicto, sino que fue atacando las zonas más débiles de los republicanos.

Así, los nacionales inician la Campaña del Norte: De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la zona norte republicana que había quedado aislada del resto del país. Uno tras otro, el País Vasco, Cantabria y Asturias fueron cayendo en manos de Franco. Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica. La Legión Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler, bombardeó una ciudad sin interés militar y la arrasó. Este acto, que luego en la segunda guerra mundial se convirtió en rutinario, provocó un escándalo mundial e inspiró a Pablo Picasso en su célebre cuadro.
Durante la campaña vasca, Mola, el único general que podía competir con Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en accidente de avión.Tratando de distraer fuerzas nacionalistas de la campaña del norte, los republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón. El fracaso fue total y finalmente las tropas franquistas tomaron todo el norte del país. La conquista del norte tuvo graves consecuencias para la República. No sólo perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, sino que, en adelante, los franquistas pudieron concentrar todas sus tropas en la zona sur.


De Teruel a la batalla del Ebro: En diciembre de 1937, tuvo lugar una ofensiva republicana en Teruel. Las condiciones climáticas marcaron una ofensiva que finalmente fracasó. Tras asegurar el dominio de Teruel, Franco lanzó un ataque general en Aragón. El éxito fue fulgurante y el 15 de abril de 1938 las tropas nacionales llegaron a Vinaroz en el Mediterráneo. La zona republicana quedó partida en dos.
La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del Ebro en julio de 1938. Con más de 100.000 muertos, esta fue la más cruenta de las batallas de la guerra civil y agotó definitivamente la moral y las reservas republicanas.


El final de la guerra: La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva nacionalista contra Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939. Antes se había producido un enorme y patético éxodo de población. Más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron hacinadas en campos de concentración.

Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín, con el apoyo de los comunistas y parte de los socialistas, proponía la resistencia a ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara integrado en la inminente guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa manera, la República española encontraría aliados que le permitirían cambiar el signo de la guerra.

Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota con Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín. Pese a las propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la sangrienta guerra. Una larga dictadura vino a sustituir al ensayo democrático de la segunda república.

3.  Evolución de las dos zonas durante la guerra:

 

La zona republicana

El fracaso del golpe militar desencadenó en la zona republicana una verdadera revolución social.
Los comités de los partidos y sindicatos obreros pasaron a controlar los elementos esenciales de la economía: transportes, suministros militares, centros de producción. Mientras el gobierno se limitaba a ratificar legalmente lo que los comités hacían de hecho.

En el campo, tuvo lugar una ocupación masiva de fincas. Las grandes propiedades y, en algún caso, las medianas y pequeñas. En las zonas donde predominaban los socialistas se llevó a cabo la socialización de la tierra y su producción. En las zonas de hegemonía anarquista tuvo lugar una colectivización total de la propiedad. En algunos casos, se llegó incluso a abolir el dinero.
En septiembre de 1936 se estableció un gobierno de unidad, presidido por el socialista Largo Caballero y con ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes. En noviembre se incorporaron cuatro dirigentes anarquistas, entre ellos Federica Montseny, la primera mujer ministro en España.

El gran desafío del nuevo gobierno era recuperar el control de la situación y crear una estructura de poder centralizada que pudiera dirigir de forma eficiente el esfuerzo de guerra. La tarea era enorme difícil. El poder estaba en manos de miles de comités obreros y milicias que a menudo se enfrentaban entre sí, especialmente los anarquistas con socialistas y comunistas. Los gobiernos autónomos eran otro factor de disgregación. No sin dudas, el nacionalismo vasco había optado por apoyar la República y en octubre se aprobó el Estatuto vasco. Jose Antonio Aguirre se convirtió en el primer lehendakari o presidente del gobierno autónomo.

En la zona republicana se enfrentaron básicamente dos modelos. Por un lado, la CNT-FAI y POUM que emprendieron la inmediata colectivización de tierras y fábricas. Su lema era "Revolución y guerra al mismo tiempo". Su zona de hegemonía fue Cataluña, Aragón y Valencia. Por otro lado, el PSOE y el PCE intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de decisiones en el gobierno, respetando la pequeña y mediana propiedad. Su lema era "Primero la guerra y después la revolución".

Las disensiones internas fueron continuas y llegaron a su momento clave en Barcelona en mayo de 1937. El gobierno de la Generalitat, siguiendo instrucciones del gobierno central, trató de tomar el control de la Telefónica de Barcelona, en manos de un comité de la CNT desde el inicio de la guerra. El intento desencadenó una insurrección y los combates callejeros se extendieron por Barcelona.
La crisis de mayo de 1937, provocó la dimisión del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno presidido por el socialista Negrín, tenía una mayoría de ministros del PSOE, pero se inclinaba cada vez más hacia las posturas defendidas por el PCE. La ayuda soviética había hecho que los comunistas pasaran de ser un grupo minoritario a una fuerza muy influyente.

 

A partir de marzo de 1938, momento en el que las tropas de Franco llegaron al Mediterráneo y dividieron en dos la zona republicana, surgieron de nuevo dos posturas enfrentadas. Mientras la postura oficial, representada por Negrín y apoyada por el PCE y parte del PSOE, seguía defendiendo la "resistencia a ultranza", algunos dirigentes, anarquistas y socialistas, empiezan a hablar de la necesidad de negociar ante la perspectiva de la segura derrota.

El Pacto de Munich en septiembre de 1938, la retirada de las Brigadas Internacionales, la disminución de la ayuda soviética; y los internos: la caída de Cataluña, reforzaron la idea de que la guerra estaba perdida. Así, en marzo de 1939 el golpe del coronel Casado desalojó del poder a Negrín. La esperanza de negociar con Franco se disipó inmediatamente, cuando el dictador exigió la rendición incondicional.

La zona nacional

La muerte del general Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 cuando volaba desde Portugal hacia España, dejó a la insurrección sin un líder claro. El 24 julio tuvo lugar una reunión de los generales insurrectos en Burgos. Allí se acordó crear la Junta de Defensa Nacional, que se configuró como órgano provisional de gobierno de la zona nacional. Las medidas que adoptó fueron drásticas: se estableció el estado de guerra en todo el territorio, se suprimieron todas las libertades y se disolvieron todos los partidos políticos, excepto la Falange y los requetés carlistas. En esos momentos la propaganda nacionalista acaba de configurar la justificación del golpe militar contra un gobierno democráticamente elegido. La insurrección militar ha sido en realidad un Alzamiento Nacional contra una República "marxista" y "antiespañola". La Iglesia Católica, duramente perseguida en la zona republicana, termina de configurar la teoría que justifica la matanza que está asolando el país: la guerra es una Cruzada para liberar a España del ateísmo.
Las medidas que se tomaron en el terreno económico fueron encaminadas en una doble dirección: cancelación de todas las reformas republicanas, el mejor ejemplo es la devolución a sus propietarios de las tierras repartidas en la reforma agraria, e intervención del Estado en la economía siguiendo los principios de la ideología fascista. Así, en 1937, se creó el Servicio Nacional del Trigo que pasó a controlar el abastecimiento de pan de la población.

La necesidad de contar con una dirección única era evidente para unos militares educados en la disciplina y la jerarquía. Así el 1 de octubre 1936 Franco fue designado Jefe del Gobierno del Estado español. Sus éxitos militares, el estar al frente del poderoso Ejercito de África y el apoyo de Alemania con la que mantenía contactos directos explican el ascenso al poder de Franco. En adelante, el Caudillo, como le empieza a denominar la maquinaria propagandística del bando nacional, establece una dictadura personal basada en un régimen militar. Una Junta Técnica del Estado, formada por militares, se conforma como órgano consultivo del dictador.

En abril de 1937, se aprobó el Decreto de Unificación. Falangistas y carlistas quedaron unificados en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, conocida como el Movimiento Nacional. El modelo de partido único del fascismo italiano y del nacional-socialismo alemán se imponía en la España franquista.
La Ley de la Administración Central del Estado concentró en la figura de Franco los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La Ley de Prensa estableció la censura en todo tipo de publicaciones y el Fuero del Trabajo puso fin a la libertad sindical y estableció el control del estado nacional sobre las organizaciones patronales y obreras. El nuevo régimen estableció un estado confesional. Volvió la subvención estatal de la Iglesia, se abolió el divorcio y el matrimonio civil, gran parte de la educación volvió a manos del clero. Se establecía así lo que se vino a denominar el Nacional-catolicismo. Por último, se creó una legislación que institucionalizó la represión contra los vencidos. En febrero de 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba "rebeldes" a todos los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional.



4. La dimensión internacional del conflicto


La guerra civil española fue uno de los conflictos del siglo XX que más repercusión internacional provocó. En el conflicto español se entrecruzaron a la vez los intereses estratégicos de las potencias y el compromiso ideológico de las grandes corrientes políticas del momento. Las potencias fascistas decidieron desde un primer momento ofrecer una ayuda importante a los rebeldes dirigidos por Franco. Mussolini y Hitler no solo podían conseguir beneficios estratégicos, Italia continuaba su política de expansión mediterránea y Alemania podía obtener un aliado que amenazara la retaguardia francesa, sino que ayudaban a un aliado ideológico en su lucha contra los sistemas democráticos y las ideologías obreras. Portugal se unió desde un principio a esta ayuda a Franco.

La URSS, por otro lado, tuvo muy claro desde un principio su compromiso de ayuda a la República. No sólo se enfrentaba a la expansión del fascismo, sino que alejaba el centro del conflicto entre las potencias al otro confín de Europa, alejando el interés de Hitler de sus fronteras.
Las grandes democracias tuvieron una actitud que podemos catalogar como uno de los grandes engaños diplomáticos del siglo. Gran Bretaña estaba decidida desde un principio a mantenerse neutral. El gobierno conservador británico veía con aprensión la extensión de la influencia germano-italiana a la península y la consecuente puesta en peligro de su base de Gibraltar y su ruta imperial a la India; sin embargo, la orientación revolucionaria que pronto tomaron los acontecimientos en la zona republicana alejó definitivamente de la cabeza del gobierno conservador la posibilidad de una ayuda a la República. El gobierno francés, pese a estar conformado por el izquierdista Frente Popular, siguió lo marcado desde Londres.
La actitud de las democracias ante la guerra española se enmarca en su ilusoria búsqueda de una política de conciliación con Hitler. El Reino Unido, y con él Francia, habían optado hacía tiempo por tratar de evitar cualquier enfrentamiento que pudiera llevar a una guerra general

.El mayor ejemplo de esta actitud fue la política de apaciguamiento ante las potencias fascistas, que alcanzó su cenit con la firma del Pacto de Munich en septiembre de 1938. Se puede afirmar que desde ese momento, las esperanzas de la República desaparecieron.

Otro buen ejemplo de esta actitud fue la política del gobierno norteamericano. Mientras el Congreso de Estados Unidos aprobaba la denominada Ley de Neutralidad, el gobierno de Roosevelt miraba para otro lado cuando las compañías petrolíferas norteamericanas vendían combustible a Franco.
El gobierno francés de Léon Blum, con el apoyo británico, ofreció a las demás potencias un pacto de no intervención en el conflicto español: se trataba de no facilitar ni hombres ni material de guerra a ninguno de los bandos en conflicto. Nació así el denominado Comité de No Intervención al cual se adhirieron todas las potencias. El Comité fue una farsa, mientras Francia y Gran Bretaña se abstenían de ayudar al régimen democrático en España, Hitler y Mussolini apoyaron de forma masiva y decisiva la causa de Franco. La única potencia a la que pudo volver sus ojos el gobierno de Madrid fue la URSS, algo que, indefectiblemente, repercutió en la evolución interna de los acontecimientos en la zona republicana.

La desigual ayuda exterior recibida por ambos bandos fue uno de los factores que explican la victoria de los nacionales. El bando nacional recibió desde un primer momento una decidida ayuda de Hitler y Mussolini. Tras recibir apoyo aéreo para pasar el Ejército de África a la península, Mussolini envió setenta mil soldados italianos, munición y material de guerra; y Hitler mandó la Legíon Cóndor que incrementó de manera decisiva la superioridad aérea de Franco. La colaboración de Portugal, aunque no fue decisiva en el terreno militar, permitió el libre paso de armas para el ejército de Franco por territorio luso. Por último, hay que señalar las tropas marroquíes integradas en el Ejército franquista y que a menudo fueron utilizadas como fuerzas de choque. La única ayuda que recibió el bando republicano de las democracias fue las escasas armas enviadas desde Francia en los primeros momentos del conflicto. La ayuda francesa quedó inmediatamente cortada tras la firma del Pacto de No Intervención. La ayuda soviética comenzó a llegar a tiempo para ayudar en la defensa de Madrid. Sin embargo, aunque fue importante fue más dispersa y de menor calidad que la que recibió Franco. Las Brigadas Internacionales estuvieron constituidas por grupos de voluntarios, no todos comunistas pero reclutados por la Internacional Comunista en muchos países del mundo. Fueron unos cuarenta mil y tuvieron un papel importante en la defensa de Madrid y en las batallas del Jarama y Teruel.

Las presiones del Comité de No Intervención y el desinterés de Stalin, que pensaba ya en buscar algún tipo de acuerdo con Hitler, hicieron que Negrín aceptase su salida de España a fines de 1938. De nuevo, el Comité de No Intervención fracasó en su intento de que las tropas italianas que apoyaban a Franco abandonaran España.

5. Las consecuencias de la guerra civil

El fin de la guerra supuso el comienzo de  la represión: El final de la guerra no trajo la paz, sino la eliminación de los vencidos. El resto de los países europeos comenzaron a recuperarse de las secuelas de la II Guerra Mundial en la década de 1950. Pero España, excluida por su régimen (que tanto debía a la ayuda fascista) de la ayuda económica -plan Marshall- y de los beneficios del proceso de formación de la Comunidad Europea iniciado en esos años, no pudo incorporarse al proceso general de desarrollo europeo occidental hasta la década siguiente.

El final de la guerra no supuso la paz porque el estado de guerra, y con él la actuación de los durísimos tribunales militares, se mantuvo hasta abril de 1948; y si no hubo paz (las guerrillas antifranquistas, los maquis, continuaron, además, hasta la década de los cincuenta) mucho menos hubo piedad y perdón.

Poco antes de finalizar la guerra Franco dictó, febrero de 1939, la Ley de responsabilidades políticas, que con efectos retroactivos estaba destinada a perseguir a quienes desde octubre de 1934 habían colaborado “con actos u omisiones graves a forjar la subversión roja”. Para ello, además de los tribunales militares que juzgarían todo lo que según su propio criterio estaba relacionado con el ámbito castrense, se habrían de constituir tribunales especiales formados por el Ejército, la Judicatura Partido. Las penas de muerte fueron frecuentes así como las de largos años de prisión. También se promulgó La Ley de represión de la masonería y el comunismo.

 

1. Consecuencias demográficas: Durante un tiempo en ambos bandos se redondeó hablando de un millón de muertos; incluso se escribió una gran novela con ese título. Hoy se habla de 243.000, sumando a estos los fallecidos por enfermedad, malnutrición y exiliados. Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas demográficas que causó el conflicto: los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre, las epidemias; la reducción de la natalidad consiguiente...
Los cálculos más aceptados estiman en quinientos mil muertos, el coste demográfico de la guerra y la posguerra. A ello habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven.
Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya durante el conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña.
En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975. Este exilio supuso una importante pérdida demográfica para el país: una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país: las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.

2. Consecuencias económicas: La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950.
Estos fueron los principales elementos de esa catástrofe económica:
Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria.
Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, comunicaciones, infraestructuras...
Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.

3. Consecuencias sociales: El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.

4. Consecuencias morales: La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.
El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios y la persecución y represión de los vencidos por una rasgo clave del franquismo.

 

Efectos sobre la cultura y la educación española. El exilio

 

Durante la Guerra Civil los intelectuales estuvieron sometidos al miedo destacando intelectuales de la talla de Ortega y Gasset o el propio Lorca. En el aspecto educativo la enseñanza se vio adoctrinada. Se hizo obligatorio en todos los ámbitos educativos el estudio de la Religión Católica y el de la Formación del Espíritu Nacional. Por otra parte, el primer gobierno civil de Franco suprimió en la enseñanza el laicismo y la coeducación, así como el empleo de las lenguas vernáculas en los centros escolares (también en la calle); por ello, cientos de carteles en toda España ordenaban “Hablad el idioma del Imperio”; el castellano.

Ese mismo gobierno realizó en 1938 una reforma del Bachillerato al que se le dio una orientación esencialmente humanística, que tendía a exaltar el pasado identificando el catolicismo como la médula del ser español; esa identificación entre la Historia española y el catolicismo se reflejó en el lema “Por el Imperio hacia Dios”. El resultado de ello fue la creación de un agobiante nacional-catolicismo. Los libros de texto fueron sometidos a una férrea censura. Los miles de exiliados como consecuencia de la Guerra Civil supusieron una importante pérdida demográfica;  el exilio supuso que miles de españoles, muchos de ellos jóvenes y otros muchos altamente cualificados, dejaban de prestar sus servicios al país; por este otro aspecto el exilio fue una importantísima pérdida económica para España. Los principales países de acogida fueron Francia, México y Rusia.

 

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